ENTÉRESE

Cargando...

Hace 60 años…

Fallecía Alejo Francisco Alvarenga, compositor e instrumentista nacido en Itá, el 5 de octubre de 1903. En su formación musical tuvo importante influencia su propio padre, violinista como él, quien también era un eximio ejecutante de la flauta.

Desde niño participó en numerosos conjuntos musicales, con el seudónimo de Nenín. De su ciudad natal se trasladó a vivir en Posadas, Argentina, de donde volvió a Asunción para estudiar con el músico Remberto Giménez.

Posteriormente viajó al Uruguay y la Argentina, donde siguió estudiando con el afamado maestro Gilardo Gilardi. La sólida formación artística que Alvarenga fue forjando le llevó a estar entre los más prestigiosos orquestadores de su época, destacándose como director de la orquesta de la Agrupación Folclórica Guaraní y Radio Belgrano de la capital argentina, además de otras prestigiosas orquestas fundadas por él.

Algunas de sus obras son: Quyquyhó, La palomita, Mandu’a rory, Asaje pyte, Ñande ry’ai repykue, Chocokue purahéi, Carne de cañón, entre otras. Falleció en Buenos Aires un día como hoy, 29 de octubre de 1957.

Al uso nuestro

Muchas son las palabras de uso cotidiano a las que apelamos, cuyo origen tiene sus raíces en el lunfardo, lenguaje formado en la Argentina como consecuencia de la inmigración, mezclado con el argot de delincuentes, términos locales, campesinos, quechuismos, lusitanismos, guaranicismos, entre otros, extendido en toda la región rioplatense. Algunas de las dichas palabras son:

Afilar: cortejar, galantear.

Apolillar: dormir.

Araca: cuidado, pero usado entre nosotros como interjección negativa.

Armarse: enriquecerse.

Atorrante: término creado por el escritor argentino Eduardo Giménez para referirse a las personas mendicantes que pernoctaban en los caños de obras sanitarias preparadas para su colocación. Una versión señala que los mencionados caños estaban fabricados por una firma denominada A. Torrants.

Bulín: habitación, departamento clandestino destinado a actos íntimos.

Cachada: broma consistente en burlarse sutilmente de alguien frente a terceros, sin que el burlado lo advierta.

Campana: ayudante del ladrón que se coloca al acecho para alarmarlo en caso de que se presente la policía o algún inoportuno.

Caficho: rufián que explota a prostitutas.

Capo: jefe superior.

Crepar: morir.

Crosta: individuo de baja condición.

Cucha: cama.

Curda: borrachera.

El pocero del Chaco

El principal responsable de la construcción de pozos de agua para aprovisionamiento de las tropas combatientes del Ejército paraguayo en campaña fue el francés León Fragnaud.

Nacido en Francia, el 27 de enero de 1883, llegó al Paraguay en 1922, en plena guerra civil, luego de una larga permanencia en la ciudad argentina de Mar del Plata, a la que dotó de los primeros pozos artesianos para la provisión de agua corriente, allá por 1910.

Retornó a su país y peleó en la Primera Guerra Mundial, y en 1922 vino al Paraguay, contratado por la firma Carlos Casado, para la búsqueda de agua en el Chaco.

La actividad de “pocero” de Fragnaud al servicio del Estado paraguayo comenzó con la movilización de 1928. Por encargo del Gobierno, construyó pozos de agua en Toledo, Isla Po’i, Corrales, Boquerón, etc.

Al estallar la guerra contra Bolivia, ofreció sus servicios a su patria de adopción. Fue designado jefe del Cuerpo de Zapadores-Captadores –técnicamente dependiente de los Arsenales de Guerra– con el grado de capitán (H. C.) y partió al frente de batalla al mando de sus 32 poceros que él mismo reclutó, con la misión de obtener agua potable para el ejército en campaña.

A pesar del peligro por la proximidad del enemigo, Fragnaud perforó pozos en Yrendagüe, donde encontró agua de excelente calidad y dejó funcionando tres pozos, que luego cayeron en poder de los bolivianos. Para la retoma de estos pozos, a pedido del comando divisionario, Fragnaud perforó varios pozos en el lugar llamado Cañada Santa Rosa y desde allí comenzó a abastecer de agua a los combatientes.

El 8 de diciembre de 1934, Yrendagüe, el lugar de los pozos de Fragnaud, fue retomado por los hombres de la DI8 paraguaya. En reconocimiento a su importante aporte fue ascendido a mayor (H. C.). En octubre de ese mismo año, el Gobierno paraguayo le otorgó la ciudadanía honoraria “por su colaboración espontánea y generosa durante la Guerra del Chaco”. Igualmente, se le confirió la Cruz del Defensor, la Medalla de Boquerón y la Cruz del Chaco. Falleció en Asunción, en 1964.

surucua@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...