Estimulación temprana

“La estimulación temprana consiste en la repetición útil de diferentes eventos sensoriales que aumentan, por una parte, el control emocional, proporcionan una sensación de seguridad y goce, y, por la otra, amplían la habilidad mental para facilitar su aprendizaje y así desarrollar destrezas para estimularse a sí mismo a través del juego libre y el ejercicio de la curiosidad, la exploración y la imaginación. Sirve para propiciar, fortalecer y desarrollar adecuada y oportunamente el potencial humano”, es lo primero que nos dice Pamela Pérez.

Estimulación temprana hay para recién nacidos. Los ejercicios y beneficios son muchos. “Hacemos a través de juegos y juguetes que les ayudan a descubrir su cuerpo, a estimular sus movimientos, sus sentidos, y a favorecer las primeras manipulaciones y prensiones de los objetos (tirar, palpar, apretar, chupar, golpear, otros). También los juguetes y objetos ayudan a descubrir las sensaciones que estos producen (el ruido de un sonajero, las diferentes texturas de una alfombra de tela, por ejemplo). Además, como el contacto físico es fundamental en esta etapa, los juegos de miradas, sonrisas, canciones de cuna, entre otros, son muy necesarios y significativos. Entonces, para estimular el juego del niño de esta etapa, los juguetes deben captar su atención a través del tacto, el olfato, la vista o el oído. En esta etapa, las profesionales hacen de intermediario, acercándoles los juguetes para ayudarles a descubrirlos y a disfrutar de ellos”, explica Pérez.

Los masajes y las caricias son otro camino para conocer el mundo. “Las caricias y masajes estimulan al bebé, ya que se activa una de las principales vías de entrada de estímulos, y colaboran en su desarrollo afectivo, cognitivo y motriz. Comenzar a practicar los masajes al bebé desde que nace es una ayuda valiosísima para favorecer sus primeras conexiones neuronales. Los masajes deben ser un juego para el adulto y el bebé, además de un medio de comunicarse y estimular el desarrollo”, asegura.

Además, desde que nace recibe estímulos de forma natural, no cesa de descubrir y conocer el mundo que le rodea. “Hay que potenciar la estimulación temprana para un mejor desarrollo cognitivo, desarrollo de la motricidad gruesa y motricidad fina. El área de la motricidad gruesa tiene que ver con los cambios de posición del cuerpo y la capacidad de mantener el equilibrio, importante cuando empiezan a caminar, y la motricidad fina se relaciona con los movimientos coordinados entre ojos y manos”.

Sobre el coeficiente intelectual de los chicos que reciben estimulación temprana y los que no, Pérez considera que no se trata de que los niños sean menos inteligentes. “Se trata de que tengan la posibilidad de desarrollar diferentes habilidades, inclusive habilidades ocultas a través de una estimulación desde temprana edad”.

¿Y cómo ocurre el desarrollo? “En forma secuencial”, dice. Esto significa que una habilidad ayuda a que surja otra. “Es progresivo; siempre se van acumulando funciones, primero simples y después complejas. Todas las partes del sistema nervioso actúan en forma coordinada para facilitar el desarrollo. Cada área de desarrollo interactúa con las otras para que ocurra una evolución ordenada de las habilidades”, continúa.

Otra incógnita frecuente está relacionada con el rendimiento escolar. ¿Los niños que reciben estimulación desde temprana edad no le tienen apatía al colegio después? “En su gran mayoría tienen una mejor inserción en los colegios. Se vuelve mucho más fácil para los padres el despegue familiar y, al mismo tiempo, para los niños es más placentero”.

Sin embargo, hay sicólogos que desaconsejan la estimulación y proclaman el juego como vía de aprendizaje y desarrollo. Pérez invita a un análisis entre todos los que trabajan en el ámbito de la educación. No obstante, expresa que desde el Kindergarten Bilingual Amanecer, del cual es propietaria, trabajan con un exclusivo método desarrollado por profesionales con una vasta experiencia educativa. “Los niños aprenden jugando, crecen pensado y viven sintiendo; así, el juego es la herramienta primordial de la estimulación temprana”.

Y si la estimulación está bien hecha, ¿será que tendremos bebés superdotados? La experta en educación afirma que no se trata de crear superdotados. “No se trata de adelantar al niño ni de convertirlo en un genio. La finalidad es brindarle actividades y sensaciones que le permita al cerebro utilizar esa información durante el aprendizaje, desarrollar su inteligencia múltiple de tal forma que desde pequeño pueda descubrir su potencial”.

Cuando a un niño se le proporcionan medios más ricos y vastos para desarrollarse, florece en él un interés y una capacidad para aprender sorprendentes. Por eso, la mejor inversión que las sociedades actuales pueden hacer en función a las aspiraciones colectivas que se desean es invertir amor, tiempo y recursos en los primeros tres años de vida, lo que generará un sustento sólido para una formación humana de mejor calidad.

¿Cuándo y por qué surge?

Los programas de estimulación temprana surgen por primera vez en los Estados Unidos a medidos del siglo XX. En un principio, se utilizaban para atender a niños con algunas deficiencias, pero, al comprobar los enormes avances que lograban los pequeños gracias a estos métodos, se decidió llevar a cabo las mismas técnicas aplicándolas a niños sanos, para desarrollar al máximo sus capacidades y ampliar sus posibilidades en futuros aprendizajes. Aunque la disciplina tuvo aportes de diversos autores, uno de los más destacados entre los pioneros de los aprendizajes tempranos fue el estadounidense Glenn Doman, con su teoría de los Bits de Inteligencia.

A finales de la década de los 50, Glenn Doman funda en Philadelphia, EE. UU., los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano, donde concibe parte de su obra sobre el desarrollo del cerebro, tanto de niños sanos como de niños con lesiones. Su gran contribución, en cuanto a la estimulación temprana de bebés, es el método de los bits de inteligencia, una de las metodologías de aprendizajes tempranos más utilizadas en la actualidad.

Estimulación temprana, también desde casa

Además de los centros donde los profesionales de la educación trabajan con los niños con programas de estimulación temprana, actualmente están saliendo al mercado una serie de productos audiovisuales, como cédes de música y devedés de uso casero, para que los padres fomenten en sus hijos aprendizajes tempranos, aprovechando así el ambiente familiar con las posibilidades que este implica, gracias al ambiente de confianza e intimidad que proporciona el hogar. Además, trabajar con nuestros hijos en casa, con este tipo de soportes de estimulación temprana, fortalece los vínculos afectivos entre padres e hijos.

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