La belleza de cantar

Entre voces tenores y sopranos, los alumnos de la escuela de ciegos Santa Lucía entonan canciones que mueven el corazón. La mayoría formó parte del que fue el Coro de la Asociación de Ciegos del Paraguay. “Somos 20 personas quienes integramos, ensayamos periódicamente a fin de ir mejorando día a día, y demostrar que ser ciegos no es limitante, sino un reto”, expresa el director Eladio Agüero, quien perdió la visión a raíz de una catarata congénita, acentuada por un desprendimiento de retina.

En efecto, son muchos los no videntes que lograron destacarse en diversos ámbitos de la sociedad, una de ellas fue Helen Keller, autora, activista política y oradora estadounidense sordociega, quien, a pesar de sus discapacidades, ofrecía discursos acerca de su vida e, incluso, escribía libros sobre sus experiencias personales.

Otros buscan destacarse en el arte, en la música, por ejemplo, como es el Coro Santa Lucía, una entidad conformada por personas ciegas o con un nivel avanzado de disminución visual, que encuentran en esta actividad un medio estable de vida y superación. Para ingresar al coro es imprescindible tener conocimientos musicales, un mínimo de técnica vocal y buen manejo de la escritura.

El repertorio apunta a géneros populares, del Renacimiento, Barroco y música erudita. Víctor Hugo Rojas es uno de los integrantes. No oculta su contento con la actividad que realiza desde hace 11 años.

Adolfo Silva se desempeña como tenor. “Soy de Fernando de la Mora y también de la Chacarita, porque allí viven mi papá y mi hermana”, cuenta orgulloso.

Dice estar contento con los ensayos que realizan periódicamente y mucho más con las actuaciones que llevan a cabo. “Nos motivan”, afirma.

A Rafael Franco también le genera una satisfacción enorme. “Concentramos gente con discapacidades diferentes. Tiene mucho resultado tanto en la parte social como artística. Demostramos a la sociedad que sí se puede trabajar con las personas discapacitadas o invidentes, como es nuestro caso. Pedimos oportunidad para que nos escuchen”, afirma Franco, quien perdió la vista hace 20 años por problemas de córneas. 

Terminó una carrera universitaria, es licenciado en Filosofía, escribe para un semanario y trabaja en el Senado. “Queremos generar recursos para que la sociedad nos conozca. Por ahora viajamos al interior del país, aunque también ya fuimos al exterior. Es un espacio que nos permite darnos a conocer. Queremos una oportunidad para mostrar lo que sabemos y nos gusta hacer. Nos sentimos útiles a la sociedad, y podemos vivir con dignidad y en igualdad de condiciones”, afirma.

Tochi de los Ríos forma parte del conjunto hace un año. “Todavía estoy en capilla”, bromea al director.

Es contralto y le fascina formar parte del coro. “Mi ceguera es adquirida, producto de una enfermedad hereditaria. Desde hace 10 años tengo la visión central afectada. El proceso de adaptación es muy duro porque tenemos que reeducarnos y es difícil, pero, por otro lado, es fantástico; tuve que dejar de ver para aprender a ver... La música siempre me gustó, hay mucha empatía en el grupo y es un lindo espacio”, puntualiza.

Noelia Torres “creció con el coro”. “Reayuda a socializar y conocer gente, es una terapia para los problemas que pasamos”, dice. Ella trabaja en el Tribunal de Justicia Electoral.

Todos coinciden en que se puede hacer inclusión desde el arte. “No solamente se vencen los estereotipos, la actividad coral a cualquiera le llena el alma. Hay algunas discriminaciones por desconocimiento, prejuicios, pero somos personas capaces”, puntualiza.

Ellos tienden a desarrollar habilidades superiores, ya que utilizan constantemente estrategias de memoria secuencial en las circunstancias cotidianas de su vida diaria. ¿Querés disfrutar? No te pierdas, la actuación de mañana, en el Teatro Municipal, a las 20:00.

En la música

Muchos se destacaron en la música. Por ejemplo, José Feliciano, puertorriqueño, ciego de nacimiento, cantante de boleros y baladas e intérprete de la guitarra española. Quien no conoce a Stevie Wonder, cantante ciego, compositor, productor discográfico y activista social estadounidense. Wonder recibió 25 premios Grammy, entre ellos uno por logros en su vida y fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll de los compositores famosos.

También está Joaquín Rodrigo, un artista ciego de música clásica, que compuso el famoso Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta. Y ni hablar de Andrea Bocelli, un tenor invidente muy conocido, que grabó nueve óperas completas, además de discos con canciones clásicas y de música pop.

Quién no recuerda a Ray Charles, mejor cantante de la historia en la lista de la revista Rolling Stone; el soul, country, rhythm & blues, jazz, blues y góspel no tuvieron secretos para el músico.

Louis Braille, como el creador del sistema de escritura para ciegos, fue organista y publicó varios escritos relacionados con la música. Tete Montoliu, músico catalán y virtuoso del jazz, decidió aprender a tocar el piano escuchando los discos de otro pianista invidente: el gran Art Tatum.

También está la banda The Blind Boys of Alabama, son cantantes invidentes de góspel formada a finales de los años 30 por el Instituto de los Negros Ciegos de Alabama, encargados de poner música a la primera temporada de la gran serie The Wire, con una versión del clásico de Tom Waits.

No podemos dejar de mencionar los prodigios de Rahsaan Roland Kirk, gran intérprete ciego, quien consiguió hacer de sus actuaciones todo un reto en directo, con hazañas como tocar dos saxos a la vez ante las caras de sorpresa del público.

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Fotos: ABC Color/Arcenio Acuña.