LA CANASTA MECÁNICA

Diferencias.- Los pecados antiguos tienen sus diferencias con los actuales. Si antes, el solo hablar de sexo era pecado; ahora, la temática sexual inunda y es una constante, ya sea a través del humor, anécdotas, encuestas, insinuaciones, incluso en materia de enseñanza escolar. Mencionar la palabra preservativo era pecado y, ahora, la amenaza del sida y otras enfermedades lo convierte en motivo de conversación obligatoria. Mientras los profetas del profiláctico aseguran que su empleo es la única alternativa de salvación, los detractores del látex discuten su seguridad, y dicen que los microorganismos pueden atravesar barreras y hacernos de goma.

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En medio de estas discrepancias están una mamá y un papá desorientados, cargando con la obligación de adoptar una postura sobre el condón, el aborto y la precocidad sexual. Si aceptan el uso del preservativo, tiemblan porque sus principios confesionales están en desacuerdo y podrían ir al infierno.

Cambiando de tema, aunque siguiendo con las diferencias, unos dicen que el casamiento alarga la vida, y que los niveles de mortalidad aumentan en varones y mujeres que viven solos. Y otros afirman con ironía que, en realidad, lo que pasa es que a la gente casada la vida se le hace exageradamente larga.

A lo largo de los tiempos, los mitos culturales se encargaron de maximizar las diferencias entre hombres y mujeres. Para los científicos, la diferencia pasa por una letra X o Y. Estamos formados por 46 cromosomas, de los cuales solamente dos nos harán mujer (XX) u hombre (XY); el resto tiene que ver con la educación que vamos adquiriendo, a través de la cual se nos imponen patrones de lo masculino y femenino sometidos a los prejuicios sociales.

Dicen los sicólogos, sociólogos y estudiosos varios que al hombre actual le está costando adaptarse al igualitarismo. Todo por seguir haciéndose el duro y no advertir que también hay muchas ventajas en esta situación. Ahora podrá relajarse de la extenuante tarea de ser el ama, amante, proveedor de la tarjeta de crédito, guardaespaldas, protector, único liberador y disfrutar a full el hecho de ser hombre enamorado, amigo tierno, humano vulnerable.

Prosiguiendo con las diferencias, una que sigue siendo muy molesta para toda mujer es la visita al ginecólogo para una revisión de rutina. Poner en manos de un extraño las zonas más íntimas, exponer las partes pudendas a los poco agradables rituales del PAP o la desagradable y opresiva mamografía es algo que puede tirar al piso la autoestima de la más segura. El común temor a la edad y sus consecuencias otra vez iguala, porque los señores están obligados a hacerse la palpación rectal de próstata.

Muchas diferencias son saludables como la predisposición genética a la felicidad, así se sea dama o caballero. Investigaciones serias confirmarían que algunas personas nacen con predisposición para estar felices y satisfechas con la vida.

En cuestiones disímiles, ponerse de acuerdo se hace difícil. Como decía Kennedy: “Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas”.

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