LA CANASTA MECÁNICA

FLUIR EN CONFIANZA, ¿SE PUEDE?.- La filosofía taoísta china parte de la premisa básica de que si no confiás en la naturaleza y en los demás, no podés confiar en ti mismo. Si no podés confiar en ti mismo, no podés siquiera confiar en la desconfianza de ti mismo. Por consiguiente, sin esta confianza subyacente a todo el sistema de la naturaleza, sobreviene un estado de parálisis.

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Los maestros dicen que para aproximarse al Tao es necesario permitirse alcanzar un estado mental adecuado. Dejar de lado todas las opiniones filosóficas, religiosas y políticas, y ser casi como las criaturas pequeñas, que no saben nada, excepto que oyen, ven, sienten y huelen. Ser conscientes de lo que en realidad es, sin atribuirle nombres y sin juzgarlo.

Un importante aspecto de la filosofía taoísta es el wu wei, que en español se traduce como “no acción”. Wu es no y wei es acción. El concepto considera que la forma más adecuada de afrontar una circunstancia es no actuar. A mi modo de entender, más que no actuar, el wu wei propone no reaccionar, no esforzarse. La no acción no es pasividad ni pereza. En la inacción no hay esfuerzo. Si procuramos estar sin hacer nada, hay esfuerzo.

El árbol no lucha por crecer o dejar de desarrollarse, se permite fluir con el viento de la tormenta que lo azota. Si se resistiera, quebraría sus ramas y hasta podría derrumbarse. Nuestras mentes occidentales tienen dificultad para comprender el wu wei. Vivimos acelerados y bajo un estímulo permanente orientado a competir, a tener el tiempo ocupado en realizar cosas supuestamente útiles. Quizá por ese motivo la mayoría de nuestras acciones nos conducen al estrés, porque son obligatorias, forzadas, y sus resultados llevan al agotamiento físico y mental.

Cuanto más nos esforzamos por caerle bien a alguien, menos lo conseguimos. Si alguien nos agrede y le respondemos con ira desatada, lo que producimos es un conflicto innecesario, evitable.

Al no hacer uso de la fuerza y el descontrol de las emociones, se actúa bajo el signo de la moderación. La tensión desaparece cuando no se lucha contra ella.

Para el Tao, fluir significa no hacer las cosas a contracorriente. No quiere decir que no haya que cortar leña, sino que al cortarla se haga según las fibras de la madera, pues de este modo resulta más fácil. En nuestras relaciones con otras personas, seguir las líneas en las que congeniamos. Si forzamos la llave cuando se atasca, romperemos la cerradura o doblaremos la llave. Fluir con nuestra naturaleza es manifestarse en la espontaneidad de uno mismo.

Dice Alan Watts que quienes entienden el Tao se deleitan como los gatos, simplemente sentándose y contemplando sin ningún propósito ni resultado mental. No tienen motivo para someter o alterar el universo mediante la fuerza física o la fuerza de voluntad, ya que su habilidad consiste en acompañar el fluir de las cosas de un modo inteligente.

El orden de la naturaleza no es un orden forzado. Según el Tao, si dejamos que las cosas sigan su camino, la armonía del universo quedaría restablecida. Om. Amén. Así sea.

carlafabri@abc.com.py

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