LA CANASTA MECÁNICA

ROBO DE IDENTIDAD.- Voy a referirme a una extraña costumbre que se va imponiendo a diario como requisito indispensable, al punto de que ya casi es una ley. Se trata de solicitar fotocopia de cédula de identidad para realizar cualquier clase de trámite. La fotocopia del documento te la piden para gestionar una actividad inmobiliaria o acompañar los datos en la peluquería que te ofrece un plan-oferta. Te la exigen para pagar impuestos y retirar el premio que te adjudicaron sin que lo pidas. En fin, a este paso nos van a pedir la fotocopia de cédula de identidad cada vez que necesitemos comprar un kilo de tomate, un mazo de lechuga, un foco o papel higiénico.

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A los efectos legales, no sé qué garantía puede darle a quien pide la fotocopia de la cédula de identidad. Es el documento original el que acredita la identidad de alguien, no la fotocopia, que, además, se puede falsificar con facilidad.

La fotocopia de cédula de identidad se utiliza bastante para solicitar una línea de teléfono celular y la compra en cuotas de electrodomésticos. En estos casos se han dado múltiples denuncias de apropiación de identidad, con los perjuicios correspondientes.

Un caso común es que el dueño de la cédula de identidad recibe notificaciones para el pago de deudas financieras contraídas en diferentes entidades comerciales, para lo cual otra persona utilizó la fotocopia de su cédula como documento de identificación. Allí el problema recién empieza, porque los trámites judiciales son largos, engorrosos y la contratación de un abogado tiene su costo.

El robo de identidad es una fechoría que comete una persona que suplanta a otra, valiéndose de documentación o datos personales de un tercero para operaciones bancarias, compraventa de inmuebles, vehículo o para contratar servicios y cargárselos a la cuenta de quien es sustituido. Es un delito la suplantación de identidad, porque engloba defraudación, falsificación de documento público y otros.

Una persona fue procesada por un hecho de secuestro, en razón de que con su identidad se había obtenido un chip de telefonía celular, número al cual la Policía Nacional determinó como implicado en el cruce de llamadas realizadas. Al final se comprobó que el titular del documento no realizó los trámites para adquirir el chip telefónico, sino que lo hizo un tercero que se apropió de su identidad.

La petición de fotocopia de la cédula de identidad o el pasaporte no tiene fundamento legal alguno. Puedo mostrarle mi cédula para que compruebe mi identidad, pero bajo ningún concepto estoy obligada a entregar la fotocopia del documento.

No se trata de una simple paranoia, sino de prudencia. Existe poca conciencia ciudadana de que los datos personales son, en manos inadecuadas, un riesgo, por la potencialidad dañosa que posee su uso ilícito.

carlafabri@abc.com.py

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