LA CANASTA MECÁNICA

EL ESCRACHE O EL DERECHO AL PATALEO.- El significado coloquial de la expresión derecho al pataleo se refiere a este como la última actitud de protesta que puede adoptar quien siente vulnerados sus derechos. Es una especie de berrinche ciudadano, ese que en nuestro tiempo toma el nombre rioplatense de escrache y está aceptado socialmente como parte de la resistencia civil activa.

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Como se trata de una herramienta cívica de desaprobación, conviene informarse sobre la manera más eficiente y respetuosa de poner en práctica el escrache, para evitar el abuso, no llegar al escarnio y, mucho menos, al linchamiento. Casi fue esto último lo que sucedió en estos días en la zona de primera clase de un vuelo de American Airlines que partía del aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires) hacia Miami (EE. UU.). En esta oportunidad, el objeto del escrache fue Carlos Zannini, quien fuera el candidato a la vicepresidencia de la fórmula de Daniel Scioli en las últimas elecciones argentinas. El hecho se hizo muy público, fue filmado por teléfonos celulares, difundido en los noticieros de muchos países y se viralizó en internet. Desagrada ver las imágenes que muestran a unos señores de clase alta agrediendo con palabrotas, en patota y de forma cobarde a un viajero desprotegido. Es fácil y de caguetas escrachar a alguien que está en el llano. Escrachar al poder de turno es de valientes; se necesita autoridad moral y coraje para escrachar a un representante de la autoridad del momento.

El escrache es un repudio ciudadano a los abusos y debe ser creativo, nunca violento. En la página web Sin Miedo a Pensar existe una lista de principios a tener en cuenta a la hora de realizar escraches. Entre otras cosas, sugiere que los escraches se realicen siempre en términos pacíficos, sin agresiones violentas. El escrache debe molestar, pero no propiciar un ambiente de violencia, no hay que alterarse de más, ni tirar cosas, ni golpear, ni decir groserías ni hacer gestos obscenos. Se aconseja no realizar escraches en solitario y se advierte sobre ciertos riesgos que pueden surgir. Señala que el escrache no es un acto kamikaze, sino de expresión de una indignación de manera pacífica y creativa. Debe ser entendido como una resistencia ciudadana cotidiana y alegre. Considera que todo escrache es un acto de pedagogía social, que se debe aprovechar para conversar con la gente que se acerca y muestra interés por entender el motivo de la repulsa, y para eso es necesario tener argumentos bien claros y proveer información cierta.

A través del escrache se pueden producir símbolos y relatos de la identidad y memoria colectiva, a contrapelo de la cultura dominante. También se pueden formular preguntas e interpelar al conjunto de la sociedad. Por todo esto, antes de organizar un escrache es preciso informarse sobre los mejores métodos, para cuidar este instrumento de acción de política de resistencia.

carlafabri@abc.com.py

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