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Tendría sentido analizar a quien o a quienes puede estar molestando el éxito de Teletón, que -según se lee al ingresar a su página en la- red es una fundación que brinda servicios de rehabilitación integral a niños, niñas y adolescentes. Lo hace a través de sus cuatro Centros de Rehabilitación Integral Teletón (CRIT), ubicados en Asunción, Coronel Oviedo, Paraguarí y Minga Guazú. Sus servicios son gratuitos y las familias que acceden a ellos llegan desde 16 departamentos del país.
Se puede cuestionar a Teletón y estar en desacuerdo con sus campañas, como se puede cuestionar a cualquier institución o empresa pública o privada. Lo que no se puede ni se debería es mentir, inventar infamias, falsear información, recordar como si fuera todo un mérito que Stroessner prohibió Teletón (¿!).
Es vil orquestar una operación de maledicencia con la evidente intención de desprestigiar a Teletón. Y es desgraciado prestarse para difundir calumnias. La calumnia siempre es sencilla y verosímil, dice Bertrand Russell. Como será de fácil difundir la calumnia, que incluso intentaron involucrar a esta columna como fuente de una información que apesta, pura mentira.
Leyendo los infundios y comentarios, también pude encontrar quejas y condenas contra “desprestigiadas figuras” que tuvieron a su cargo la conducción de esta maratón solidaria. Hmmm… huele a podrido. Periodistas, gente del espectáculo, artistas que aportan su tiempo a Teletón lo hacen por pura generosidad. Gratis. ¿Por qué el rechazo a periodistas que expresaron sus ideas sobre la cuestión de género? ¿Hay fundamentalismos religiosos ocultos?
Si Teletón alienta la caridad, está muy bien, porque la caridad es una de las formas del amor. Teletón y tiene doble auditoría. Una empresa audita lo recaudado y otra audita el balance anual. ¿Para qué destruir una obra que beneficia a 2500 criaturas y logra unir en solidaridad a buena parte del país? ¿Habrá pretensiones electoralistas entre algunos discapacitados que son funcionarios públicos?
Puede ser que Teletón haga campañas publicitarias melodramáticas para lograr su objetivo de recaudación. La gente que quisiera mejorar eso y sabe cómo hacerlo podría acercarse a la institución y ofrecer su ayuda a los directivos, que en su mayoría son voluntarios. Cuesta, es difícil organizar una campaña para recaudar fondos para construir, para ayudar, para mejorar la calidad de vida de personas en estado vulnerable. Es muy fácil armar una campaña para destruir, para difamar, para esparcir basura.
Si el Estado está ausente y no hay movilización para exigirle que se haga cargo de lo que no hace, en nada mejora basurear el trabajo voluntario, que unido al altruismo de la ciudadanía y de algunas empresas consigue construir excelentes centros de rehabilitación para la infancia y la adolescencia discapacitadas.