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Así es la política nos van a decir. “Nos juntamos para ganar.” Y suelen ganar. Pierde la ciudadanía porque seguirán las trifulcas internas, los privilegios para unos pocos y el olvido de las promesas electorales.
Ahora están de nuevo aliados los liberales y los lugistas para ganar. Pasa que si ganan, tienen que gobernar. Es muy reciente la traición a Fernando Lugo del que fuera su vicepresidente liberal Federico Franco, quien facilitó el golpe parlamentario que destituyó a Lugo. Si cual oveja pactas alianza con el lobo feroz y el lobo feroz te come, cuál es la seguridad de que en una nueva alianza el lobo feroz no se comerá otra vez a la oveja, sea esta blanca o negra.
No se percibe la menor química entre Efraín Alegre y Leo Rubin. En una entrevista en la televisión, en Red Guaraní, a la cual asistieron ambos, Alegre respondía y hacía declaraciones, pero ni siquiera miraba a Leo o lo incluía con algún gesto. Hasta las cámaras prácticamente ignoraban la presencia de Leo Rubin. Fue muy incómodo ver eso. A lo mejor existe una química ideológica entre ambos que está muy oculta porque no se nota.
La Alianza Ganar alude a un nuevo compromiso que corregirá los errores del pasado. Promete construir un gobierno con un programa que se enfocará en justicia, medioambiente, salud, educación y cultura, equidad tributaria, soberanía hidroeléctrica, pueblos indígenas y estado de derecho. Para ello tendrán que proponer importantes reformas a la Constitución Nacional que necesitará de los votos del Congreso para su aprobación. Están prometiendo algo incierto.
Los colorados también quieren ganar. Para eso recurren a la unidad granítica y se juntan en el abrazo republicano que es una falsedad sin disimulo.
En ambos casos, en el de la alianza y en el de la ANR ganan la hipocresía, el ego, la ambición, la vanidad, la mentira. Pierden la gobernabilidad, la decencia, el amor al servicio ciudadano.
Parte importante de la población está desencantada de la ANR y de la alianza. Una persona me dijo en estos días que considera más “honesto” y eficaz el gobierno de un partido que ya es un mal conocido que el gobierno de una alianza mbaipy cuyo mal también ya es conocido.
En ambos casos, tengo cero expectativas, tanto con la Lista 1 como con la Lista 3. Sería interesante votar a diputados y senadores nuevos, de los partidos que todavía no entraron en las componendas, los acuerdos bajo la mesa y los votos legislativos expuestos en la vidriera al precio del mejor postor.
Al menos sería el intento de una nueva experiencia, siempre de riesgo.