La silla más especial

Don “Rey” Maidana trabaja afanosamente bajo un árbol de ingá en la vereda de su casa y se encuentra preocupado por un nuevo cambio en el modelo que está haciendo. No es una silla cualquiera, sino la que utilizará el papa Francisco, la más especial de todas las que hizo en medio siglo de labor.

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Hace 26 años, don Isabelino “Rey” Maidana recibió un pedido como cualquier otro al que le puso gran empeño y cuidado, como a todos sus demás trabajos, ya que él mismo afirma que “lo que distingue mi labor es que soy muy cuidadoso; me esfuerzo mucho en cada detalle”. Esa silla la entregó sin saber que sería la que utilizaría el papa Juan Pablo II durante su histórica misa en la basílica de Caacupé, el 18 de mayo de 1988.

Hoy, en su taller de la ciudad de Atyrá, está realizando un trabajo similar, pero, esta vez, cada calada del tallado lo hace con más amor aún, ya que sabe desde setiembre de 2014, que será el encargado de hacer la silla que utilizará el papa durante la celebración que oficiará en la Villa Serrana.

Entre cinceladas y cinceladas, don “Rey” –como lo conocen en la ciudad– nos cuenta que el modelo ya se cambió varias veces. “Ahora, me mandaron un nuevo modelo para la cabecera de la silla, porque debe tener un aplique de cerámica y tengo que hacerla de nuevo; creo que en unos días, todo estará listo. Es minucioso porque tiene muchos detalles, pero estamos a tiempo”, dice mientras sus hijos y otros familiares que trabajan en el taller le ceban un poco de tereré.

El modelo, con todas las especificaciones, viene expresamente detallado desde la Nunciatura, que también es la encargada de controlar el proceso. “En 1988 no sabía que el pedido que me hacían era para la visita del papa Juan Pablo II, tampoco que era para la basílica de Caacupé ni siquiera fui a esa misa. Me enteré tiempo después cuando me dijeron que la que hice estaba en la basílica desde la visita papal. Claro que me sentí halagado, pero me hubiera gustado saber desde el principio cuál era la finalidad de mi trabajo, no porque la hubiera hecho diferente, sino por lo que representa un hecho así. Por eso, en setiembre del año pasado, cuando me hablaron de la posibilidad de hacer la silla para la visita del papa Francisco acepté sin dudar y, aunque nada estaba confirmado, incluso ya había comprado la madera especial; me sentía confiado de que lo haría”, cuenta con ilusión mientras avanza en los detalles del respaldo.

La familia Maidana es numerosa, don “Rey” tiene cinco hijos: Gustavo, Víctor Hugo, Rocío, Mirta y Jaime, todos colaboran en la labor de alguna u otra forma. Pero según el artesano, Jaime será su sucesor en este oficio, heredará todas las herramientas, ya que, desde hace años, viene trabajando con su padre y es quien más talento muestra en el oficio. “Yo tengo diabetes y mi nivel de triglicéridos también es muy alto, a veces, ya me cuesta trabajar, pero para este proyecto no dudé y me fortalece ver cómo va tomando forma. Probablemente, después de esto, ya vaya dejando la posta a Jaime, quien, como yo, es el que mejor mano tiene para el trabajo”, expresa. Padre e hijo retocan y ajustan todos los detalles de la silla para Francisco, y las cuatro restantes para los obispos que concelebrarán la misa del 11 de julio.

Toda una vida

Don “Rey” tiene 70 años de edad. Sus abuelos fueron los primeros pobladores de Atyrá y, desde entonces, su familia se distingue por el trabajo en cuero. “Empecé a trabajar con cuero cuando apenas tenía nueve años, en principio. Era talabartero como toda mi familia, pero después del servicio militar, viviendo en Asunción, aprendí el oficio del tallado en madera. En la época, todos me ponderaban porque en apenas un mes aprendí a la perfección todas las técnicas, algo que no es fácil, puesto que, por ejemplo, con la cerámica si uno se equivoca, lo puede mojar y hacer de nuevo; en cambio, un error en la madera implica sacrificar toda la pieza. Desde el inicio me motivó esta labor y, de a poco, fui mejorando mi trabajo”, comenta.

Instalado en el centro mismo de Atyrá, a metros del Centro de Salud local, trabaja todos los días debajo del árbol en su vereda. Su jornada empieza muy temprano, ya que debe hacer ejercicios físicos primero y, luego, dedicarse varias horas a sus tallados.

En el fondo de su casa funciona un próspero taller en el que diariamente se fabrican, como mínimo, un centenar de guampas de madera para mate y tereré. Allí trabajan sus hijos y otros familiares que muestran con entusiasmo el proceso de fabricación, y explican cómo van trabajando con los tornos y la noble madera.

En las últimas semanas –comenta Jaime–, el entusiasmo es mayor, pues todos quieren colaborar en la preparación de la especial silla que acogerá al sumo pontífice en su histórica visita.

La silla

La misa celebrada por el papa Francisco, en la Villa Serrana, será el sábado 11 de julio, a las 10:30, en la explanada de la basílica de Caacupé, ocasión en que se utilizará la silla que representará un orgullo para todo el pueblo atyreño.

Esta pieza está siendo elaborada con madera de cedro, y tendrá respaldo y asiento de un cuero especial que se está preparando también en la ciudad más limpia del país. Consta de un repujado y teñido especial que le dará un imponente tono blanco, según explicó Maidana. Las medidas, detalladas con exactitud por la Nunciatura, son 66,5 cm en la parte superior y 68 cm de ancho en la inferior. La madera se pintará de dorado, y en la cabecera tendrá una incrustación de oro puro, además de la cerámica elaborada por la artista Graciela Mena.

Por Mónica Bareiro mbareiro@abc.com.py

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