Legado de celebración

 Por primera vez en la escena audiovisual, una película local competirá en uno de los más prestigiosos certámenes internacionales: la Berlinale. Se trata de Las Herederas, y tres de sus protagonistas nos acercan, acentuando la dinámica en equipo, la concepción del guion y evocación a la mirada de las mujeres en nuestros días.

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En un largometraje, la jornada de grabación despunta el esfuerzo del equipo técnico, en el que las actrices y actores son uno de los múltiples enclaves engranando la idea artística. 

“Un día de rodaje de Las Herederas, que para mí es de lo más normal, aunque ya se sabe que las actrices y artistas tenemos otros horarios, arrancaba a las 5:30, luego de un circuito en bicicleta o a pie hasta la locación.

Tras los saludos al equipo, desayunaba las delicias del catering de Regi Matiauda o Clarita Cano. Más allá está Tania Simbrón esperándome con opciones de vestuario que el director va aprobando. Con la ayuda de Belén Fretes y Paul Chaparro me visto y coloco los accesorios del personaje.

Luego, con el guion en mano y algunas risas, comienza a peinarme Edi Romero. Las compañeras uruguayas Vicky Silva y Luciana Díaz me maquillan divinamente, invitándome unos mates, mientras Rafa Álvarez me microfonea. Así estoy lista para encontrarme con las cámaras.

Repaso los diálogos con Javier Villa o Beatriz Gómez, a veces Bruno Rubiani sufre con mis preguntas. Charlo con las demás actrices de la escena, reforzando nuestras líneas.

Después voy al set, que nuestro director de arte, Carlo Spatuzza, un mago, ya convirtió en la casa donde vive mi personaje, con la ayuda de Anahí Saldívar y Raúl Paniagua. Andan por ahí David Acosta, Sergio Giménez, Chile Urrutia y Pola Izaguirre con los equipos, montando, moviendo, cargando. Seguro me cruzo con Tito Cabrera o Justo Caballero que están atentos a lo que necesites.

Y llego al ambiente donde se da el ritual más hermoso del rodaje. Hay silencio y una conexión especial con este personaje imaginado, pensado, trabajado: soy ella por fin”, recuerda Ana Ivanova sobre los días en los cuales el primer largometraje de Marcelo Martinesi se originaba.

“Inicia nuestra dinámica con el director, rodeadas de un equipo audiovisual captado por la fluidez del director de fotografía Luis Arteaga, y junto con Celine Croze, Flavia Vilela, Pascual Glauser y Gabi Vera hacemos las escenas, y las repetimos cuanto haga falta.

Al terminar, converso con Ivana Urízar, Ana Arza o Pati Sánchez sobre algún tema de producción. También tengo un encuentro y breve charla con nuestro productor general, Sebastián Peña, quien se encarga de que todo esté en orden y, por último, escucho las recomendaciones y devoluciones para la siguiente jornada que me entrega Marcelo.

Me despido de todos. Regreso a casa. Cansada. Satisfecha. Feliz”, concluye la intérprete, enfatizando que hacer cine implica a un equipo humano y profesional gigantesco y que jamás se reduce a los actores, quienes ponen el cuerpo y la cara ante cámaras.

Las Herederas es una historia radical, pero a la vez delicada. No solo nos muestra la complejidad y la diversidad de otras formas de vivir, sino que desarrolla la crisis, el fracaso y el cambio de los personajes que la habitan.

Memorias de un guion

“Marcelo me comentó que su guion está inspirado en recuerdos de infancia, la figura de mujeres que dejaron huella en su memoria, sensaciones y sensibilidades características del entorno social y cultural dentro del cual creció”, refiere Ana Brun, una de las protagonistas de esta trama.

“Desde la producción trabajamos mucho con Marce en buscar referencias que nos remitan al universo estético de Las Herederas, profundizando el guion en primera instancia, pero manteniendo una discusión sobre cómo recrear ese universo desde un cierto estilo de narrativa cinematográfica. Sus recuerdos aportaron, sobre todo, sensaciones, atmósferas y figuras de personajes. Con aquellas referencias salimos a buscar espacios que configuren esa intemperie, personas que pueblen esa constelación de personajes. Fue un trabajo sumamente enriquecedor y, a través de él, logramos conectar con la historia en otros niveles; más importante aún, logramos visualizar cabalmente el imaginario que creó”, profundiza el productor general Sebastián Peña.

“Traté de entender lo que habría sido la vida de esas mujeres en su tiempo. Me bastó rememorar lo contado por mi madre y abuela. Los niños y jovencitas no participaban de las conversaciones, no se salía sola, se privilegiaba a los hermanos, nada de hablar de temas controversiales”, sentencia Ana Brun.

En la piel de las herederas

Durante los casi tres meses de grabación y jornadas de trabajo que superaban a veces las 12 h, sin contar los días de ensayos previos al rodaje con el director, Margarita Irún valora las entrañables tardes de preparación en las que su personaje se apropiaba delicadamente de lo cotidiano.

“Marcelo me llamó e invitó a una entrevista en la que me contó acerca de la película que estaba preparando ya hace un par de años, con investigación minuciosa sobre el guion, y entre preguntas y respuestas de mi parte —referida al universo femenino y mi visión del mundo sobre la soledad, los celos, mi forma de ver la vida de relación, las relaciones personales y demás— me fue llevando como el maestro que es, hasta desnudarme el alma, al mismo tiempo que me grababa, llegando a exponer mis más íntimos recuerdos”, señala la también protagonista de la historia.

“Valoré desde el inicio el respeto por la figura de la actriz, nunca imponiendo, sino, por el contrario, confrontando opiniones y criterios dentro del más amoroso cuidado en nuestra relación de trabajo”, acota esta artista de vasta trayectoria y formación.

“Mi personaje da vida a una mujer gris, quien pierde su fortuna a los 60 años, viéndose obligada a afrontar la situación sin tener idea del cómo. La formación y educación que recibió no la prepararon para remangarse y salir a flote”, comenta Brun.

Con divergentes características en la sicología del rol que encarnó, Irún subraya: “Fui hurgando sobre sus reacciones, haciéndolas mías. Desde cómo responder actitudes, cómo acercar un vaso de agua a la boca, cómo agarrar el cigarrillo y cómo levantarme por las mañanas. Hasta darme cuenta de que ella estaba entrando en mi propia piel y consideré este proceso verdaderamente mágico”.

“Puedo afirmar sin equívocos, y amo esta conclusión, que Marcelo logró de mí sutilezas y finezas en los más mínimos gestos y expresiones”, asegura Margarita.

Narrativa y realidad

“Comencemos a decirlo más fuerte: el Paraguay tiene una deuda con las mujeres. Las Herederas pone el dedo en la llaga sobre la problemática, justamente porque es una historia de mujeres no convencionales que rompen moldes por circunstancias adversas, que viven, existen y pueden —muy a pesar del machismo y la cultura patriarcal— ser ellas mismas”, reflexiona Ana Ivanova.

“Ser parte de la competencia oficial de uno de los más exigentes festivales de cine, como la Berlinale, supone un mensaje para demostrar a los políticos que el Paraguay debe acompañar el crecimiento de más historias comprometidas como esta”, analiza la artista.

“La historia es sugerente, no intenta proponer una visión única, sino trata de llegar con tonos auténticos al drama de las relaciones humanas en la que se refleja la cultura de la violencia y que en el Paraguay tiene cara de mujer. Se asume con total normalidad la vida de estos personajes, en su dignidad y contradicción, que aún al margen de una sociedad que prefiere ignorarlas, brillan con su potencia humana”, finaliza Ivanova.

A pocos días de llegar a Berlín, las tres actrices coinciden en el entusiasmo y responsabilidad que significa representar a nuestro país en el festival.

Con mínimas diferencias asumen el desafío, exponiendo en todo momento la claridad absoluta y profunda sensibilidad de Martinessi, al encauzar una historia generada desde una transparente visión estética, en la que el equipo técnico y artístico también permearon en la piel de estas mujeres, logrando con su experiencia un legado que reinventa y celebra nuestro audiovisual, ubicándolo por encima de las burocracias estatales y brillando en espacios internacionales.

Oso de Oro de Berlín

Tras anunciarse que la película ingresaría a competir en el prestigioso festival de cine de Berlín, la Berlinale, varias reacciones positivas suscitaron esta invitación. Desde el 15 al 25 de febrero, inmersos en un clima lleno de glamour, celebraciones, estrenos mundiales de primera línea y un sinfín de posibilidades para exponer el trabajo realizado en Las Herederas, Marcelo Martinesi, Sebastián Peña y las tres actrices protagonistas del filme paraguayo representarán al equipo que ubicó por primera vez una realización nacional en dicho certamen.

La nota firmada por Dieter Kosslick, director del festival, expresa: “Estamos profundamente impresionados con este trabajo y queremos invitarles a Berlín, junto con su bello elenco de actrices, para el estreno mundial de la película”.

La Berlinale se prepara este año para recibir a alrededor de 4000 especialistas de prensa y 18.000 profesionales de la industria. Las 18 películas de la competencia son el centro de atracción de un festival en el cual participan, además, unas 400 producciones entre largometrajes, cortometrajes y documentales en secciones como Panorama, Berlinale Shorts, Forum, Generation y muestras especiales.

Tom Tykwer, afamado director de la clásica Run Lola Run, será el presidente del jurado internacional encargado de otorgar el prestigioso Oso de Oro y los Osos de Plata en categorías específicas dentro de la competencia en la que este año hay filmes de Gus Van Sant, David Zellner, Lance Daly, Markus Imhoof, entre otros.

La película paraguaya narra la historia de dos mujeres de buena posición social que habían heredado suficiente dinero para vivir cómodamente. Pero a sus 60 años de edad la situación empieza a cambiar, cuando el dinero ya no les alcanza. Esta nueva realidad altera el equilibrio imaginario en el que vivían, pero, sobre todo, empuja a una de ellas a iniciar un proceso de transformación interna, alterando un mundo que, hasta entonces, había permanecido inmóvil.

carlos.canete@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Arcenio Acuña/Gentileza.

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