Little Havana, tesoro de Miami

El barrio cubano Pequeña Habana o Little Havana es un lugar al que pueden llegar los turistas para comenzar a entender el ritmo de Miami y su nexo con los cubanos que lo habitan, los que llegaron desde que los Castro gobiernan la isla cubana.

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Lo primero que llama la atención en Little Havana es el ambiente más latino de Miami, su cartelería y personajes míticos que invitan a probar un habano, café, y su variada comida a base de lechón y jugos de frutas como el mamey. No pueden faltar la banana frita y los frijoles o porotos.

La comunidad, que en un principio se formó con los exiliados cubanos en los años 60, hoy se abre a otros orígenes, como nicaragüenses, colombianos y dominicanos. La gente se desplaza en autos caros de películas, pero también en bicicleta o a pie, y reina para comunicarse, más que en ningún otro lugar, el español.

El eje central es la Calle 8, en la que se congregan muchos comercios, se encuentran recuerdos de este mítico lugar, en el que convergen la santería, el dominó y la música en vivo, con bailarines que pueden armar una fiesta con los tambores.

Lourdes Incer, una simpática cubana, se gana la vida en su tienda de habanos, nos invita a la fiesta cultural que se vive el último viernes de cada mes y nos muestra el escenario en el que los músicos cantarán el son caribeño. En su establecimiento se puede ver una gran cantidad de obras de arte, como un cuadro pintado en homenaje a El viejo y el mar, libro célebre de Ernest Hemingway. Esos viernes también se pueden disfrutar de la artesanía, retratos y comidas al paso.

Lourdes llegó a Miami, como muchos, en una balsa en la época del éxodo del Mariel, en los 80, y recuerda con profunda tristeza cuando tres de sus compañeros de viaje cayeron del barco camaronero a las profundidades del mar. Ella tenía entonces 17 años y dejaba atrás su Cuba hermosa, donde tenía todo. Aquí también conocemos a Flores Sotolongo, un cantante de 71 años, quien nos regala una canción a capela que habla del amor y la vida. La mayoría de los que habitan este barrio pertenece a una clase trabajadora; artistas, bohemios y comerciantes abren sus tiendas y ofrecen lo mejor de sus raíces, y te hacen probar el mojito con hierba buena o un vasito de ron en sus bares.

El famoso carnaval de la Calle 8 promete congregar a miles de lugareños y turistas, y este año será el domingo 13 de marzo.

La Pequeña Habana te va a encantar, vas a encontrar unos gallos gigantes en las veredas o Don Quijote y Sancho Panza en fantásticas piezas de gran tamaño. Date tiempo para conocer el parque Máximo Gómez, donde juegan dominó y ajedrez; el Teatro Tower y el paseo de las estrellas latinas, que rinde homenaje a clásicos como Celia Cruz. En el cruce de la Calle 8 con la Avenida 13 se encuentra el monumento homenaje a los caídos en la invasión de la Bahía de Cochinos. También se instalaron aquí galerías de arte para todos los gustos. La Pequeña Habana requiere de tiempo para caminarla. Cada persona con la que te encuentras te cuenta una historia, para saborearla y guardarla como un pequeño tesoro cultural.

mirtha@abc.com.py

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