Madres del siglo XXI

Ser mamá hoy exige mucho más que en la época de nuestras madres o abuelas, pues no solo cumple ese rol, sino que también es trabajadora, esposa, hija, hermana… A esto se suman otros retos a la hora de educar a sus hijos.

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Actualmente, la mujer no solo es madre, sino también trabajadora, esposa, hija, hermana… Y muchos son los retos a los que debe enfrentarse si quiere ser exitosa en todos estos roles sin quitar tiempo en calidad y cantidad a su familia. La Lic. Gladys Teixidó de Fátima, sicóloga y sicopedagoga, describe este fenómeno como la maternidad multifuncional.

-¿Cuáles son los desafíos a los que deben enfrentarse las madres que trabajan fuera de su casa a la hora de educar a sus hijos?

-La madre actual es considerada multifuncional. Esto quiere decir que, además de cumplir este rol y ser esposa, muchas veces se desempeña como jefa del hogar y es la que sustenta a la familia.

-¿Cómo describiría esta nueva generación?

-Se trata de una nueva generación de madres activas y autónomas que enfrentan desafíos económicos, culturales y sociales, los cuales se agudizan en la mujer que trabaja fuera del hogar, pues no dispone de mucho tiempo para su familia, y los momentos compartidos son exiguos. Entonces, el tiempo y la calidad invertidos en el núcleo familiar no son los ideales. Por lo tanto, a la hora de educar, algunos de los desafíos son: la falta de imagen maternal o de autoridad, y el poco tiempo disponible para internalizar y reforzar los valores que se aprenden en el día a día.

-La familia es la encargada de educar a los niños, y la escuela, de inculcarles conocimientos, pero ya sea por falta de tiempo u otra razón la responsabilidad es derivada a la escuela. ¿Qué consecuencias produce esto en el niño?

-La familia, escuela y sociedad son los ámbitos decisivos en la educación de los niños.

La familia es el primer agente socializador, es el primer contexto donde el niño se desenvuelve y empieza a desarrollarse en todos los planos. La familia educa a través de normas que establece en la convivencia y, también, enseña una serie de valores y aspectos a lo largo de la vida del niño. Por lo tanto, si se deja toda esta responsabilidad a la institución educativa, el niño se vería afectado en su proceso evolutivo y, luego, lo reflejará en su producción escolar. El sentimiento de pertenencia al grupo familiar hace el crecimiento interno y moral. De la familia depende alcanzar o no una buena maduración personal.

-¿En qué repercute en el niño que todavía no va a la escuela y que las únicas compañías sean la televisión y la niñera?

-El tiempo que el niño pasa frente al televisor u otros dispositivos electrónicos debe ser limitado desde el comienzo, pues luego de que adquiera el hábito, será muy difícil modificarlo. Si bien estos lo estimulan sensorialmente, su exceso es dañino, porque, además de colocar el cerebro del niño en piloto automático, le quita la posibilidad de crear e interrelacionarse con su entorno y podría consumir programas no apropiados para su edad.

Asimismo, muchas veces, el personal de servicio no tiene tiempo, preparación o interés para educar al niño, el cual debe poder desarrollar sus capacidades en un ambiente propicio, y acompañado de personas responsables de su cuidado y seguridad.

-¿La ausencia de la madre en la casa produce que los niños pierdan el respeto tanto hacia sus padres como a otros adultos?

-No es el único motivo. Si se observa falta de respeto, es porque las normas y obligaciones dadas por los padres no son claras y continuas. Por ejemplo, hay padres que ante una misma conducta toman determinaciones ambiguas; algunas veces castigan, y otras lo toman con gracia; entonces, las normas son inconsistentes y carecen de valor para el niño. Si crece en un ambiente en el cual se propicia la falta de respeto, será un niño o adolescente rebelde, desafiante, con conductas inadecuadas y consecuencias negativas.

-Muchas veces, las madres piensan que no “pueden” con un niño que se comporta mal o tiene problemas, huyen de su responsabilidad, derivándolo a un sicólogo. ¿Todo se soluciona con un profesional o es solo falta de firmeza?

-Generalmente, se recurre a la ayuda de un profesional cuando se observa en los niños conductas no adecuadas, desobediencia, incluso, somáticas. Cada niño es diferente y sus necesidades de atención varían uno de otro, por lo cual, no se puede establecer pautas generales a seguir. Sin embargo, la aparición de conductas problemáticas es un síntoma inequívoco de que las demandas afectivas del niño no son satisfechas.

Pero el sicólogo solo no puede solucionar cada situación. La interacción profesional-niño-familia es la que nos llevará con directivas específicas a obtener resultados óptimos en el tratamiento.

-Hay madres muy autoritarias o, de lo contrario, muy permisivas, cuyos hijos viven con miedo a los demás o, en el segundo caso, son tan rebeldes que se convierten en un peligro para los otros. ¿Cómo se logra el equilibrio?

-Es importante enseñar al niño hábitos familiares y sociales indispensables desde temprano. El equilibrio entre autoridad-permisividad se logra marcando pautas claras, sencillas, cumplibles. Una vez que el niño se adecue a ellas y las cumpla, podemos ir premiando o reforzando en forma positiva sus logros. La permisividad, muchas veces, es consecuencia de sentimientos de culpabilidad que posee la madre por estar físicamente ausente.

-Generalmente, la madre pretende llenar ese vacío con cosas materiales...

-Es muy común observar madres que todos los días regresan al hogar con un obsequio para los niños. Esto produce en él un estímulo negativo, pues el chico espera la hora de regreso de su madre por el regalo y no por la compañía de la madre. Hay cosas que no se pueden suplir con nada material. El tiempo invertido sin celular ni computadora, en el cual la madre se comunique verbal y físicamente con su hijo interiorizándose de sus quehaceres, sus deseos, miedos y sentimientos será más valorado y productivo que un camioncito o una muñeca. Asimismo, compartir juegos, tareas hogareñas y escolares, en un ambiente cordial, sin gritos ni presiones mejora notablemente el nivel productivo de los niños.

-¿Cómo una madre físicamente ausente logra criar un hijo adulto pleno y feliz?

-No hay fórmula mágica, pero sí ingredientes fantásticos, como el amor, la tolerancia, el perdón, la comprensión, los límites, normas y deberes que cumplir. Los niños no son lo que escuchan, sino lo que viven. Somos seres únicos con requerimientos diferentes dentro de una misma familia. Deben existir normas generales de convivencia y normas particulares para cada miembro. Compartir quehaceres y obligaciones, juegos y distracciones.

Pareciera imposible lograr este estado de armonía, pero debemos recordar que una familia va mucho mas allá de la unión física o de sangre; es un sentimiento de pertenencia, una identidad que nos acompañará a lo largo de nuestra vida.

Producción y estilismo: Víctor Flores. Modelos: María Franco, Marieta Constantini Páez, Sergio Ojeda y Renata Ojeda para Sight Talent Agency. Maquillaje: Ara Noguera. Prendas: Of Miami, Tanya Villalba y Nueva Americana.

mpalacios@abc.com.py

Gustavo Báez.

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