Seducción fatal

Angakatu Paraguay es una iniciativa para apoyar el combate a las adicciones. En ese contexto, ofrecerá el seminario internacional “Adicción: seducción fatal”, el sábado 25 de 8 a 13:30 h en Carmelitas Center.

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¿Cómo ayudar en la lucha contra las adicciones?, fue la pregunta de la fundación Ramón T. Cartes, por lo cual decidió organizar un seminario dirigido por expertos norteamericanos. “La misión de Angakatu Paraguay (El alma del Paraguay puede) es apoyar a nuestra comunidad en la prevención y educación contra el abuso y adicción a las drogas, con base en tres enfoques: con charlas a alumnos en los colegios del 8.º grado al 3.º de la Media, creando una red de profesionales que ofrecerán charlas informativas en todo el territorio nacional a los padres o responsables de los estudiantes”, manifiesta Laurie E. Fitzsimmons, miembro del Consejo de Administración de la fundación.

Además organizarán y ofrecerán una charla, seminario o conferencia anual a los profesionales en el rubro, “de manera que estén a la vanguardia en cuanto a tratamiento del tema en principales ciudades, como Asunción, Ciudad del Este, Encarnación y Pedro Juan Caballero, a nivel internacional y nacional”, indica.

Para el primer seminario vendrán de Miami, Florida, EE.UU., la Lic. Ana Moreno y el Dr. Hugh Humphery, a quienes consultamos vía mail acerca del tema.

-¿Qué es una adicción?

-Es una enfermedad crónica y progresiva del cerebro, a menudo con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas. Produce cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, el uso continuo de drogas afecta el funcionamiento de la corteza prefrontal y del circuito de gratificación, que son áreas implicadas en el razonamiento, toma de decisiones, control de los impulsos, motivación y habilidad de sentir placer. Por eso, aunque la decisión inicial de drogarse es voluntaria, con el tiempo, los cambios en el cerebro causados por el abuso de las drogas afectan el autocontrol y llevan al adicto a necesitar consumir continuamente para no sentirse deprimido, ansioso y desesperado.

-¿Qué hacer en esos casos?

-Lo más importante es hablar con el adicto y confrontar la situación, aunque no se tenga evidencia concreta. Es muy importante observar el papel de los familiares para ‘proteger’ al adicto y analizar esos comportamientos que facilitan la progresión de la enfermedad para poder cambiarlos.

-¿Hay formas de prevenirla?

-Sí. Para ello, es importante que las personas conozcan su propio nivel de riesgo y traten de minimizar los factores que lo contribuyen. Asimismo, la adicción es una enfermedad genética, por lo que algunas personas están predispuestas a ser adictas. También, algunas sustancias crean adicción más rapidamente que otras; por ejemplo, la adicción a la cocaína es más fuerte que a la marihuana. Igualmente, los adolescentes y adultos jóvenes son más vulnerables porque el cerebro todavía está madurando.

-¿Qué hacer con una persona que no admite su adicción?

-La familia siempre puede conseguir ayuda sin la persona adicta, puesto que la adicción afecta a todos sus miembros. Inclusive, muchas veces los familiares facilitan el proceso de la persona adicta de forma inconsciente. Lo hacen por amor; sin embargo, el adicto necesita darse cuenta de que tiene que hacer cambios en su vida para recuperarse.

Lamentablemente, los familiares también pueden llegar al punto en que sus vidas están fuera de control, porque enfocan toda su atención en el adicto, por lo que deben buscar ayuda profesional de forma inmediata, con o sin el adicto.

-¿Se cura la adicción?

-No, ya que es una enfermedad crónica del cerebro, pero sí existe el tratamiento para que el adicto pueda recuperarse y seguir una vida saludable. Como la persona no tiene control sobre el consumo, cuando está en recuperación no tiene que consumir.

-¿Qué es lo primero que debe hacer el adicto si desea curarse?

- Parar el consumo de todas las sustancias psicoactivas, incluyendo el alcohol. Además, si es posible, debe participar en un tratamiento contra el abuso de sustancias.

-¿Cuáles son los tratamientos?

-Servicios intensivos para pacientes externos, hospitalización parcial, servicios residenciales para pacientes internos, servicios médicos para pacientes internos.

-¿Cuál es la mejor forma en que la familia puede apoyar al adicto?

-Igual que hay metas para la persona en el tratamiento, también las hay para los familiares: informarse sobre la enfermedad, identificar y parar las conductas que provocan y facilitan el uso de drogas, examinar los mecanismos de resentimiento y defensa, empezar a resolver los problemas familiares, trazar expectativas razonables para el futuro inmediato, prestarle apoyo emocional al adicto, pero sin caer en un comportamiento de sobreprotección o de aceptación del uso continuo, considerar la posibilidad de recaída. Los miembros de la familia deben aprender a controlar sus propias emociones y reacciones, entender que en el camino a la recuperación lo que se busca es el progreso en vez de la perfección.

-¿Cuáles son las adicciones más comunes?

-El alcohol, la marihuana, la cocaína y las pastillas de prescripción médica. También hay adicciones a otros tipos de sustancias, al sexo, a los juegos y a las compras, entre muchas otras. Todas tienen sus síntomas y signos, y se tratan más o menos igual porque los cambios cerebrales son muy similares. Todas se relacionan con tratar de “escapar” de la vida real y la búsqueda de gratificaciones intensas e inmediatas, y todas tienen un alto nivel de peligro porque alteran la manera de pensar; además de existir la posibilidad de la sobredosis y la muerte.

-¿Y las drogas “legales” como el alcohol y el tabaco?

-Las sustancias legales no son más sanas que las drogas ilícitas. Como bien sabemos, el tabaco aumenta el riesgo de cáncer y de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El alcohol, por otra parte, aumenta el riesgo de problemas del corazón, del hígado, nutricionales y de la memoria.

-¿Hay esperanzas de recuperación con el tratamiento?

-Sí; la receta es fácil: física, no consumir; emocional, hablar de los temas y confrontar las situaciones de la vida y de lo espiritual. Lo difícil es cumplir estas metas. Pero con la recuperación uno aprende a manejar la vida sin tener que escaparse de la tristeza, ansiedad y emociones “negativas”. Y no es solamente el no consumir; es vivir con integridad y autenticidad.

-¿Es cierto que para curarse el adicto realmente debe desearlo?

-Es un mito. La verdad es que la mayoría no quiere tratamientos. Saben que ya no tendrán acceso a las sustancias y no quieren pasar por el período de desintoxicación intenso. Si buscan tratamiento, es porque un tribunal les ordenó o porque los familiares o seres queridos les instaron a hacerlo.

Síntomas

-Conducta compulsiva: cambios en los patrones de conducta, las rutinas cotidianas y la personalidad, de manera que el único enfoque del individuo es obtener y consumir la droga.

-Crear tolerancia a la sustancia psicoactiva: necesitar tomar progresivamente cantidades más grandes de la droga para poder obtener el mismo estado eufórico.

-Uso continuo a pesar de consecuencias.

-Síndrome de abstinencia: conjunto de reacciones físicas y mentales que ocurren cuando el adicto deja de consumir.

Causas

Hay muchos motivos o factores a considerar, entre ellos:

- Biológicos: genético; la adicción tiene tendencia a correr en familias.

- La personalidad del individuo: hay características que predisponen a la adicción, como la baja autoestima, ansiedad, pesimismo, depresión o algún trauma severo a una edad temprana.

- La sustancia: algunas drogas son más adictivas que otras. Por ejemplo, la adicción a la heroína es más fuerte que a la marihuana. Asimismo, la nicotina es una de las sustancias más adictivas conocidas.

- Ambientales: qué tan fácil es conseguir las drogas, cuántos amigos y qué tan cercanos son los amigos que consumen.

- Etapa de desarrollo físico y mental: los jóvenes son mucho más vulnerables a volverse adictos que los adultos. Asimismo, inicialmente, las personas consumen para sentirse bien y experimentar nuevas sensaciones y experiencias. Sin embargo, después de algún tiempo, lo necesitan para sentirse “normales”.

Señales de alerta

Signos: evidencia objetiva de la existencia de un problema o enfermedad percibida por un profesional, la familia o las amistades.

Síntomas: evidencia subjetiva de una enfermedad o de una condición, percibida por el paciente.

- Signos físicos: fatiga, problemas al dormir, ojos enrojecidos o sin brillo, pérdida/aumento de apetito y peso, tos persistente, pereza, apatía o somnolencia, hiperactividad, olor o aliento inusual.

- Signos emocionales: cambios en la personalidad, irritabilidad, comportamiento irresponsable, errático, cambios en la autoestima, depresión y desmotivación.

- Signos familiares: el adicto argumenta o pelea por cualquier cosa; no respeta a los otros miembros de la familia o las reglas de la casa; retraerse o dejar de comunicarse con la familia, mentir de manera frecuente.

- Signos escolares/ocupacionales: pobre rendimiento en el ámbito escolar o en el trabajo, aumento de ausencias al trabajo o colegio.

- Signos sociales: cambio de amigos, muchas salidas, no regresar a la casa después de una salida o llegar mucho más tarde de lo habitual.

Sepa más:

Teléfonos: (021) 285-885 (021) 285-887 (021) 285-888 (0981) 119-084

Email: bursalpy@gmail.com Internet: www.bursal.com.py

Fecha: Sábado 25, de 8 a 13:30 horas, en Carmelitas Center.

mpalacios@abc.com.py

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