Semillero de tenistas

Hugo Chapacú, el extenista paraguayo, nacido en Posadas, Argentina, pero con sangre paraguaya –“Mi abuela era de Villarrica”, revela–, fue estrella del equipo paraguayo de Copa Davis en la década del 80. Hablar con él es evocar la época dorada del tenis nacional. Luego de su espectacular triunfo por Copa Davis ante Estados Unidos en 1987, por el Grupo Mundial, cuando venció a Jimmy Arias y le dio la posta a Víctor Pecci para marcar el triunfo final del team paraguayo.

Para compartir toda esta experiencia, Chapacú fue convocado por el titular de la Secretaría Nacional de Deportes (SND), Víctor Pecci, para encabezar el desarrollo del Programa de masificación y difusión del tenis de la Asociación Paraguaya de Tenis (APT) y esa dependencia. Cuenta que lo llamaron para trabajar en la iniciación de los chicos en este deporte. “Me gusta mucho porque hay que volver a promover el tenis, y no tenemos nada de chicos. Me siento muy agradecido por poder hacer algo por el tenis del Paraguay”, señala. 

Considera que si bien actualmente hay tenistas mujeres que están haciendo hablar del Paraguay, el deporte está en baja, por lo cual es necesario que se formen a los niños y niñas, quienes son el futuro. “Desde que dejamos de jugar la Copa Davis, con Víctor Pecci y Francisco González, se terminó. Ya han pasado más de 20 años y siguen jugando en tercera categoría. Nosotros nunca bajamos; siempre estuvimos entre los 16 mejores del mundo”, apunta.

Chapacú invita a los chicos a acercarse hasta la Asociación Paraguaya de Tenis, en el Km 5, de lunes a viernes, de 8:00 a 11:00, donde él imparte las clases personalmente desde la segunda semana de enero y, dependiendo de la cantidad de chicos que ingresen, continuarán hasta finales de marzo. “Sé que el tenis está considerado como un deporte de élite y cuesta dinero, pero no tengan miedo; aquí todo es gratuito”, resalta. 

Insiste en que no es necesario que se haga el gasto ahora. “Si después el chico quiere seguir, sí. Por el momento, tienen raqueta, pelota, cancha y estoy yo. Todo es gratis. Es decir que cualquiera puede venir a jugar tenis”, detalla. Las clases son para niños y niñas de entre 6 y 11 años, pero aceptan a más pequeños también. Las raquetas son livianas, chiquitas, especialmente para ellos. “Yo los observo, miro su fuerza y de acuerdo a eso se le facilita la raqueta”. 

Pero esto no significa que el programa concluye en marzo. Luego, conforme al número de chicos que queden, porque empiezan la escuela, continuará. “Recién ahora las madres se van acercando. Lo que más les preocupa es el costo de los elementos deportivos, como la raqueta. Cuando les digo que es gratuito, se tranquilizan. Para participar, lo único que tienen que hacer es inscribirse en la secretaría de la APT, venir con un atuendo deportivo, quepis y agua”, refiere. 

Comenta que, tal vez, cuando los chicos comiencen la escuela, pasen a la tarde, pero todo eso se verá más adelante, porque esto recién empieza. “Vamos a terminar enero en este horario y, después, estudiaremos el caso, para que puedan seguir viniendo”, destaca. 

Chapacú se toma muy en serio este trabajo, por lo cual dejó Posadas para venir a instalarse en Asunción, para estar cerca de sus padres y, además, porque desea que el tenis vuelva a reflotar. Recuerda que antes todo el mundo jugaba al tenis. “¡Era una locura! También desde la secretaría quieren que vuelva ese furor. Sabemos que todo cuesta dinero, pero hay que pensar en los chiquitos. Ellos son el futuro y hay que prepararlos. Que empiecen a los 16 años, porque hoy el tenis se empieza profesionalmente a esa edad”.

Reconoce que, actualmente, los que están entre los 10 mejores del mundo tienen entre 18 y 20 años. “Son chicos que empezaron a los 15 años. Hay que entender que, de todos los chicos que practican, no todos saldrán profesionales. De 50, tal vez uno o dos”. Chapacú piensa que este tipo de programas se deberían implementar también en el interior del país, donde, de seguro, hay grandes valores deportivos. “Todo está centrado en Asunción y seguramente hay chicos que tienen cualidades, pero no tienen los medios. Es solo cuestión de incentivarlos. Ahí es donde hay que ayudar”, puntualiza. 

Según él, el Paraguay estuvo muy bien representado por Víctor Pecci. “Es el ejemplo. Fue el único que dio el gran salto, pero nunca se sabe, ¿por qué no?, puede surgir otro Pecci. Aunque, a lo mejor, no está en Asunción; tal vez en el interior. Es solo cuestión de salir a buscarlo. Hay que darles la oportunidad a todos”, concluye.

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Fotos: ABC Color/Silvio Rojas.