/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/4LWXRQ6YUJA7RN6UXSJWZQIRGE.jpg)
Cargando...
Desde hace tiempo, Rebecca Mendoza —una de las madrinas del Hogar Chiquitunga de Asunción— estaba en busca de un proyecto para implementar con las niñas del hogar. Es así como este año nació el proyecto Zapatunga, a iniciativa de Mendoza en colaboración la con Fundación Paraguaya. De ahí surgió crear grupos en el hogar para desarrollar un programa piloto de capacitaciones en habilidades blandas y duras, iniciado en mayo pasado.
El objetivo es empoderar a las niñas económicamente para que conozcan, principalmente, cómo funciona el mercado laboral y las empresas, para cuando ellas quieran crear su propio emprendimiento. “Entonces, ya saben qué perfil se necesita para ingresar a una empresa, qué cualidades y habilidades necesitan para crear su propio negocio, en qué se deben capacitar o profesionalizar, así como también qué carrera elegirán en el futuro”, explica Diana González, facilitadora de programas de la Fundación Paraguaya, quien lleva adelante proyecto para mujeres.
González enfatiza en la importancia de que las chicas puedan decir: “Yo puedo”. Esto implica seguir una carrera universitaria sin pensar en los obstáculos. “Y recordarles lo valiosas que son y todo lo que pueden llegar a ser si se proponen”, resalta Rocío Riquelme, asesora jurídica.
El programa consta de tres fases: motivación, conceptos teóricos y ejecución práctica. Se desarrollaron temas como interioridad y autoconocimiento; en la segunda etapa aprendieron qué es y cómo funciona una empresa. Dentro de cada área y lo que tiene que ver con recursos humanos hablaron de preparación para el trabajo; por ejemplo, elaborar el currículum vitae, cómo prepararse para las entrevistas de trabajo qué, generalmente, miran los empleadores.
La tercera etapa consistió en lluvia de ideas: crear una idea de negocios. “La idea de negocio que ellas eligieron fueron las zapatillas bordadas. Ellas moldearon con algo que se llama ‘modelo de negocio cambas’; a partir de ahí creamos un modelo de negocio, y nació este diseño, logotipo y nombre”, comenta González.
Las zapatillas están bordadas delicadamente en hilo de seda, por lo cual, además de capacitarse, se especializaron también en bordado y diseño, para poder llevar adelante este emprendimiento. “Algunas saben bordar; otras, empaquetar, sumar, armar las carpetas. Saben organizarse. Entonces, cada una tiene una función”, señala Riquelme. “Lo importante es que entienden que no solo es tejer, sino que detrás de crear un producto hay algo más: generar ideas. Cómo surgió el proyecto, la creación del producto, las cualidades de cada una”, detalla González.
Las niñas y adolescentes entran al Hogar Chiquitunga de Asunción —dependiente de la Fundación San Rafael, dirigida por el padre Aldo Trento— por denuncias realizadas a pedido de la Defensoría de la Niñez, que solicita la medida cautelar de protección y apoyo al juez, e ingresan en abrigo. “Son niñas y adolescentes, algunas madres, que son separadas de sus familias biológicas por diversas situaciones, como vulnerabilidad”, explica Riquelme.
Mientras ellas están protegidas bajo la figura del abrigo en este hogar, reciben educación, van al colegio, tienen atención médica y sicológica. “Es como estar en una casa con una mamá, en este caso, la tía Berta, y el papá, el padre Aldo, quien viene a almorzar con ellas”, añade. Mientras dure su proceso en el Poder Judicial, ellas están protegidas. Llevan una vida normal, como la de cualquier adolescente. A los 18 años se levanta el abrigo y, al menos para las que son madres, se les complica un poco su reinserción.
Por eso nació este proyecto, como una posibilidad de dejar a sus bebés en el hogar mientras salen a trabajar. En su origen, el hogar surge como un lugar para las niñas madres, pero ante la necesidad de brindarles protección, reciben a las otras niñas. Actualmente, hay 26 niñas en el hogar, de las cuales, cuatro son mamás y una embarazada.
Los interesados en adquirir la Zapatunga pueden llamar al (0992) 589-970 y contactar con Diana González. “Yo llamo a la coordinadora de marketing y ella, a su vez, le avisa a la coordinadora comercial qué se necesita y prepara cierta cantidad de productos”, cuenta. También se podrán retirar del hogar y piensan ubicar unas mesas en la entrada de la iglesia San Rafael.
Lo que se espera de este proyecto es que sirva para que las jóvenes adquieran conocimientos sobre los procesos administrativos y educación emprendedora, pongan en práctica lo aprendido e idear sus propios emprendimientos, para generar ingresos que las ayuden a mejorar su calidad de vida una vez que salgan del hogar.
Sepa más
Teléfono: (0992) 589-970, Diana González.
Facebook: @zapatungapy
Fotos: ABC Color/Arcenio Acuña.