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En el campo se consume mucha sal y el aceite corre la misma suerte dentro de la elaboración de los diferentes platos de la culinaria campesina, y esto viene desde antaño.
La sal existe en grandes cantidades en los mares y agregándole el yodo se vuelve comestible, sin embargo, el aceite puede obtenerse de diferentes especies vegetales, entre las cuales podemos citar a la soja, el maíz, girasol, la canola, el maní, entre otras fuentes. Dentro de las mencionadas, el maní (Arachis hipogea), siempre se ha sembrado en las pequeñas fincas como rubro de renta y de subsistencia, aunque, al ser una fuente proteica y oleaginosa a la vez, su importancia crece para el fin que perseguimos.
APROVECHAMIENTO DE MATERIA PRIMA
Teniendo en cuenta las materias primas mencionadas existe la idea de ejecutar un proyecto, en conjunto con el Ing. Agr. Rubén Cañete, para el implemento de una máquina extractora de aceite de maní, construido a partir de un prototipo sencillo que puede ser manual o eléctrico. El implemento puede contribuir al bienestar de las familias y mejorar la calidad de vida de la gente del campo. El refinado del aceite también se puede lograr de manera sencilla y práctica.
JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
Una de las preguntas podía es: ¿por qué recurrir al maní? La respuesta es sencilla: constituye una fuente de proteína vegetal. Su contenido es alto: 30 g de maní contiene alrededor de 7 g de proteína, casi la misma cantidad que contiene un huevo o la misma cantidad de carne. Igualmente, contiene arginina, que es un aminoácido al que se le conoce como el precursor del óxido nítrico, el cual es un potente vasodilatador que ayuda a relajar las paredes de las arterias e inhibe la acumulación de plaquetas, evitando complicaciones cardiovasculares.
Por otra parte, el maní presenta un bajo índice glucémico a diferencia de otros alimentos que disparan en el organismo un incremento en la producción de insulina, lo que puede llevar a una disminución en la habilidad para producirla. La Asociación Americana de Diabetes recomienda que las personas con esta enfermedad consuman alimentos con índice glucémico por debajo de 50. El maní tiene un índice glucémico 15; contiene pocos hidratos de carbono, los cuales son complejos y con alta cantidad de fibra. Del mismo modo, no aporta colesterol malo (LDL). Contribuye a incorporar el HDL, es decir, el colesterol bueno que también es indispensable para la generación de energía en el ser humano.
OTROS APORTES
El maní contiene B-Sitoesterol y Resveratrol; ambos se encuentran normalmente en las plantas, en las cuales tienen la función de protegerlas. Sin embargo, también inhiben el crecimiento de cáncer y protegen el corazón. Resveratrol es un antioxidante de primer nivel.
El 80 % de la grasa contenida en el maní es grasa insaturada, la cual ayuda a disminuir el colesterol malo y mantiene alto el bueno. Disminuye los triglicéridos mejor que las dietas bajas en grasa, además de ser fuente natural de vitamina E, un antioxidante que ayuda a prevenir la falla de las vías coronarias en el ser humano y metaboliza mejor el oxígeno que corre por el torrente sanguíneo.
Es fuente de ácido fólico: cuando las mujeres embarazadas lo consumen evitan que haya efectos adversos en la formación del sistema nervioso del bebé. Se menciona también que ayuda a prevenir cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Contiene buena cantidad de fibra, lo que ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre, el colesterol y triglicéridos en personas con diabetes.
Finalmente, ayuda a quedar satisfecho y mantener la dieta. Por su contenido energético, el maní produce buena sensación de saciedad. Por eso, es perfecto en dietas para bajar de peso.
(*) Técnico CDA/DEAG/Ñeembucú.