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No es necesario disponer de galpón o silo, debido a que la raíz de la mandioca puede permanecer bajo tierra hasta dos años, en espera de la cosecha, aumentando en ese periodo su rendimiento. Si fuere necesario cosechar totalmente, de una vez, se la puede guardar en diferentes formas como el popí, la fariña, o el almidón.
Las ramas cosechadas entre abril y junio, que serán destinadas a semilla, deben almacenarse adecuadamente para evitar los daños causados por las heladas.
A todas estas ventajas de la mandioca, se suma la importancia que actualmente adquiere con el aumento de su demanda en los mercados para el consumo en estado fresco, así como el requerimiento de la industria, ya que a partir del almidón de mandioca se obtienen diversidad de derivados, que se vuelven a emplear como materia prima o ingredientes de alimentos y productos como los cartones, los adherentes y medicamentos, entre otras cosas.
Epoca de plantación
La más recomendable es la época que comprende de julio hasta setiembre. La costumbre de la mayoría de los agricultores es realizar la plantación entre julio y agosto; sin embargo, setiembre es el mejor mes, conforme a los resultados obtenidos en campos experimentales.
Siempre que se cuente con una buena semilla, que haya sido bien protegida y en cantidad suficiente, se puede aprovechar el mes de setiembre para obtener mejor brotación, plantas más vigorosas, y de más rápido crecimiento. Nuevos trabajos realizados en Cuba y difundidos por CLAYUCA, y trabajos realizados por el Dr. Gibert en Caacupé, atizando antiestrés en mayo y junio, se demostró que el cultivo se puede hacer todo el año con diferentes índices de rendimiento.
Preparación de suelo
Generalmente al cultivo de la mandioca se le dedica la tierra más pobre y los peores cuidados en las fincas, quizá porque es tradicional y necesariamente debe ser sembrada. Sin embargo, este noble rubro, como otros cultivos, merece suelo bien fértil. De no ser así, hay que fertilizar con lo que se dispone, porque cualquier trabajo que se realice redundará hasta 10 veces más de lo que se gaste.
En otros países donde se está haciendo el reciclado de los residuos, los productores dedican todo el tiempo, esfuerzo y dinero necesario para abonar la tierra con tales residuos y logran grandes beneficios mediante el alto rendimiento de la mandioca, y a la vez una mejor calidad. En la zona de San Pedro, donde el MAG y la GTZ han incentivado el uso de abonos verdes como la mucuna ceniza, el kumanda ybyraí u otros, están comprobando que la mandioca aumenta el rendimiento considerablemente y con menos carpidas cuando se planta sin arar la tierra entre las ramas secas de los rastrojos secos de la mucuna.
Por eso actualmente se recomienda, máximo una arada, y a continuación, sin tardanza, se procede a la plantación de la rama.
Cuidados culturales y cosecha
En un terreno donde hubo cobertura verde por mucuna disminuye considerablemente el número de carpida que se requiere, pero en un terreno enmalezado generalmente se necesitan 4 carpidas como mínimo, cuidado que debe hacerse principalmente cuando las ramas comienzan a crecer.
Sin embargo, el mejor aprovechamiento de la mandioca se conseguirá mediante la organización de los productores, ya sea en comités o cooperativas para industrializarla.
Selección de rama-semilla
Cuando se cuenta con ramas bien seleccionadas, libres de plagas y enfermedades, y bien protegidas contra el frío, sólo hará falta eliminar una parte de la base y la punta, hacer la prueba del látex, kamby, es decir, que debe utilizarse las partes que tienen suficiente leche, hablando en términos vulgares.
En muchas áreas ya es práctica corriente que los agricultores distribuyan las ramas enteras en toda la tierra arada, y luego proceden a cortarlas en estacas ya sobre la tierra removida y blanda para evitar el maltrato a las yemas. Pero en la mayoría de los casos, la plantación se hace con las manos, en hoyos practicados con azada en la tierra removida por arado.
Para ello, los productores proceden a cortar en la sombra las estacas, siendo inapropiado emplear tocos o maderas para apoyar y cortar las estacas, pues, las yemas pueden estropearse fácilmente. El corte se debe practicar al aire, con un machete muy filoso, y se corta con dos golpes. Cada estaca debe tener 12 a 15 centímetros y 5 a 7 yemas. Es un error creer que es cuestión de que brote y que el resto lo hace todo la fertilidad de suelo y los cuidados, pero no es así. Estaca débil con pocas yemas, nunca puede dar planta rendidora. Por eso, no hay que ser tacaño con la semilla, hay que procurar contar con abundante rama y cortar estacas largas con suficientes yemas, porque lo barato sale caro.
La distancia recomendada entre liños es de 1 metro, y entre hoyos o plantas es de 70 centímetros, pudiendo espaciarse un poco más cuando se trata de suelo de rozado y aquellas variedades ramificadas.
Las estacas se echan una por hoyo, a 6 centímetros de profundidad y en dirección al liño, no atravesadas, pues de esta manera se facilita la carpida, ya que las raíces crecerán a partir de los extremos de las estacas y en la misma dirección, y por tanto, habrá menos peligro de cortar las raíces durante la carpida.
Fotos: MATKEI