Cultivos de invierno

Cuando el suelo no se usa con cultivos de renta o de subsistencia, en los espacios de tiempo entre dos cultivos principales pueden sembrarse abonos verdes, los cuales no deben competir en terreno, mano de obra, tiempo y espacio con los de renta. En extensiones mayores, en la agricultura mecanizada, se requiere que tanto la siembra como los cuidados y la cosecha de semillas de estos puedan ser efectuados mecánicamente.

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Para las condiciones climáticas del Paraguay existen pocas alternativas de cultivos de renta en invierno. Las especies alternativas que a primera vista serían las más viables son la canola, avena blanca, cebada, triticale, lupino dulce y arveja; cada uno presentan problemas específicos y de comercialización, que no han permitido su mayor difusión. Sin embargo, la peor alternativa, principalmente en siembra directa, sería dejar el terreno sin cultivo, pues esto resultará en una multiplicación indiscriminada de malezas y en altos costos para su eliminación. Además, el suelo queda expuesto a la erosión y al lavado de nutrientes, con la consecuente degradación del suelo y pérdida de productividad.

La alternativa es utilizar el terreno disponible para el cultivo de abonos verdes de invierno, que aunque no produzcan granos comerciables, pueden, a través del efecto residual del abono verde de invierno sobre el cultivo comercial de verano, aumentar el rendimiento y el resultado económico de estos cultivos. Además se evita el enmalezamiento excesivo que sufren las parcelas que se dejan sin sembrar en el invierno, y que inviabilizan el uso de la siembra directa por el alto costo para eliminarlas.

La siembra de los abonos verdes de invierno se efectúa desde abril hasta junio, debiendo dársele preferencia a las siembras tempranas. Para abono verde se recomiendan los espaciamientos más estrechos posible (17 a 20 cm.), lo que generalmente hace necesaria la utilización de sembradoras de granos finos. Todos los abonos verdes pueden ser sembrados en siembra directa, y en general, pueden ser aplastados con rollo cuchillo, aproximadamente 120 días después de la siembra.

Avena negra

La avena negra es muy poco exigente en cuanto a fertilidad del suelo y bastante resistente a la sequía, aspectos en que supera ampliamente a la avena blanca o amarilla, y al centeno. La avena negra es una planta que mejora la sanidad del suelo y promueve aumentos apreciables de rendimiento en la soja o habilla que le siguen en la rotación de cultivos. Debido a su crecimiento agresivo es muy eficiente en la eliminación de malezas.

Se recomienda la siembra utilizándose 50 a 60 kg/ha de semillas. La profundidad de siembra debe ser aproximadamente 4 cm. El peso de 1000 semillas es de aproximadamente 14 a 15 g. La época de siembra se extiende de marzo a junio, dependiendo de la finalidad de uso y de la región considerada. Se ha observado que en suelos que presentan deficiencias de nutrientes en el análisis, su crecimiento es afectado produciendo poca masa. En ese caso se recomienda una fertilización adecuada, lo que resultará en mayor producción de masa verde y seca, supresión de malezas y mejor efecto sobre el cultivo de soja que le sigue un rotación. El ciclo de la planta hasta la maduración es de aproximadamente 150 a 170 días. Se cosecha una media de 800 kg de semillas por hectárea.

Normalmente el manejo con rollo-cuchilla o rastra de discos se realiza aproximadamente a los 120 días de la siembra, antes de que maduren las semillas para no infestar el campo. Sin embargo, hay una variedad de avena negra, producida en IAPAR, que permite el manejo a los 150 días. Esto acorta el período entre el manejo de la avena y la siembra de la soja, consiguiéndose así una mejor supresión de malezas. Sembrándose esta variedad a mediados de mayo, se aplastará a mediados de octubre, para efectuar la siembra directa entre el 5 y el 15 de noviembre en terreno prácticamente libre de malezas. La avena puede consorciarse con lupino, vicia, colza, nabo forrajero, etc. Este año se ha notado una escasez de semillas de esta especie.

Nabo forrajero

Nabo forrajero es una crucífera de invierno, de crecimiento rápido, muy rústico y de alta producción de masa verde y seca. La planta llega de 1 m hasta 1,80 m de altura, y tiene una raíz pivotante, profunda, capaz de reciclar nutrientes lavados a camadas más profundas del suelo. Es altamente eficiente en la supresión de malezas. La planta y la semilla se parecen mucho a la maleza nabo silvestre, Raphanus raphanistrum, pero debido a que no tiene semilla dura, no hay peligro de que se transforme en maleza. El nabo forrajero se cruza fácilmente con el nabo silvestre, por lo que los campos de multiplicación de semillas y las áreas vecinas deben estar totalmente libres de esta maleza. Presenta buen efecto residual sobre el maíz.

La semilla se debe colocar a una profundidad de 3 a 4 cm, con una distancia entre hileras de 17 a 20 cm. Se recomienda sembrar 15 kg/ha de semilla con 100% de poder germinativo (hacer la corrección de acuerdo a la germinación efectiva), pudiendo variar de 12 a 20 kg/ha, siendo que las cantidades menores se pueden usar para la producción de semillas. El peso de 1000 semillas varía de 6 a 14 g, siendo en media de 11 g. La maduración de las semillas es bastante desuniforme (lo que dificulta la cosecha), ocurriendo a los 150 a 180 días. Conviene atrasar la cosecha lo máximo posible evitando que muchas vainas verdes dificulten la trilla. Después de la cosecha hay que secar las semillas en camadas delgadas y en lugar adecuado. El rendimiento de granos es de 300 a 500 kg/ha. Existen aprox. 9 ton. de semillas de esta especie en el silo de Agrocereales en la ruta VI, en la entrada sur de Naranjal.

Girasol

El girasol es una planta anual erecta de la familia de
las compuestas, que en las regiones más cálidas de la región Oriental del Paraguay crece bien en cualquier época del año. Su uso como abono verde es poco conocido y practicado en el Paraguay. Debido a su rápido crecimiento es muy competitivo contra las malezas, y cuando la siembra se hace suficientemente densa (50 kg/ha), y espaciamiento estrecho de 17 a 20 cm ahoga eficientemente las malezas y sombrea bien el suelo. Esto lo hace muy indicado para el control de malezas en siembra directa. Su rápido desarrollo permite la incorporación ya a los 50 a 90 días, lo que es ventajoso cuando hay poco espacio de tiempo entre dos cultivos principales. Es una de las plantas más resistentes a la sequía. La siembra de los cultivos principales se puede efectuar pocos días después del manejo.

Para abono verde se puede sembrar tan pronto se cosechen los cultivos de renta, como por ejemplo, la soja y el maíz desde mediados de febrero a mayo. El girasol resiste heladas de 5° bajo cero hasta 40 días después de la emergencia. Pero heladas menos fuertes en el estado de 6 a 8 hojas o en el inicio del florecimiento pueden causar perjuicios parciales o totales del cultivo.

El peso de 1000 semillas varía entre 70 y 120 g, siendo en media de 85 g. La producción de granos varía de acuerdo a la región y el año, entre 1500 y 3500 kg/ha. Para la producción de granos se recomienda, en general, la variedad Guayacán, que presenta semillas con listas blancas y negras, y tiene un ciclo de 170 días, variando de acuerdo a la época de siembra. Como abono verde, el girasol tiene buen efecto sobre la soja.

Centeno

El centeno es una especie rústica, que disminuye la población de nemátodos en el suelo. Se debe usar 60 a 80 kg de semillas/ha para abono verde.

Triticale

El triticale es una especie rústica y de gran producción de masa vegetal, recientemente incorporada como abono verde, principalmente en la región de la Cooperativa Colonias Unidas, donde ha presentado excelente resultado.

Acevén

El acevén: Especie muy indicada para las regiones más frías y en rotaciones con soja. El acevén puede ser sembrado al voleo. La semilla necesita de la luz para germinar, por lo que se deja en la superficie sin enterrar, apretándola apenas con un rollo al suelo o pasando una rastra de discos liviana sin darle ángulo de corte. Cuando es enterrada a profundidades mayores de 0,5 a 1 cm, la semilla no germina o germina muy mal.

Arveja forrajera

Arveja forrajera: Nuevas variedades desarrolladas presentan excelente potencial como abono verde. Se siembran 90 kg/ha.

Vicia común

La vicia común presenta excelente efecto residual sobre el maíz. Sin embargo, el alto precio de la semilla es una limitante. Se siembran 80 kg/ha.

Colza

La colza es una especie con potencial, siempre que se encuentren variedades más adaptadas, que tengan buena producción de granos. Sembrar 20 kg/ha.


Fuente: Conservación de suelos MAG-GTZ.
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