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UBICACIÓN
Es importante instalar la huerta cerca de la casa y de una fuente de agua, pues facilita el riego y otros cuidados, dijo la ingeniera. La abundante disponibilidad de agua es un factor fundamental para la buena producción. Todas las hortalizas son plantas altamente exigentes en agua, porque tienen raíces superficiales y muy delicadas, y porque la mayoría contiene en sus partes comestibles alto porcentaje de agua. Con respecto al terreno, la profesional señaló que preferentemente debe ser plano, o con declive suave, para evitar los riesgos de erosión. Debe tener buena exposición a la luz solar; es decir, debe estar alejado de árboles grandes u otros obstáculos.
El suelo debe ser suelto, profundo, con buen drenaje, de textura areno-arcilloso y, en lo posible, con cierta fertilidad natural. Una buena huerta familiar, de 10 m. x 10 m., manejada racionalmente, es suficiente para abastecer de hortalizas a una familia de 6 a 8 miembros, e incluso para vender los excedentes.
La preparación de tablones es uno de los aspectos más importantes, según la Ing. Estigarribia de López, quien recomienda seguir las siguientes operaciones:
Volteo de la tierra. Se remueve la tierra con pala hasta una profundidad de 15 a 20 cm. En las huertas sin cercado esta operación corresponde a una arada. Eliminación de terrones. El suelo debe quedar bien mullido, suelto, sin terrones. Esta operación se realiza con palas, azadas y rastrillos. Limpieza. Consiste en eliminar los restos de plantas, troncos, piedras o cualquier otro material. Esta operación se efectúa con rastrillos.
Marcación. Normalmente, los tablones miden de 1 a 1,20 m. de ancho con 5 a 10 m. de largo y 15 a 20 cm. de alto. La marcación se hace colocando estacas en las medidas mencionadas, de las cuales se estira un piolín o hilo. La altura de los tablones varía de acuerdo a la humedad del terreno, donde está ubicada la huerta. En lugares húmedos, los tablones deben ser más altos (20 cm.), mientras que en los lugares secos deben ser más bajos (10 a 15 cm.).
Nivelación y agregado de estiércol. Una buena nivelación de los tablones permite disminuir el efecto de la erosión y, por lo tanto, la durabilidad de los mismos. Antes de realizar la nivelación final con el rastrillo, se debe agregar 4 a 5 k. (4 a 5 paladas) de estiércol de vaca o 1 a 2 k. de estiércol de gallina, por metro cuadrado. Los tablones así preparados están listos para realizar la siembra o para el transplante de hortalizas.
La siembra de las semillas, según nuestra entrevistada, se realiza en los tablones, en este caso llamados almácigos, en pequeños surcos transversales separados a 10 cm. unos de otros y a una profundidad de 1 a 1,5 cm., echando las semillas a chorrillo corrido. Considerando que una buena semilla tiene alto porcentaje de germinación, la cantidad de semillas a ser distribuidas por metro cuadrado no debe ser muy alta, apuntó la Ing. Graciela, quien también añadió que existen dos formas de siembra: en lugar definitivo y en almácigo. Muchas hortalizas se deben sembrar en lugar definitivo donde permanecen hasta la cosecha, es decir, no son transplantadas.
¿EN LUGAR DEFINITIVO O EN ALMÁCIGO?
PREPARACIÓN DEL ALMÁCIGO
El almácigo puede realizarse en cajones o en las modernas bandejas de plástico, de manera más delicada que un tablón, con superficie de tierra más fina, limpia, bien abonada y sin terrones; ya que va a servir de lecho para la germinación de las semillas. El uso del almácigo permite racionalizar el uso del espacio de la huerta y una mejor selección de las mudas, que luego serán transplantadas al lugar definitivo. También es más fácil cuidar de un espacio menor, concentrando toda la atención en ofrecer a las semillas las mejores condiciones de germinación.
APROVECHAR RECURSOS
En nuestro país, se conocen y se cultivan unas 30 especies de hortalizas, lo que indica que la huerta familiar puede proveer alimentos variados durante casi todo el año, según las diferentes clases de hortalizas y su época de cultivo. Una huerta familiar tiene la ventaja de aprovechar eficientemente los recursos de la finca, como estiércol, agua y otros insumos caseros, como así también manos de obra de mujeres y niños, con lo que se abarata el costo de las hortalizas.