La acumulación de basuras - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

De un tiempo a esta parte, no transcurre un día sin que nos informemos o bien veamos con nuestros propios ojos cómo se acumula la basura de todo tipo, incluyendo la hospitalaria en cualquier parte: sean calles céntricas de la capital, de otras del Gran Asunción, saliendo hacia las zonas del interior, en los parques, paseos centrales, a orillas de la bahía, cursos de agua y otros. Si bien, en la actualidad se trata de un problema de alcance mundial, su mayor o menor procesamiento y acumulación es ya inherente a la voluntad y conciencia ambiental de cada país.

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Por otra parte, bien se sabe que los programas de economía verde y de generación de empleos verdes tienen en la recolección eficiente y en el tratamiento efectivo de los residuos o basuras, uno de los pilares de acción que apunte a mantener limpios y libres de basuras o residuos, las ciudades, barrios, esquinas y otros puntos geográficos de tránsito humano en todo el país.

LA REALIDAD

No obstante, en la práctica, la problemática sanitaria y ambiental que generan las basuras no es tan simple de solucionar. Al aumento de la densidad de población y consumo de las sociedades actuales le sigue la generación de un mayor volumen de residuos, lo que eleva el peligro de contaminación y degradación de los recursos naturales (agua, aire, suelo). Esto ocurre en Paraguay como en otros países, donde se puede observar a diario cómo las bolsas mal acondicionadas, rotas o abiertas, a veces con fluorescentes y vidrios rotos, monitores de computadoras, hierros, partes de computadores, baterías, celulares, pilas, envases y bolsas de plástico, bandejas de poliestireno, hasta restos de productos industriales, de comida, pañales, latitas de bebida, cajas de cigarrillos y otros, se colocan en las canastas, o en las veredas, esquinas y en improvisados vertederos abiertos, en cualquier punto a lo largo, incluso, de las principales avenidas. A lo anterior, se suma el barrido de las veredas y de los locales comerciales muchas veces mal realizado, pues no se recoge la basura y el polvo, después de elevarse, si es que no hay viento, termina por acumularse en la vereda del local o domicilio vecinos, trasladando tan solo el problema a solo metros de distancia.

TRES EJEMPLOS POSITIVOS.

La materia orgánica de los residuos vegetales (hojas, ramitas, raíces tiernas) que provienen de las podas de árboles urbanos en parques y paseos centrales; plazas y jardines; junto al descarte frutas y verduras de los mercados; pueden aprovecharse como fuente de abono orgánico (compost) para huertas y jardines. La materia orgánica que se produce de esta forma, favorece el crecimiento óptimo de las plantas; mejora el nivel de fertilidad natural y la estructura de los suelos. Los envases plásticos; las bolsas y recipientes pueden servir para cultivar en el patio o jardín de los hogares hortalizas, plantas medicinales y de jardín. Con las botellas de plástico es posible construir invernaderos para cultivos varios.

LAS CAMPAÑAS DE BASURA CERO

Basura Cero engloba las campañas y programas que ya se aplican en diferentes países, para disminuir la basura que se deposita en vertederos, o en espacios abiertos (o se incinera), y en los que se establecen metas concretas de reducción de residuos. Se trata de aplicar una política integral de manejo de residuos, que se orienta a reducir progresivamente la acumulación, el enterrado y la quema de basuras urbanas, hasta llegar teóricamente a cero; o sea a una ausencia total de las mismas. Canberra, la capital de Australia, fue la primera ciudad en aplicar este programa en 1995, bajo el lema: “ningún desecho en el2010”. Esperemos que aquí sea posible su implementación a corto plazo.

CONCLUSIÓN

La implementación de acciones efectivas para reducir la cantidad de basuras, que se acumulan a diario, requiere la activa participación y un cambio de actitud tanto de los gobiernos municipales como de las empresas y de la sociedad civil. Hay que entender qué es basura y qué utilidades puede tener en los ciclos productivos agropecuarios, industriales y familiares. Para ello, es necesario crear una conciencia de sustentabilidad ambiental, considerando los residuos como un recurso, no como un problema que hay que dejárselo a otros; arrojar en cualquier parte, enterrar o quemar.

(*) Especialista en Comunicación Rural

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