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Los espacios verdes son sitios en donde el hombre puede estar en contacto con la naturaleza; puede descansar, tener un lugar de esparcimiento y distracción, protegido del sol en los días cálidos, que sirve además de lugar de diversión para los más pequeños. En un sentido más estricto, se trata de entornos ambientales que están en equilibrio y embellecen los barrios donde se asientan una ciudad, una capital, llegando incluso a ser conocidos en el exterior, sea por su diversidad de plantas y árboles, por sus monumentos, fuentes de agua y otros que tienen en el fondo un valor turístico-cultural que es valorado en su real dimensión.
UNA INVERSIÓN
En uno de sus artículos, Alex Fernández Muerza señala que la gestión sostenible de los espacios verdes naturales preserva la naturaleza, permite la creación de empresas y empleos verdes. Esto significa que dichos lugares constituyen nichos de mercado con un potencial increíble de usufructo, de aprovechamiento, tanto por las dependencias municipales encargadas de su cuidado, como por empresas que decidan invertir en un negocio que genera buenas ganancias y ocupa a muchos desempleados. Esto porque su mantenimiento y cuidado requiere de personal entrenado para el efecto, además de aquellos necesarios para el cuidado de las plantas, árboles, aves y otras especies.
BENEFICIOS AMBIENTALES
Al tratarse de lugares naturales, estos espacios ofrecen varios servicios ambientales al hombre. Los árboles y plantas actúan como “filtros” de los gases tóxicos y partículas (polvo atmosférico) que emiten los vehículos, colectivos y otros; disminuyen la velocidad de los vientos, protegen de la fuerte radiación solar y de las lluvias, como así también de la polución sonora y de los ruidos. Los sitios verdes contribuyen al descanso visual y a mejorar el estado de ánimo de las personas y a cuidar la diversidad de especies de las ciudades: aves, mariposas, otros.
DAÑOS
Pese a sus beneficios descontaminantes y arquitectónicos, con frecuencia sufren el maltrato de vecinos, jóvenes y de quienes no reconocen su singular valor. En otros casos, aludiendo falta de presupuesto y de recursos humanos, las instituciones encargadas de su cuidado tampoco marcan la diferencia y dan el mejor ejemplo en su mantenimiento y preservación. Es así que, según los casos, se quiebran tallos y ramas de las plantas y árboles existentes, se descomponen los asientos, se arrojan diversos tipos de basuras, se estropean los bustos, estatuas y faroles existentes, tal que o no se invierte en su recuperación o bien se colocan rejas para un mejor cuidado. Un ejemplo esla PlazaUruguaya, otrola Plaza Italia.Un caso diferente es el de la plaza capitalina Nde rendápe, ubicada al costado del arroyo Mburicaó, y que se encuentra en un deplorable estado y así otras, cuya situación se da a conocer a través de la prensa.
CONCLUSIÓN
El proteger los espacios verdes existentes y recuperar otros conlleva numerosos beneficios para la sociedad y la nación. Un país que protege sus espacios verdes puede incluso generar negocios, crear empresas verdes y puestos de trabajo, contribuyendo así a cuidar la naturaleza y a mejorar la calidad de vida del hombre. En la página web de paisajismoargentino.com puede leerse: “Los espacios verdes públicos constituyen uno de los principales articuladores de la vida social. Son lugares de encuentro, de integración y de intercambio; promueven la diversidad cultural y generacional de una sociedad y generan valor simbólico, identidad y pertenencia”.
(*) Especialista en Comunicación Rural