Manejo biológico de vacunas

El objetivo principal en el manejo de las vacunas, es mantener la temperatura adecuada y constante en cada uno de los eslabones (laboratorio, productor, transporte, consultorios, clínicas veterinarias) para asegurar la perfecta conservación en los componentes que constituyen el producto.

Cabe destacar que la cadena de frío se divide en fases durante la vacunación. Hay que retirar solo la dosis adecuada. Además, se debe tener en cuenta que el proceso de pérdida de las propiedades por parte de la vacuna se acelera, una vez reconstituida y expuesta a temperatura ambiente. Por eso se debe aplicar preferentemente durante los primeros 15 minutos de preparada. Finalmente, si se trata de un frasco multidosis a aplicar, una vez utilizada, hay que regresar el frasco al refrigerador.

RECOMENDACIONES PARA EL ALMACENAMIENTO DE VACUNAS

Primero será importante designar a una persona como responsable de las vacunas. Luego, se debe disponer de heladeras con temperaturas de 2 ºC a 8 ºC. El refrigerador o la heladera deben ser para uso exclusivo de las vacunas, estando prohibido guardar comidas, bebidas o muestras clínicas en el mismo. Se deberá colocar un termómetro de máxima y mínima en la parte central de la heladera. Dicho aparato deberá leerse fácilmente, debe ser de cuarzo líquido y que pueda ser adherido o colocado en la parte interna de la heladera y no en las puertas o laterales.

El personal encargado debe asegurarse que el suministro de electricidad al refrigerador o heladera no pueda ser interrumpido accidentalmente. Si se requiere descongelar para limpieza o se suspende el suministro de electricidad, deben tomarse los recaudos necesarios para no interrumpir la cadena de frío para las vacunas almacenadas. Para que el frío se mantenga en forma homogénea, deben colocarse paquetes con hielo en el congelador y, en la parte inferior, botellas de agua para su enfriamiento, separadas por no menos de 2 cm., para permitir la circulación de aire ente ellas y así mantener las vacunas a temperatura constante.
Las heladeras deben estar ubicadas en lugares resguardados del sol y con separación de 15 cm. de la pared. En el caso de usar conservadores de vacunas o cajas isotérmicas para transporte, estos deben ser sólidos, de cierre hermético, con lugar para colocar no solo las vacunas para ser administradas durante el día, sino también para colocar paquetes de hielo en el piso, las paredes y la tapa.

ACCIONES ANTE LA INTERRUPCIÓN DEL FLUIDO ELÉCTRICO

En el caso de que se presenten problemas con la electricidad, se deberán considerar los recaudos pertinentes, como: no abrir la nevera para evitar la pérdida del frío, medir la temperatura máxima alcanzada. Si hay medición continua, medir el tiempo durante el que las vacunas han estado sometidas a esta temperatura y marcar los envases de las vacunas que han estado expuestas a esta situación. Es fundamental, además, transportar la vacuna en una caja térmica con grosor adecuado y mantenerla bajo sombra en caso de necesidad.

CONCLUSIÓN

Existen sectores que se dedican a la clínica veterinaria y que todavía adolecen del cumplimiento de estas normativas, especialmente al contar con refrigeradores no aptos, sin termómetros digitales y heladeras no aptas. No obstante, esto no tiene nada que ver con la buena aplicación y acierto en el manipuleo de las vacunas contra la aftosa. Un aspecto es el cumplimiento del protocolo de vacunación, y otro es la garantía en las clínicas veterinarias.

(*) Especialista en producción ganadera