Prácticas conservacionistas - Ing. Agr. Moisés Vega (*)

Para la producción eficiente de mandioca existen aspectos agronómicos que el agricultor debe considerar para obtener una materia prima de calidad al tiempo de cosecha. La conservación del suelo es un aspecto fundamental y el uso de abonos verdes es una práctica estratégica.

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Para empezar con la plantación de mandioca, el primer paso es recurrir a la limpieza y nivelado del terreno seguido del encalado, consistente en la distribución e incorporación de cal agrícola. Después sigue el subsolado profundo y la nivelación, con implementos a tracción animal o tractores.

USO DE ABONOS VERDES

La siembra de abonos verdes es ideal para propiciar la conservación del suelo y se ejecuta con 40 kg de avena negra distribuida por toda el área, más 80 kg de lupino blanco (50 por 30 cm y 3 a 4 semillas por hoyo), sobre las hileras subsoladas, que a su vez serán más adelante los liños en los cuales se plantará la mandioca. Esta densidad por hectárea varía de acuerdo a la superficie disponible. El productor deberá aplicar fertilizante químico (formulación completa N-P-K) para propiciar la formación de biomasa para la cobertura y su reaprovechamiento posterior por la mandioca. Posteriormente, cuando el lupino alcance la etapa de floración podrá ser cortado o rolado. En el caso de la avena, el momento ideal es cuando llega a estado lechoso. El corte es manual con machete, foise o guadaña, y el acamado con pase de rolo cuchilla. Entre 15 y 20 días después se plantan las estacas-semilla de mandioca sobre la cobertura formada. Las malezas recién emergidas y rebrotes de abonos verdes pueden eliminarse con carpida selectiva localizada, o aplicando herbicidas desecantes.

OTROS RECURSOS VEGETALES

Antes de la plantación de mandioca propiamente dicha, también puede prepararse la parcela con mucuna ceniza asociada con maíz. Para ello se procede a la limpieza del terreno y su acondicionamiento para la posterior siembra de maíz, en los meses de agosto y setiembre. Hay que hacer un buen control de malezas en el cultivo de maíz, mediante el aporque con arado o surcado profundo. Luego se repite la limpieza previa a la siembra del abono verde mucuna, que será en noviembre y diciembre.

Cuando la floración del maíz es completa, el productor puede proceder a la siembra del abono verde. La recomendación es hacerlo a dos hileras de mucuna en cada melga del maíz (50 x 30, o 40 cm entre hoyos). Se emplean 100 kg/ha de mucuna, echando dos semillas por hoyo o sitio de plantío. La siembra es con azada, “yvyra akua”, sembradora manual o en forma mecanizada.

La cosecha de las espigas de maíz se ejecuta 40 días después de la siembra de la mucuna. Esta última ejerce efecto repelente y evita el ataque de gorgojos. Completada la etapa de floración, se procede al corte y acamado del follaje. Posteriormente, podrá sembrarse abono verde de invierno (gramíneas) sobre el rastrojo de mucuna. En el caso de avena negra, se procede al corte y acamado en etapa de granos lechosos y se realiza la plantación de mandioca sobre la cobertura. El rastrojo de mucuna deja una espesa cobertura y reduce el número de carpidas, lo cual redunda en beneficio económico para el productor.

 (*) Técnico especialista agrícola.

 

 

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