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Para empezar con la plantación de mandioca, el primer paso es recurrir a la limpieza y nivelado del terreno seguido del encalado, consistente en la distribución e incorporación de cal agrícola. Después sigue el subsolado profundo y la nivelación, con implementos a tracción animal o tractores.
USO DE ABONOS VERDES
La siembra de abonos verdes es ideal para propiciar la conservación del suelo y se ejecuta con 40 kg de avena negra distribuida por toda el área, más 80 kg de lupino blanco (50 por 30 cm y 3 a 4 semillas por hoyo), sobre las hileras subsoladas, que a su vez serán más adelante los liños en los cuales se plantará la mandioca. Esta densidad por hectárea varía de acuerdo a la superficie disponible. El productor deberá aplicar fertilizante químico (formulación completa N-P-K) para propiciar la formación de biomasa para la cobertura y su reaprovechamiento posterior por la mandioca. Posteriormente, cuando el lupino alcance la etapa de floración podrá ser cortado o rolado. En el caso de la avena, el momento ideal es cuando llega a estado lechoso. El corte es manual con machete, foise o guadaña, y el acamado con pase de rolo cuchilla. Entre 15 y 20 días después se plantan las estacas-semilla de mandioca sobre la cobertura formada. Las malezas recién emergidas y rebrotes de abonos verdes pueden eliminarse con carpida selectiva localizada, o aplicando herbicidas desecantes.
OTROS RECURSOS VEGETALES
Antes de la plantación de mandioca propiamente dicha, también puede prepararse la parcela con mucuna ceniza asociada con maíz. Para ello se procede a la limpieza del terreno y su acondicionamiento para la posterior siembra de maíz, en los meses de agosto y setiembre. Hay que hacer un buen control de malezas en el cultivo de maíz, mediante el aporque con arado o surcado profundo. Luego se repite la limpieza previa a la siembra del abono verde mucuna, que será en noviembre y diciembre.
Cuando la floración del maíz es completa, el productor puede proceder a la siembra del abono verde. La recomendación es hacerlo a dos hileras de mucuna en cada melga del maíz (50 x 30, o 40 cm entre hoyos). Se emplean 100 kg/ha de mucuna, echando dos semillas por hoyo o sitio de plantío. La siembra es con azada, “yvyra akua”, sembradora manual o en forma mecanizada.
La cosecha de las espigas de maíz se ejecuta 40 días después de la siembra de la mucuna. Esta última ejerce efecto repelente y evita el ataque de gorgojos. Completada la etapa de floración, se procede al corte y acamado del follaje. Posteriormente, podrá sembrarse abono verde de invierno (gramíneas) sobre el rastrojo de mucuna. En el caso de avena negra, se procede al corte y acamado en etapa de granos lechosos y se realiza la plantación de mandioca sobre la cobertura. El rastrojo de mucuna deja una espesa cobertura y reduce el número de carpidas, lo cual redunda en beneficio económico para el productor.
(*) Técnico especialista agrícola.