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El agua se extrae de un pozo de 180 m de profundidad y atraviesa por procesos de aireación y filtración, sea por carbones y membranas, sumado a la esterilización por medio de lámparas ultravioleta que garantizan un líquido potable que no dañe la salud de los consumidores. A su vez, teniendo en cuenta que el agua es transportada en botellones de 20 l retornables, también son desinfectados.
PROCESO
El botellón, una vez que llega a la industria, recibe una clasificación visual. Luego, pasa a las máquinas de cepillado interno y externo. Con un detergente biodegradable, utilizada en las industrias alimentacias, es desinfectado para el postrer enjuague con agua caliente y fría.
Después de la línea de lavado y desinfección, va directamente al envasado, para obtener un producto totalmente terminado y calificado.
Igualmente, existe un control de calidad y análisis permanente del agua, en aspectos microbiológicos como químicos, por laboratorios habilitados por el INAN.
PROYECCIÓN
Al igual que los botellones de mayor tamaño, existe un proceso de automatización de embotellado de aguas de medio litro como de dos litros, sumado al reciente lanzamiento de la botella de un litro con tapa sport.
En cualquiera de los casos, la premisa es la protección del ambiente y el cuidado de los recursos hídricos. “En cuanto a responsabilidad social, contamos con un área forestal con más de 3000 plantines de áboles nativos. Ya que las acciones desarrolladas en determinada zona del país, repercute directamente en el mundo.”
(*) Propietario de Agua Mineral San Antonio