El tatarê es un árbol mediano con alturas que, en algunos casos, puede llegar hasta 20 metros y un DAP (Diámetro a la Altura del Pecho), que en árboles viejos puede alcanzar los 80 centímetros. El fuste es de recto a curvado, cilíndrico y algo tortuoso; llega a medir hasta 10 metros. Las ramas casi horizontales y numerosas forman una copa densa. La corteza es corchosa y muy agrietada. Es fácil de reconocer por su follaje fino, verde claro y los frutos negros y torcidos como una espiral.

Esta planta florece en setiembre hasta diciembre y fructifica desde febrero hasta junio. La fructificación no es muy abundante y requiere la cosecha de las vainas antes de que se abran, para luego secarlas en la sombra.


MADERA
Su madera es semipesada con 510 kilogramos por metro cúbico. Es resistente, de color amarillo oscuro, con vetas de color amarillo claro, que le da un aspecto muy hermoso. Se deja secar muy bien, no se tuerce, es estable y fácil de trabajar en estado seco.

En la actualidad, no se usa como madera industrial. Se han hecho pruebas para pasos de escalera, para ebanistería fina y para decorado de interiores. Es una madera muy llamativa para decorados por su veteado elegante y su color. Bien cepillada y con barniz opaco, mantiene su color original. Se usa en forma muy limitada para marcos de cuadros. Es apta para tallados y para artículos torneados. Se usa mucho como leña y carbón.


AGROFORESTERIA
El tatarê es una especie importante como árbol de sombra y para el ramoneo de los campos naturales junto al río Paraguay. Parece que los animales vacunos esparcen la semilla con la bosta.

Es un árbol ornamental muy hermoso que se encuentra frecuentemente en los huertos caseros de los campesinos.

Es melífero y los apicultores acostumbran colocar sus colmenas debajo de los bosquecillos de tatarê, por la sombra, el microclima fresco y la floración abundante.


SILVICULTURA
Se regenera fácilmente, pero en los potreros con ganado, los animales lo ramonean, impidiendo su crecimiento. En los bosques bajos y campos abiertos se regenera con abundancia en asociación con el karaguatá, que es una bromeliácea.

El tatarê tiene un crecimiento no muy rápido, propio de las leguminosas del entorno de los bosques de sabana. Es una especie de importancia para dar sombra en los potreros. Los animales buscan la sombra de estos pequeños bosques.

Se podrían hacer pequeñas plantaciones en los campos naturales húmedos donde no existe vegetación. Es necesario cercar el área por unos 5 años, hasta que los árboles estén fuera del alcance de los animales.