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Hoy más que nunca con el avance tecnológico, la globalización de mercados y el aumento de las cooperativas de producción, el agricultor paraguayo necesita de una asistencia técnica integral, la cual incluye una mejor educación, capacitación continúa en los temas vinculados a la agricultura, ganadería menor y mayor, agroindustria, preservación del ambiente, mercados, ferias e innovaciones para mejorar el desempeño de sus tareas. La seguridad alimentaria en el Paraguay y el mundo es un desafío para el agricultor nacional, que con su trabajo contribuye no solo a cubrir las necesidades de alimentos de su familia (autoconsumo), sino que con el excedente que comercializa, fortalece la seguridad alimentaria de su familia, de la población y colabora con el desarrollo de la economía del país.
Las nuevas técnicas de producción de hortalizas, frutas, quesos, miel, huevos, carnes diversas, lácteos y sus derivados, chipas, dulces, postres y otros forman parte de la riqueza en alimentos que, con su trabajo, el productor cada día hace llegar a las diversas ferias y centros de comercialización del Paraguay.
Las actividades del agricultor se ven reflejadas en el Agroshopping, el Abasto Norte y otros centros de distribución, donde los productores hacen llegar el fruto de su trabajo. Todo esto debe ser fortalecido por los ministerios de Agricultura y Ganadería, de Industria y Comercio, y el sector rural privado involucrado en la actividad agropecuaria.
El agricultor y su familia necesitan más apoyo en temas de educación, salud, infraestructura vial adecuada, mercados, precios seguros, créditos oportunos con vencimientos e intereses adecuados. Además, al agricultor le posibilita que forme parte de las cadenas de producción y aquellas opciones que dignifiquen su persona y calidad de vida.
La educación y la capacitación agropecuaria son la base para apoyar el desempeño moderno del agricultor, y debe estar sustentada en la actitud y el interés hacia el aprendizaje, el deseo de superación y el aprovechamiento integral de las oportunidades que nos brinda la dinámica rural.
Aprovechar los conocimientos obtenidos de la tradición y experiencia deben ser reforzados con los nuevos métodos de trabajo para beneficio del agricultor y su familia.
Hoy en día, el trabajo en el campo debe ser optimizado, de tal forma que las nuevas variedades de cultivos puedan ser adaptadas eficientemente, sin dañar el ambiente y en beneficio de todos aquellos que de una u otra forman parte del quehacer agropecuario.
“La educación es la base del desarrollo de las comunidades” (p.m.g.)