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Durante muchos años, el Ka’a he’ê vino buscando mercados en lo referente a su poder edulcorante, tuvo varios problemas debido a su competencia con otros productos sintéticos que compiten en el mercado de los edulcorantes de baja calorías. El Ka’a he’ê compite muy bien con los otros componentes, debido a que tiene mucho más poder edulcorante, mayor estabilidad cuando es sometido al calor, es natural y permite su utilización en la fabricación de dulces y postres por ser termo-resistente.
Las nuevas alternativas que se plantean en la industrialización de Ka’a he’ê no son direccionadas solamente a su principio edulcorante, sino que están orientadas a aprovechar sus propiedades medicamentosas para el uso humano, veterinario y agronómico. Esta perspectiva tiene una mayor proporción en el mercado que el que podría tener si esta planta es solo industrializada como edulcorante.
Las pruebas realizadas en el uso humano le permiten utilizar a los productos obtenidos de esta planta, el combate de la diabetes, no solamente como un producto energético, sino porque se ha comprobado su acción sinergizante en el páncreas, facilitando el intercambio fisiológico normal de la insulina y del glucagón. Este hallazgo es muy importante sobre todo en la diabetes del tipo 2. Además, otros trabajos y los míos, han confirmado su efecto en el control de varias bacterias entre las cuales se encuentran el E.Coli, que en diferentes concentraciones de caldo o extracto se comporta como bactericida y en otras controlando su desarrollo, es decir como bacteriostático. También ha demostrado su inocuidad en la ingestión diaria. Muchos estudios han reafirmado su acción en el control de la presión arterial. Otros trabajos con cápsulas y comprimidos de fabricación nacional han demostrado científicamente su eficacia.
Personalmente he hecho un estudio de la harina de hojas de Ka’a he’ê suministradas a los pollos parrilleros, durante las últimas tres semanas de engorde de los animales. El primer estudio fue destinado a ver si el uso de esta planta produciría alguna alteración en el gusto de la carne. El resultado fue óptimo, debido a que los pollos en experimentación y posteriormente cocinados y degustados por 30 participantes, pudieron determinar la diferencia de gusto contra los testigos. Mejoró el sabor del pollo y además mostró una característica que no estaba prevista en el estudio, y fue la de que los pollos tratados obtuvieron mayor peso vivo en los 42 días que fueron faenados contra los no tratados. Estos resultados me motivaron a hacer un nuevo trabajo de porqué había ocurrido esto en la experimentación, que solo estaba destinada a ver si había cambio de gusto en la carne de los pollos.
Los estudios que hicimos para ver por qué los pollos tratados con Ka’a he’ê obtuvieron mayor peso que los no tratados, demostraron que esta planta poses tres antibióticos que ratifica los estudios realizados y mencionados más arriba sobre el control de algunas bacterias intestinales, y entre ellas el E. Coli, con lo cual se permitía un mejor desarrollo de la flora benéfica del intestino y aumentaba la absorción de los alimentos, con lo cual se realizaba una mejor conversión alimentaria, además de cumplimentar la acción pancreática en la síntesis de proteínas.
Estos mismos resultados fueron confirmados en los trabajos realizados en cerdos, donde la viabilidad en la crianza era mayor y el rendimiento de peso final era mejor.
El ingeniero agrónomo Miguel Alonso ha realizado muchos trabajos con el jarabe de ka’a he’ê en horticultura, en base a otras experiencias que yo personalmente había realizado en mandioca como anti estrés, obteniendo este técnico resultados que le permitieron determinar que hoy en día en las granja que él asesora, se esté utilizando en todos los cultivos hortícolas el caldo de Ka’a he’ê en distintas diluciones de acuerdo a la postura de la planta que se utilizando, además hizo trabajos con frutilla obteniendo resultados muy alentadores, ya que obtuvo mayor permanencia del cultivo, mejor desarrollo de la fruta y mayor dulzor de la misma. En el cultivo de tomates mejoró la calidad de los frutos, obtuvo mejor control de las enfermedades y le permitieron tener mayor tiempo la fruta en el mercado, con lo cual no solo logró mayor producción, sino mayor oportunidad de comercialización.
Trabajos realizados en rumiantes han demostrado que la incorporación de ka’a he’ê en la alimentación hace que se baje el índice de acidez en rumen, favoreciendo la absorción de los gases nutricionales, con lo cual los alimentos que pasan al intestino reciben los beneficios de la asimilación por efectos favorables del control de la flora microbiana.
En medicina humana, las aplicaciones son innumerables ya que se pueden preparar diferentes medicamentos, no solo destinados al uso interno sino también al uso externo, debido a los beneficios que tiene en el poder regenerador de la piel. Tal como lo demostré en un trabajo realizado en un tratamiento pos quemadura producidas por el fuego.
Las oportunidades del Ka’a he’ê son innumerables en la industria, es por ello que la terminología de comercialización debe ser cambiada lo más pronto posible, ya no podemos hablar solamente de kg de hojas secas por ha, sino que se debe plantear los rendimientos de kg de planta por ha, debido a que no se desperdician nada de este vegetal en la industrialización.
La educación es la base del desarrollo de las comunidades. “p.m.g.”