Yerba mate con enfoque de buenas prácticas agrícolas - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

Precisamente, los requerimientos que plantean los mercados externos actuales y futuros obligan a Paraguay a cumplir con los protocolos de las buenas prácticas agrícolas (BPA), que contemplan normativas higiénico-sanitarias exigidas para el cultivo; a más de las buenas prácticas de manufactura (BPM), relacionadas con requisitos a cumplir durante el procesamiento de la materia prima cosechada, a fin de obtener un producto sano e inocuo para los productores y consumidores. Si bien estas exigencias representan un desafío para los productores y agremiaciones yerbateras del país, detrás están los beneficios sobre todo económicos; además del posicionamiento de una marca-país en un rubro que forma parte de la tradición y cultura nacionales. En el marco de lo que plantean los protocolos de BPA, citaremos algunos manejos agronómicos relevantes.

TERRENO

Se tiene que realizar el análisis de suelos cada tres a cinco años, a partir de muestras representativas tomadas de las parcelas de cultivo existentes o a cultivar. Así el productor contará con información sobre el nivel de fertilidad de sus suelos y las medidas correctivas a aplicar: agregado de abonos, fertilizantes o cal agrícola. Preparar el suelo con laboreos profundos solo en las áreas de plantación para favorecer la aireación e infiltración del agua, dejando el resto con su cobertura vegetal o natural, de tal forma a disminuir la erosión y ayudar al equilibrio suelo-flora-fauna-ambiente. Por lo mismo, hay que evitar las quemas y las prácticas convencionales que dejan el suelo descubierto y sin microorganismos benéficos en su capa superficial.

PLANTACIÓN

Se deben seleccionar o adquirir plantas certificadas por los organismos competentes, empresas o productores autorizados, para asegurar su buena calidad, resistencia y sanidad (libre de plagas y enfermedades).

MANEJO

Hay que hacer un manejo conservacionista y sustentable de los recursos naturales: agua, suelo y otras especies nativas o cultivadas, existentes, incluyendo las forestales. La aplicación de abonos y fertilizantes se realizará conforme las recomendaciones que determine el análisis de suelos.

MALEZAS

En un sistema de producción orgánica es importante tener en cuenta la importancia de las malezas, tanto como cubierta de protección para el suelo como hospederas de insectos benéficos, dentro de un control integrado de plagas. El productor debe monitorear su plantación y estimar que el volumen o nivel de malezas presente no afecte económicamente su cultivo. Según el caso, podrá combinar métodos mecánicos (labranza mínima) con la aplicación de herbicidas autorizados por los organismos competentes.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Se debe minimizar el empleo de defensivos agrícolas. En caso de uso, emplear los de espectro específico permitidos para yerba mate, no tóxicos para abejas, de tal forma a evitar contaminaciones, toxicidad y nivel residual de estos productos en los operarios y el medio. Los envases vacíos de productos químicos deben desecharse conforme al método del triple lavado, devueltos a las firmas o instituciones que los recepcionen, o bien eliminados lejos las viviendas, cursos de agua, cultivos y otros de circulación de personas y animales.

COSECHA

La recolección de las hojas y ramas conviene hacerla con tijera desinfectada para no dañar a las plantas. Para evitar la contaminación con el suelo, el producto recolectado se puede colocar sobre arpilleras o lonas abiertas, que cuando tienen cierto volumen de follaje se unen por sus cuatro extremos y trasladan en la brevedad posible a un tinglado o lugar bajo sombra natural, para su posterior sapecado y transporte a los secaderos.

(*) Especialista en Comunicación Rural