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“La rosa de los vientos se encuentra en el cielorraso y se traslada también al árbol de cuero ecológico, calado con láser, en honor al mítico lugar donde se refugiaron Clark Gable y Vivien Leigh en la película. Las flores vuelan con el viento y caen en los almohadones, bordados por las reclusas del Buen Pastor, como una cooperación social”, comenta la profesional.
“Intervenimos con el cerramiento de vidrio para aislar los ruidos y el hollín. Preservamos las barandas y agregamos el vidrio inglés de colores, cortado a mano. Una hamaca huevo se ve, tal como se usa en las mansiones del sur de Estados Unidos. El paisajismo es de Graciela Bo”, puntualiza.
Fotos: Roberto Zarza