Espacios gigantes

En la quinta se destina un maxiquincho a los asados del fin de semana con la libertad de congregar mobiliario de hierro, ratán, la infaltable hamaca y todo tipo de asientos que pueden sumar comodidad a este sitio. Las aberturas dejan ver el patio y la piscina y en los techos el maderamen proporciona la suficiente calidez. Los pisos claros y el ladrillo armonizan con el hierro forjado. La arquitecta Carolina Rüger respetó el deseo de mantener la mayor practicidad para que la naturaleza se destaque con el mayor protagonismo.