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Como si fueran dos escaleras con seis jardineras cada una se colocaron una al lado de la otra y contienen plantas y flores de estación que se pueden cambiar sin problemas. La altura que posee es de 3,60 metros, un ancho de 60 cm cada una y una profundidad de 20 cm.
La Arq. Bárbara Staudt utilizó quebracho pintado con un protector líquido para resguardar la superficie de las inclemencias del tiempo. Estos soportes de planteras tienen cuatro agujeros por debajo a fin de que el agua drene con facilidad y no pudra la madera. Las macetas que van dentro son de plástico, pasan desapercibidas porque son un poco más pequeñas. Estos recipientes también poseen los agujeritos ideales para que el agua escurra con facilidad.
Este jardín vertical se encuentra a un costado de la sala y es observable a través de los vidrios de las aberturas. También se puede ubicar en el interior, siempre que se trate de plantas específicas para este sector. En esta fachada el jardín vertical es un detalle ideal para poner en práctica y lucirlo todo el año.
Las especies ideales para un jardín vertical son labios de señorita, petunias, begonias, tagetes y hojas de vista.
Aquí se utilizó abono para las flores y de acuerdo a la temporada se cambian las plantas. Para el riego hay que considerar que parte del agua se va a aprovechar desde arriba hacia abajo, ya que va a caer un poco por las perforaciones. La variedad es aconsejable.