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La doble altura de los techos metálicos y elementos combinados entre sí forman un conjunto heterogéneo que quiebra al mismo tiempo la excesiva simplicidad del diseño, propia de la modernidad. La arquitectura y la decoración están unidas en un mismo concepto y en la ambientación se reúnen las piezas de valor familiar, recuperadas. En muchos casos se les da otra función, se mezclan con objetos actuales para buscar el equilibrio y la estética.
El proyecto y la construcción son de los arquitectos Silvia Torres, Nancy Soley, Daniel Pascuali y Raúl González.
En la ambientación se introduce el sofá antiguo, una herencia familiar, retapizado con diseño patchwork por Tapicería Invernizzi.
Los muebles son de Ñembochuchi, y los objetos decorativos, de Eliana Masi y Laura González.
La puerta principal está formada de dos hojas antiguas que se unieron y ahora forman una sola pieza pivotante. La cocina comparte el área en planta baja. La escalera conduce a la oficina con muro de pallets y vidrios de colores. En la galería hay sillas diseñadas por Soledad Patiño y una hamaca de cuero, indiferentes al paso del tiempo.
mirtha@abc.com.py