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En una terracita continua a la sala los propietarios disfrutan del clima agradable y desayunan en este sitio. Escuchar el canto de los pájaros y contemplar el amanecer son las maravillas que nos regala la naturaleza divina y en esta casa se aprovecha al máximo.
La propietaria ambientó los espacios sociales con su toque particular. En la arquitectura se introdujo una sala de cine para observar buenas películas, mientras que en el quincho se ubica una mesa redonda con varias sillas para los comensales.
La parte constructiva estuvo a cargo del Arq. Miguel Ángel Portillo y el paisajismo fue hecho por Martha Báez de Costas.
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