Cargando...
Una mirada refrescante
En esta casa de verano la premisa fue lograr la conexión con el jardín exterior, lo que se logra a través de amplios ventanales de vidrio templado. Los sofás de cuero en tono chocolate son resistentes y forman parte de una deco en armonía con las tallas y cestería indígenas, colocadas sobre la mesa central. La bella obra pertenece a la arquitecta Olga Heinrich, quien supo aprovechar el entorno poblado de inmensos árboles, hiedra, césped y algunas flores de alrededor. Superficies limpias, donde menos es más, proporcionan este conjunto magistral en el que es posible descansar. La climatización y la música son partes del confort.
Enlance copiado