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Su uso ya ocurría en épocas precolombinas por los indígenas de esta región que apreciaban sus propiedades diuréticas y estimulantes, según explica. “Su consumo, como cocido o en el mate, no otorga ni produce el insomnio, como sí causa el café, que excita nuestro sistema nervioso”.
Señala que “es un excelente diurético y, por lo tanto, actúa como un hipotensor (baja la presión arterial), por lo que se recomienda a los hipertensos. Ese hecho equivale a que los hipotensos (los que tienen la presión sanguínea baja) no deben consumir el mate ni el tereré en abundancia”.
Menciona el experto que es un depurativo que hace orinar abundantemente, y con eso se eliminan muchas toxinas del cuerpo humano. Se acostumbra bastante ahora a la mezcla de la yerba mate con algunas plantas medicinales, y se consigue así la yerba compuesta o saborizada, de gran mercado y comercio en la Argentina, Brasil y Paraguay.
Indica Scavone que también se le atribuye que ayuda a la recuperación del desgaste muscular y que es gran asistente de la inteligencia. Su rendimiento en materia seca es del 33%, vale decir, que de cada kilo de hoja fresca cosechada rinde unos 330 gramos de yerba mate. Se cultiva prácticamente en toda la Región Oriental; sobresalen Itapúa, Guairá, San Pedro y Amambay”.
La cosecha abarca los meses entre abril y agosto.
El primer corte de la planta se realiza después de los tres años.
Las ramas nuevas se cortan a mano, y las maduras, con tijera.