Plan para el cuidado de cuencas de agua

Estudiantes del noveno grado de la Escuela Básica N° 344 “Gral. José Eduvigis Díaz” y la Escuela Adventista de Encarnación participaron de un concurso de elaboración de maquetas sobre la cuenca de los arroyos Mbói Ka’ê y Quiteria.

La iniciativa, organizada por el Consejo de Aguas de las Cuencas Hídricas de los Arroyos Quiteria y Mbói Ka’ê, formó parte de las celebraciones del Día mundial del agua.

El objetivo del mismo fue crear conciencia e invitar a la ciudadanía a que se sume con su acción al cuidado del vital líquido para la vida. Igualmente, se pusieron a disposición informaciones sobre los trabajos desarrollados por las organizaciones e instituciones involucradas en la tarea, según explicaciones brindadas por la Ing. Amb. Mabel Casco, encargada técnica del Observatorio de Agua, que funciona en instalaciones de la Universidad Nacional de Itapúa (UNI).

La presentación de los trabajos se realizó en el marco de una serie de ponencias y charlas relativas a esta celebración y tuvo lugar en el salón de usos múltiples de la Gobernación de Itapúa. Respecto de la escasa participación de colegios (solamente dos en toda la cuenca), la profesional dijo que no puede responder al porqué de la situación, pues se hizo la invitación a todas las instituciones de la zona.

“Es el reflejo del nivel de conciencia y de preocupación sobre la problemática del agua de los propios docentes y directivos de los colegios”, expresó.

La participación no era obligatoria, por lo que quedaba a criterio de los responsables de las instituciones educativas motivar la presencia de sus alumnos.

La Ing. Casco sostuvo que el cuidado del agua, del ambiente y los recursos naturales es todavía una materia pendiente en todos los sectores y niveles, incluso de la administración pública.

A modo de ejemplo, citó a uno de los populosos barrios, La Paz, muy cercano al sub-embalse del arroyo Potî’y, apenas un 60 por ciento de las viviendas está conectada al sistema de alcantarillado sanitario.

Se presume que el resto, el 40 por ciento, todavía tiene en sus viviendas los pozos ciegos, que terminan filtrando efluentes cloacales a la tierra y, por ende, contaminando el medioambiente.