Sistema dual: receta del éxito suizo

AL FINALIZAR LA EDUCACIÓN, LOS JÓVENES PUEDEN CONTINUAR SUS ESTUDIOS U OPTAR POR UNA PREPARACIÓN COMBINADA.

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En Suiza, la formación profesional es muy valorada y permite a los jóvenes aprender un oficio combinando las clases teóricas con el trabajo en una empresa. Cada vez más países se interesan en este modelo, una herramienta efectiva para combatir el desempleo.

La buena salud de la economía suiza, con tasas de desempleo que no superan el 4% se debe en particular a la calidad del sistema de formación profesional, orientado a las necesidades del mercado e integrado en el sistema educativo.

Bases de educación en pasantías 

Al final de la educación obligatoria, los jóvenes suizos pueden elegir entre continuar sus estudios u optar por una formación profesional, mayoritariamente “dual”, es decir, que combina el estudio con la práctica. La base es una pasantía en una empresa tres o cuatro días a la semana combinando con clases en una escuela profesional. La formación, durante la cual el pasante recibe un sueldo del empleador, dura entre dos y cuatro años, al final de los cuales el pasante recibe un certificado federal de capacidad (CFC) o una atestación federal de formación profesional (AFP).

El antiguo pasante entonces puede pasar directamente al mercado laboral o continuar a la formación superior. Muchos gerentes de pequeñas y medianas empresas suizas han seguido este camino.

Las personas con un diploma profesional tienen más posibilidades de encontrar empleo. Los cinco países europeos que aplican la formación dual (Suiza, Alemania, Austria, Holanda y Dinamarca) tienen tasas de desempleo más bajas que las demás naciones.

La elección de una formación profesional 

Una formación profesional fue lo que le permitió a Léa Graham, luego de intentar otras cosas, conseguir un trabajo en la cocina de uno de los mejores restaurantes del mundo, “Le Restaurant de l’Hôtel de Ville” en Crissier.

Léa terminó la licenciatura con una especialidad en artes visuales, y luego siguió estudiando en la Escuela de Arte y diseño de Ginebra (HEAD). Cuando obtuvo su título, decidió hacer realidad su sueño de la infancia y comenzó una formación profesional como cocinera.

Durante este nuevo programa de formación, la joven cambió de restaurante dos veces antes de completar su formación profesional en la “École professionnelle de Montreux”, donde tuvo la oportunidad de trabajar una vez por semana en el restaurante de l’Hôtel de Ville en Crissier.

Al final de su formación, el restaurante la contrató y podemos decir que Léa Graham puso su corazón en el trabajo: en 2015, la nombraron la mejor aprendiz de cocina en el cantón de Vaud.

“La formación profesional me dio la oportunidad de integrarme gradualmente a la vida laboral, lo cual fue muy bueno dada la naturaleza exigente del trabajo de cocina”, reconoce.

Interés más allá de las fronteras 

Cada vez más países están demostrando interés en el sistema de formación profesional suizo como una manera de combatir el desempleo.

De hecho, fue no de los objetivos de la visita del jefe de Estado chino Xi Jinping a principios del 2018.

“La cantidad de consultas del exterior que expresan un interés en el sistema suizo ha aumentado significativamente en los últimos años. En algunos casos quieren obtener más información y en otros desean cooperar con Suiza en esta área”, indica Jérôme Hügli, responsable del proyecto de la Secretaría de Estado de Formación, Investigación e Innovación.

Gran competitividad profesional

Según la revista Panorama Suizo en su versión en español, “Suiza goza de una gran competitividad gracias a sus especialistas, muy bien formados en el país, y el aprendizaje profesional es la razón principal de que la tasa de desempleo juvenil sea tan baja. Allí no se producen ‘graduados desempleados’. Mientras que la tasa media de desempleo en Europa se acerca a los 10 %, la de Suiza sólo asciende a un 3,3 %”, enfatiza.

Esta publicación detalla “que la gran mayoría de los jóvenes en Suiza no sufre la humillante experiencia de no poder integrarse a la vida laboral”.

Agrega que “estos resultados son asombrosos… Toda cualificación profesional, sin excepción alguna, ofrece la posibilidad de continuar formándose. Así, es muy común hoy en día que los jóvenes suizos opten por un aprendizaje profesional y, ya sea paralelamente a su formación profesional o durante los primeros años de ejercicio de su profesión, presenten el examen de bachillerato. Este “bachillerato profesional” les permite ingresar a una Escuela Técnica Superior o a la Universidad. Cerca del 40 % de quienes siguen actualmente una carrera universitaria optaron primero por el sistema de formación profesional dual, muy orientado hacia la práctica, y esta tendencia va en aumento”.

Definitivamente, los casos de éxito han sido numerosos y han permitido que el joven pueda formarse y al mismo tiempo tener sus propios ingresos en lo que dura su formación. La educación es la clave del éxito en la construcción de un desarrollo sostenible que apunte mayormente a la calidad de vida de los ciudadanos de este país, un ejemplo a replicar.

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