Under The Skin

La última película del director Jonathan Glazer (Londres, 1965), basada, o inspirada, en la novela homónima del escritor holandés Michael Faber (La Haya, 1960) –novela publicada en español por Anagrama con el título Bajo la piel (Colección Panorama de narrativas 494, 2002)– es una de las más comentadas desde el año pasado –y es comentada por todo: desde sus paisajes, tanto urbanos (esas frías, tristes, grises calles de Glasgow) como rurales (esas salvajes, inhóspitas, amenazadoras regiones del norte), hasta el famoso desnudo de Scarlett Johansson, actriz que interpreta a Isserley, la protagonista del relato, pasando por cuestiones como su misterioso erotismo lúgubre, gigeriano, o la etiqueta literaria (si es ciencia ficción surrealista, ciencia ficción especulativa, ciencia ficción existencial), etcétera–. Por su parte, la escritora Claudia Pistilli, tal como lo expone en esta nota, encuentra en el filme de Glazer cualidades estéticas semejantes a las de un haiku.

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Jonathan Glazer probablemente decepciona a los fanáticos de Scarlett Johansson desnuda y a los fanáticos de este género acostumbrados a más acción, porque no cuenta nada, no pasa nada, no salva ni el desnudo.

Pero ¿qué es lo que debería contar una película de ciencia ficción, qué debería pasar?

Estéticamente, el aburrimiento nunca fue valorado como la tristeza, el tormento o la pasión en el cine. Se rehúye cualquier aproximación al aburrimiento porque nuestras expectativas están siempre ávidas de los mismos estándares de emociones, y por lo tanto, soluciones. Aunque eso no ocurre con todo espectador. Under the Skin no es una película aburrida, pero el ritmo lento podría aburrir si uno no está acostumbrado a este tipo de propuestas.

En su libre adaptación de la novela de Faber, Glazer juega, en un escenario terriblemente gris y hermoso, con las emociones que nos humanizan. Las carreteras húmedas de Escocia, la niebla, lo oscuro que sostiene y devora, encierran algo más que la cuidada belleza de la fotografía. El horror predecible, con efectos sonoros que nos señalan cuándo sobresaltarnos, la violencia explícita y los charcos de sangre, por fortuna, no son modelos a seguir para muchos directores, y eso, cada tanto se agradece.

Aunque, en esencia, Under the Skin no es muy diferente a otras películas de su género (con mucha acción), como Depredador: alienígenas vienen a nuestro planeta a cazar, pero estos son cuidadosos, eligen muy bien a las víctimas para no levantar sospechas. Hombres solitarios que caerían fácilmente en las redes de una mujer hermosa. Pero también hay escenas muy crudas que golpean.

El hombre es malo por naturaleza. Lo indefenso, lo frágil, pulsa el botón que revela a ese monstruo de dos caras perfectamente escondido bajo una fina piel de ser humano con consciencia. Lo raro, lo que no podemos entender, lo que asusta, lo que tenemos que eliminar, el cazador que se convierte en presa, son las opciones que Glazer elige para contarnos su historia.

Under the Skin tiene un encanto frío como sus paisajes y el personaje de Scarlett, con quien empatizamos. No es una película que se destaque por la gran historia ni por los efectos especiales. Las altas expectativas de encontrarse con una película fuera de serie aniquilan cualquier posibilidad de sorpresa o deleite, por discreto que sea.

Si las sinopsis no fueran la regla para preceder críticas o comentarios de cine, podría ser un disfrutable y simple drama sobre una mujer que conduce sola, en busca de víctimas por quién sabe qué oscuro motivo. Pero la vemos, y no podemos dejar de verla, e incluso podríamos verla más de una vez, porque ejerce fascinación, porque nos acerca a esos lugares cotidianos que salteamos de tanto verlos, y nos hace reflexionar sobre la compasión y el deseo.

Under the Skin, como un haiku, se desprende de cualquier adorno innecesario y, con un argumento sencillo, limpio, nos plantea ver en la naturaleza eso que siempre somos bajo nuestra piel.

Michel Faber

Novelista y escritor de cuentos Michel Faber nació en Holanda en 1960. Se mudó con su familia a Australia en 1967 y fue a la escuela primaria y secundaria en Melbourne, y a la Universidad de Melbourne. Trabajó como limpiador y en varios otros oficios ocasionales, y fue enfermero hasta mediados de la década de 1990. Vive en Escocia desde 1992.

El mes pasado se anunció que la última novela de Faber, The Book of Strange New Things (Canongate, 2014) figuraba en la lista de los candidatos a los premios Arthur C. Clarke, el galardón más importante en literatura de ciencia ficción en el Reino Unido. El ganador es elegido de una lista de seis nombres por un jurado designado por la British Science Fiction Association, la Science Fiction Foundation y la organización del festival de cine Sci-Fy-London, y recibe una cantidad de libras cuya cifra es la del año de su triunfo (en este caso, 2015 libras). Los otros cinco libros de ciencia ficción que están nominados este año son The Girl with all the Gifts, de M. R. Carey (Orbit, Melanie, 2014), Europe in Autumn, de Dave Hutchinson (Solaris, 2014), Memory of Water, de Emmi Itäranta (HarperVoyager, 2014), The First Fifteen Lives of Harry August, de Claire North (Orbit, 2014) y Station Eleven, de Emily St. John Mandel (Picador, 2014).

La primera novela de Michel Faber, Bajo la piel (Under The Skin, 2000), fue finalista del Primer Premio de Novela Whitbread, y también ganó el Premio Neil Gunn y un Premio Ian St. James. Entre sus otros libros cabe citar Los ciento noventa y nueve pasos (The Hundred and Ninety-Nine Steps, 1999), una novela corta, The Courage Consort (2002), la historia de un coro musical, y Pétalo carmesí, flor blanca (The Crimson Petal and the White, 2002), sobre la vida de Sugar, una prostituta de diecinueve años, en la Inglaterra victoriana –en el Londres de la década de 1870, concretamente–. En su libro de cuentos La manzana (The Apple, 2006), Faber prosigue la historia de algunos de los personajes de The Crimson Petal and the White. Michel Faber ha sido señalado en más de una ocasión como un escritor cuya imaginación visita los lugares más extraños y los vuelve reales.

Bajo la piel. Reino Unido, 2013

Director: Jonathan Glazer

Guion: Walter Campbell y Jonathan Glazer, basado en la novela de Michel Faber

Fotografía: Daniel Landin

Música: Mica Levi

Con Scarlett Johansson, Paul Brannigan, Jessica Mance, Krystof Hádek, Scott Dymond, Michael Moreland, Jeremy McWilliams, Steve Keys.

claudia.pistilli@gmail.com

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