Canindeyú: economía y sociedad de una periferia en vías de integración

Situado al Este de la región Oriental, en la frontera con el Brasil, a partir de la década de 1960 el departamento de Canindeyú vio instalarse una multitud de focos de poblamiento de agricultores brasileños. Si bien eran mayoritarios, los colonos extranjeros no eran los únicos en poblar la zona extrema Oriental del Canindeyú, ya que algunas colonias paraguayas también fueron creadas en la segunda mitad del siglo XX, como Puente Kyhá, La Paloma o Colonia Canindeyú. En los años de 1990 especialmente, esta porción Este del departamento se especializó en la agricultura empresarial, cuyo sistema productivo iba expandiéndose también en los departamentos de Alto Paraná y de Itapúa.

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Por su parte, el Oeste del departamento de Canindeyú constituye un espacio de poblamiento aún más reciente: a modo de ilustración, los distritos de Curuguaty, Villa Ygatimí, Itanará e Ypejhú han visto su población multiplicarse prácticamente por dos entre 1992 y 2002. En 2012, estos distritos sumarían cerca de 110.000 habitantes, lo que representaría la mitad de la población del departamento.

Este poblamiento tardío tiene lugar especialmente a partir de los años 90, momento en que esta zona aparece como uno de los últimos espacios disponibles para el avance de la frontera agrícola. De este modo, el Oeste del departamento de Canindeyú fue objeto de una intensificación reciente de su poblamiento, de su ocupación y, por ende, de sus transformaciones territoriales.

Esta porción del departamento fue el escenario de encuentro entre distintos grupos sociales: campesinos paraguayos, descendientes de colonos brasileños y empresarios agropecuarios de los dos orígenes nacionales. En este sentido, la ciudad de Curuguaty encarna un lugar privilegiado de intercambio e integración sociocultural. Al mismo tiempo, distintas actividades económicas se desarrollaron simultáneamente y coexisten hasta hoy.

La agricultura y la ganadería en Canindeyú

Este departamento puede ser considerado como la última frontera agrícola de la región Oriental, tanto para los rubros de la agricultura empresarial como los de la agricultura familiar campesina. Los cultivos más importantes son la soja y trigo, con superficies considerables, especialmente para la primera, con más de 600.000 hectáreas sembradas.

La agricultura familiar mostró un incremento de la superficie cultivada en los últimos años, asociada principalmente al cultivo del sésamo, con 8.000 hectáreas. Sin embargo, en este segmento agrícola aparece un rubro ilícito como la marihuana, que revoluciona la economía doméstica de los agricultores familiares. Se estima que en el departamento de Canindeyú existe alrededor de 6.000 hectáreas de marihuana, menos que las dedicadas al sésamo, pero mucho más rentables. En efecto, las 8.000 hectáreas de sésamo generan solo 7,5 millones de dólares, mientras que la marihuana produce 450 millones de la misma moneda.

Las condiciones de aislamiento y débil presencia y eficacia de los programas y servicios públicos hacen de las zonas periféricas y fronterizas del departamento un espacio favorable para el desarrollo de actividades ilícitas.

La ganadería es otra actividad de relevancia en el departamento, pasando de poco más de 600.000 cabezas en 2007 a más de 1.800.000 en 2014; es decir triplicando el hato ganadero en solo cinco años. Si la agricultura domina en la porción Este del departamento, la ganadería es mayoritaria en el Oeste del mismo.

Las rutas como factor de integración y desarrollo

La llegada de la ruta asfaltada en 2004 significó un verdadero impulso para el departamento de Canindeyú, ya que este dispuso de una conexión directa y fluida con Asunción y el interior de la región Oriental. La ciudad de Curuguaty experimentó desde entonces un crecimiento marcado, con una intensa diversificación de sus actividades comerciales y de servicios.

La capital departamental experimentó otro proceso similar. Salto del Guairá capitalizó en cierta forma los excesivos controles brasileños en la frontera con Ciudad del Este y una nueva clientela, no ya los revendedores “sacoleiros”, sino familias individuales, se orientó hacia Salto del Guairá, alimentando un veloz desarrollo del comercio. De solo 6.600 habitantes en 2002 se estima que actualmente la población asciende a más de 20.000 personas. De todas maneras, el crecimiento comercial y urbano supeditado al comercio fronterizo no parece brindar la sostenibilidad en el tiempo para un desarrollo equilibrado.

La porción Noroeste del Canindeyú, aún muy mal integrada y conectada a la red nacional de rutas pavimentadas, lo que genera una imagen como menos poco valorizadora para el departamento, que lleva fácilmente a la estigmatización de toda la región por las actividades ilícitas.

Una mayor inversión en infraestructuras y servicios en las zonas más asiladas y periféricas del departamento posibilitará la expansión de actividades productivas viables y una integración al resto del territorio. La pavimentación de la ruta que une Curuguaty a Ypejhú apunta a una inminente integración del Noroeste del departamento de Canindeyú. Actualmente en fase de licitación, este proyecto tendrá un impacto inmediato en el crecimiento de la ciudad de Villa Ygatimí y de Ypejhú, lo que reconfigurará la red urbana del departamento, que contará con nuevas centralidades cuyo dinamismo dependerá también de la capacidad de los poderes públicos a anticipar y preparar a estas ciudades. Estas deberán ser objeto de una instalación de nuevos equipamientos públicos (educación, salud, viviendas, etc.), de manera a fortalecer la presencia del Estado en estos espacios actualmente marginados.

La industria, el comercio y los servicios

El incremento productivo agrícola de Canindeyú creó las condiciones propicias para el desarrollo de diversas agroindustrias, creando cadenas de valor a partir de la producción de soja, caña de azúcar e inclusive de mandioca. El distrito de nueva Esperanza, junto a Curuguaty, se presenta con el más dinámico en el sector industrial. Si bien la mano de obra generada no es aún muy alta, el sector es apto para un mayor crecimiento.

En cuanto al comercio, la ciudad de Salto del Guairá polariza el dinamismo, alimentado por los compradores brasileños, pero a la vez muy dependiente de los mismos. Este sector de la economía es un poderoso generador de empleo, con más de 3.500 personas empleadas. Curuguaty parece cumplir el rol de “capital económica” de la porción Oeste del departamento, con un dinamismo creciente del comercio, como resultado de aumento de la producción agrícola y ganadera de su zona circundante. Curuguaty se convierte así en el centro comercial y logístico de una vasta zona, teniendo como distritos subsidiarios a Villa Ygatimý y Ypejhú, principalmente.

El sector servicios se asocia casi directamente al grado de urbanización de los diferentes distritos, donde la capital departamental y Curuguaty constituyen las ciudades de referencia departamental. En consecuencia, la mayor cantidad y diversidad de servicios se encuentran en estas ciudades, así como los empleos generados.

Al igual que otras regiones del interior del país, casi todos los distritos de Canindeyú se encuentran en un proceso de rápida integración a la economía de mercado, es decir descubriendo el consumo y varios bienes que hasta hace muy pocos años eran o desconocidos o suntuarios para una gran parte de la población.

Finalmente, la economía del departamento de Canindeyú puede resumirse en cinco aspectos principales:

-El comercio de Frontera de Salto del Guairá

-La producción agrícola empresarial, con la soja, el trigo y el maíz como rubros principales

-La producción ganadera moderna

-La agricultura familiar campesina con el sésamo

-El circuito productivo de marihuana

La excesiva centralización histórica del Estado paraguayo sobre Asunción, además de la baja eficiencia de la descentralización administrativa implementada desde 1992, han provocado niveles de desarrollo muy desiguales en el departamento de Canindeyú. Igualmente, la lenta dotación de infraestructura de comunicación ha conspirado con una gestión más inteligente del territorio, sobre todo de la frontera y demás espacios periféricos.

La producción y la economía del departamento de Canindeyú deben seguir creciendo y sobre todo intensificándose, para incrementar la competitividad regional. El Estado, por su parte, está llamado a desalentar las actividades ilegales, no solo con la fuerza imperativa de la ley, sino también con un conjunto de opciones productivas, no necesariamente agrícolas, a la población más aislada y con mayor vocación de progreso. De muy poco servirán los programas exclusivamente agrícolas para disminuir la relevancia de los cultivos de marihuana. Una mayor oferta de servicios públicos de calidad asociada a un esquema de formación y capacitación laboral para una inserción expedita a los diferentes mercados de trabajo regional puede constituir una de las soluciones a la problemática de la economía subterránea.

Las autoridades territoriales, principalmente las municipalidades y la Gobernación, están llamadas a jugar un rol fundamental en la conducción del proceso de desarrollo regional. Una economía departamental limpia y transparente será la mejor carta de presentación de un país que comienza a jugar de forma activa y dinámica en el escenario mundial. Paraguay no puede permitirse que una parte de la economía de Canindeyú sea ilícita.

Cadenas

El incremento productivo agrícola creó condiciones propicias para el desarrollo de diversas agroindustrias, creando cadenas de valor.

Cultivos

Los cultivos más importantes son la soja y trigo, con superficies considerables para la primera, con más de 600.000 hectáreas sembradas.

Incremento productivo

El incremento productivo agrícola de Canindeyú creó las condiciones propicias para el desarrollo de diversas agroindustrias, creando cadenas de valor a partir de la producción de soja, caña de azúcar e inclusive de mandioca. El distrito de nueva Esperanza, junto a Curuguaty, se presenta como el más dinámico del sector industrial.

Las rutas asfaltadas

La llegada de la ruta asfaltada en 2004 ha significado un verdadero impulso para el departamento de Canindeyú, ya que este dispuso de una conexión directa y fluida con Asunción y el interior de la región Oriental. La ciudad de Curuguaty experimentó desde entonces un crecimiento marcado.

Las autoridades territoriales, principalmente las municipalidades y la Gobernación, están llamadas a jugar un rol fundamental en la conducción del proceso de desarrollo regional. Una economía departamental limpia y transparente será la mejor carta de presentación de un país que quiere ser atractivo.

Una mayor inversión en infraestructura y servicios en las zonas más aisladas y periféricas del departamento posibilitará la expansión de actividades productivas viables y una integración al resto del territorio. La pavimentación de la ruta que une Curuguaty a Ypejhú apunta a inminente integración.

Se estima que en el departamento de Canindeyú existen alrededor de 6.000 hectáreas de marihuana, menos que las dedicadas al sésamo, pero mucho más rentables. En efecto, si las 8.000 hectáreas de sésamo generan solo 7,5 millones de dólares, la marihuana produce 450 millones de la misma moneda.


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