Dignidad a cambio de migajas

Todos saben que la mitad de la energía producida en Itaipú y Yacyretá nos pertenece de derecho, porque así está consagrado en los propios tratados que hemos firmado con el Brasil y Argentina. Solo falta aplicarle un pacta sunt servanda más firme y racional, como lo fue el Acta de 1966. Lo que pocos saben es la situación de hecho: en 30 años de producción en Itaipú y 20 en Yacyretá, nuestros socios condóminos han llevado 90 y 95%, respectivamente, de todo lo producido. ¿Por qué nuestros presidentes, durante estos 40 años, no le aplicaron el concepto de esta serie?

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Pero aún más, pocas personas saben que estos complejos hidroeléctricos forman parte, administrativamente, de la ANDE de Paraguay, de la Eletrobrás de Brasil y de la EBISA, sucesora de la antigua Aguas y Energías de la Argentina. Esta afirmación obedece, para el caso de Itaipú, al Art III, Parágrafo 1º: “La Itaipú será constituida por la ANDE y la Eletrobrás, con igual participación en el capital, y se regirá por las normas establecidas en el presente Tratado, en el Estatuto que constituye su Anexo A y en los demás Anexos”. Luego esto queda más explícito en el Art. VIII: “Los recursos necesarios para la integración del capital de la Itaipú serán aportados, a la ANDE y a la Eletrobrás, respectivamente, por el Tesoro paraguayo y por el Tesoro brasileño o por los organismos financiadores que los gobiernos indiquen”.

Según la interpretación de muchos ingenieros de 50 Hertz, la dueña de nuestro patrimonio energético es la ANDE. Sin embargo, los ingenieros de 60 Hertz prefieren darle la hegemonía a las direcciones Técnica y Financiera, con titulares brasileños.

Si uno continúa leyendo el Art. VIII se encontrará con el parágrafo único, el que se habla de las Altas Partes. ¿Quiénes son las Altas Partes Contratantes? Para la creatividad tenemos varias opciones: Ministerio de Relaciones Exteriores (negociaciones a través de Notas Reversales); Ministerio de Hacienda (recursos para el financiamiento) o una tercera, siguiendo esta secuencia lógica, la ANDE. En pocas palabras, y a mi modesto entender, el mejor representante de las “altas partes” es la ANDE para el Paraguay y la Eletrobrás para Brasil.

En un Estado moderno y siguiendo la lógica más sencilla de la teoría política, el nivel más alto del poder político energético tendría que representar a la “alta parte”; esto sería un Ministerio de Energía y Minas. Pero como en Paraguay no tenemos más que un kiosco energético llamado Viceministerio de Minas y Energías, sin recursos económicos, con pocos recursos humanos, sin poder político y finalmente subordinado a un Ministro de Obras Públicas.

El resultado final es una megainstitución con rango de superministerio, con acumulación del poder político, económico y, últimamente, social. Recursos económicos equivalentes a más de la mitad del gabinete completo.

Este verdadero Estado dentro de un Estado tiene, además, el poder de mimetizarse entre el sector privado y el público. Parafraseando aquella música que dice: “de día es João y a la noche es María”, podríamos decir: de día es público y a la noche es privado.

Ningún presidente, desde Alfredo Stroessner hasta Horacio Cartes, en estos 40 años, se atrevieron a modificarlo. Todos usan la palabra “transparencia en las binacionales” en sus campañas, pero al llegar lo tapan con una lona negra y lo dejan como está. Dicen que PVDSA, el gigante petrolero venezolano, también se manejó así por décadas. Nadie se animaba a modificar el statu quo que creó varias castas y dinastías sociopolíticas. Ningún presidente tenía tanto poder para derribar este monopolio energético. Repitiendo una comidilla política contemporánea de Laíno: “destapó la olla, lo vio demasiado apetitosa, probó un bocado, lo tapó … y todo continuó igual”.

Por otra parte, gran parte del poder político institucionalita anhela introducir el presupuesto de Itaipú al Presupuesto de Gastos de la Nación; allí estaría disciplinado al Congreso de la Nación, a la Contraloría, al Ministerio de Hacienda, a la Secretaría de la Función Pública y a todas las leyes de la República, pero saben que esto es peligroso. El senador maniobrero, el diputado extorsionador, el gobernador sogüé y el intendente yurú acuá, lo pueden mandar, en poco tiempo, a la cuneta. Manejar 10.000 Ha. de arada y rastreada a través de unas pocas contratistas del baronazgo no es igual a manejarlas a través de todas las seccionales de la ANR.

Una cosa es gestionar el Fonacide con los municipios y otra con unos pocos directores que pueden alegar la binacionalidad cuando las papas queman. La combinación ideal para un director tortuoso siempre será la protección de los “sistemas de control binacional”, que ven todo pero no filtran nada y, de yapa, la no incidencia de la molestosa Contraloría General de la República.

Conclusión

Amables lectores, este complejo energético, económico y geopolítico llamado Itaipú es un bicho arisco, resbaloso y camaleónico, que puede otorgar felicidad a cualquier presidente que llegue al poder, si elige un buen equipo recaudador. La Itaipú y en menor grado Yacyretá son “cajas negras” que pocos vieron en todo su esplendor y sobrevivieron políticamente para contarlo.

No obstante, siempre sostuve que Itaipú, a pesar de su abundancia y magnanimidad para con sus administradores circunstanciales, es un cementerio de políticos. De director con prerrogativas de un semidiós puedes ir directo a la calle …, y de contramano. Pocos sobrevivieron, y, más pocos aún sobresalieron después. Es por ello que el hombre sabio debe meditar en este proverbio que reza: “No me des pobreza ni riqueza; mantenme con el pan necesario; no sea que me sacie y te niegue y diga: ¿quién es Dios? O que siendo pobre, hurte y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov. 8-9).

90%, 95%

En 30 años de producción en Itaipú y 20 en Yacyretá, nuestros socios condóminos han llevado 90 y 95%, respectivamente, de todo lo producido.

Tortuoso

La combinación ideal para un director tortuoso siempre será la protección de los “sistemas de control binacional”, que ven todo pero no filtran nada.

(*) Vicepresidente, Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay, SILP.

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