El automóvil, cada vez más presente en los hogares paraguayos

Los distintos sectores de la economía se comportan de forma particular según los ciclos y periodos. En el esquema actual, el sector automotor ha mostrado un desempeño coherente con el resto de funcionamiento de la economía. La importación, registro y tenencia de automóviles es útil para observar y también evaluar a la economía en su conjunto, sobre todo en una etapa de desaceleración económica.

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Desde hace alrededor de una década la economía paraguaya se ha transformado bastante, tanto en los sectores ya consolidados como la agricultura y la ganadería, que agregaron inversiones y nuevos eslabones a la cadena, así como el fuerte dinamismo que tuvieron otros sectores, como el inmobiliario y las construcciones, que generaron un impulso vigoroso al consumo de bienes de las familias, entre ellos los automóviles. Durante los años de mayor crecimiento de la economía, la importación de automóviles creció a niveles superiores mientras que cuando las condiciones del crecimiento se modificaron, la importación fue menor.

Según la consultora Investor Economía, la importación de vehículos usados, en su gran mayoría proveniente de Japón y en menor medida de Corea, se orientaba a la demanda de una clase media emergente, sobre todo en Asunción y su zona metropolitana, donde el transporte público es deficitario y el automóvil representa no solo un factor de ascensión social, sino también de movilidad, comodidad e inclusive seguridad.

Por el lado de los vehículos importados nuevos, se observa un incremento sostenido en la importación, aunque la venta sufrió unos altibajos a finales del 2013, cuando las empresas importadoras calculaban un buen nivel de ventas como resultado de un contexto económico favorable (leyes de atracción de inversiones, Alianza Público-Privada, Bonos), acompañado por un escenario político renovado (llegada de Cartes al poder) se traduciría en una aceración de la ya creciente economía. Sin embargo, el retraso en las obras públicas y la lenta implementación de otras medidas que hubiesen mantenido el dinamismo, no crearon las condiciones para una expansión, notándose en la escasa venta de automóviles nuevos.

El avance en las obras viales de los últimos años, así como un proceso continuo de urbanización, han sido factores suplementarios que motivaron las inversiones de los agentes económicos en bienes como los automóviles.

Si se analizan los datos de tenencia de automóviles se aprecia un incremento sostenido desde inicios de la década de 2000, según la Encuesta Permanente de Hogares. Entre 2002 y 2015, porcentaje de hogares a nivel país con automóviles pasó del 20% al 30%. Las zonas urbanas crecieron a un nivel levemente superior, pasando del 27% al 38% en el mismo periodo. Las zonas rurales han tenido un comportamiento más modesto, aunque también caracterizado por el crecimiento, pasando del 9% al 15% de hogares entre 2002 y 2015. En el caso de las zonas rurales debe recordarse que dichos hogares se han dotado de motocicletas en los últimos años, debido al precio inferior de las mismas con respecto a los automóviles, así como a la amplia oferta de créditos para su adquisición. El automóvil ha dejado de ser un bien suntuoso para convertirse en una necesidad, al menos para la clase media.

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