El desafío de seguir generando empleo tras el “boom de los commodities”

Considerando los datos sobre empleo en el Paraguay, se verifica que hubo avances durante el “boom de los commodities”, entre 2010 y 2013, que luego fue cayendo hasta llegar a su nivel más bajo en 2016, año en que, según la Encuesta Permanente de Hogares, se registró un desempleo de más de 202.000 personas, que representa un 6% de la Población Económicamente Activa, que llega a 3.382.113 habitantes. Varios factores incidieron en esta situación, y ahora nuestro país se enfrenta al gran desafío de mantener los avances de los indicadores generados durante aquel “boom”.

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Una alta tasa de personas con trabajo en un país denota un mayor nivel de bienestar, sumado a los efectos positivos, tanto sociales como económicos, que trae consigo la posibilidad de realizarse en materia laboral. Mientras que en el otro escenario, cuando aumentan el desempleo y subempleo, los niveles de pobreza pueden también incrementarse.

Antes de desglosar la composición actual del empleo y desempleo en el Paraguay, es importante definir algunas denominaciones utilizadas en la Encuesta Permanente de Hogares y en la Encuesta Continua de Empleo.

La Población en Edad de Trabajar (PET) comprende a todas las personas de 10 años y más de edad que suministran mano de obra disponible para la realización de una actividad económica.

La Población Económicamente Activa (PEA) se refiere al conjunto de personas de 10 años y más de edad que en el período de referencia dado suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios económicos o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción.

Entre tanto, la Población Ocupada abarca a las personas con remuneración, es decir, que perciben sueldo, salario, jornal u otro tipo de ingreso, compensación en efectivo y/o en especie (alimentación o alojamiento), por el trabajo realizado como empleado, obrero, jornalero, empleador o patrón, trabajador por cuenta propia o empleado doméstico.

Por su parte, el Desempleo Abierto está conformado por aquellas personas de la fuerza de trabajo que estaban sin trabajo en los últimos 7 días, que están disponibles para trabajar de inmediato y que habían tomado medidas concretas durante los últimos 7 días, para buscar un empleo asalariado o un empleo independiente.

En cuanto al Subempleo Visible, este está conformado por personas ocupadas que trabajan menos de un total de 30 horas por semana en su ocupación principal y en sus otras ocupaciones (si las tiene), que desean trabajar más horas por semana y están disponibles para hacerlo. El Subempleo Invisible aglutina a personas ocupadas que trabajan un total de 30 horas o más por semana en su ocupación principal y en sus otras ocupaciones (si las tiene) y su ingreso mensual es inferior a un mínimo legal establecido en el período de referencia.

Finalmente, la Población Económicamente Inactiva (PEI) se trata del conjunto de personas de 10 años y más de edad no clasificadas como ocupadas ni desocupadas durante el período de recolección de datos.

Cuando se mira a Paraguay desde la Encuesta Permanente de Hogares del 2016, los números revelan que 202.874 personas se encuentran dentro de la denominada Población Desocupada. De esta cantidad, 51.757 ciudadanos eran desempleados por primera vez y 151.117 atraviesan la misma situación, es decir, estaban sin trabajo, por segunda o más veces.

Las más de 200.000 personas desempleadas representan 6% de la Población Económicamente Activa (PEA) que suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios económicos o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a dicha producción y que totalizan 3.382.113 personas, representando el 62,6% de la Población en Edad de Trabajar (PET) unos 5.399.000 ciudadanos.

Mientras que los datos de la Encuesta Continua de Empleo, al segundo trimestre del 2017, contabiliza a alrededor de 111.000 personas de Asunción y Áreas Urbanas del Departamento Central en condición de desocupadas, es decir, no trabajaron ni una hora en el periodo de referencia y buscaron trabajo de manera activa. El número representa al 8,9% de la Población Económicamente Activa.

Hay más mujeres desempleadas, sobre todo en áreas rurales

En cuanto al género alcanzado por la desocupación, el desempleo entre los hombres es del 5% y 7,5% entre mujeres. Si se describe por área de residencia, en las zonas urbanas el 6,3% de los hombres están desempleados frente al 8,3% de las mujeres. Mientras que en las zonas rurales, el sexo femenino sigue cargando con la falta de trabajo engrosando el 5,9% de desocupados y 2,9% los hombres.

Los números revelan que existen brechas en los niveles de ocupación entre hombres y mujeres en todo el país, es decir, aunque el desempleo afecta a ambos, la diferencia denota que hay relativamente más mujeres en condiciones de vulnerabilidad laboral que hombres.

En cuanto a la tasa de desocupación por grupos de edad y género, los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares del 2016 muestran que del total de la población sin empleo entre 15 y 24 años, la situación afecta al 16,9% de las mujeres frente al 10,3% de los hombres. Mientras que al grupo de personas entre 25 a 39 años, la tasa de desempleo arrastra al 7,3% del sexo femenino y al 4,1% del masculino.

El comportamiento se repite en las edades comprendidas entre 40 y 59 años donde la falta de empleo afecta al 2,8% de las mujeres y 2,4% de los hombres y en la población de 60 y más, el indicador presenta una ruptura porque existen más hombres sin empleo (2,8%) que las mujeres (0,9%) 

¿Qué ha pasado en los últimos años? 

La evolución de la población empleada en Paraguay ha pasado por varias etapas en los últimos 10 años.

Entre el período 2005 y 2010, se reportaron varios hechos que afectaron de forma importante a la economía de Paraguay como lo ocurrido entre el 2006 al 2008, cuando comenzó a aumentar el precio internacional de la soja de US$ 200 la tonelada a US$ 550 en junio del 2008. Estos altos precios presentaron una fuerza económica importante para el cultivo de la oleaginosa en el país.

Un año más tarde, en el 2009, se registró la primera de dos sequías importantes que se dieron en Paraguay en los últimos 10 años. Esto se tradujo en un año de recesión, seguida de una recuperación en el 2010. En esos dos años, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída del 4% en el 2009 y un crecimiento de 13,1% en el 2010.

En el mismo contexto, se daba la crisis financiera mundial entre el 2007 y el 2009, que si bien no habría tenido un impacto directo en la actividad económica paraguaya, afectó el precio internacional de la soja, que de comercializarse a US$ 550 se desplomó a US$ 320 la tonelada entre julio y diciembre de 2008. Debido a esto, el precio se mantuvo en alrededor de US$ 350 la tonelada hasta mediados de 2010.

La siguiente etapa que se identifica fue entre el 2010 y el 2013. Se considera este período parte del período del “boom de los commodities” y donde Paraguay fue afectado, principalmente, por una nueva ola de aumentos en el precio del grano, que de alrededor de US$ 350 trepó a US$ 610 la tonelada en el 2012. A pesar de esta bonanza de precios, Paraguay volvió a experimentar una sequía en el 2012 en combinación con el brote de la fiebre aftosa en 2011. Por estos factores, el país entró nuevamente en una recesión en 2012, seguido de una recuperación importante en 2013. El crecimiento del PIB en estos años varió de -1,2% en 2009 a 14% en 2013.

Un período de baja cotización, con profundos efectos en los países 

Finalmente, la etapa entre el 2013 y 2016 se caracterizó por un proceso de ajuste a la baja del precio de la soja, estabilizándose en alrededor de US$ 350 la tonelada actualmente. Esto tuvo alcances muy profundos a nivel regional, ya que Paraguay, Brasil y Argentina, en su calidad de países exportadores de soja, entraron en períodos de desaceleración e incluso de recesión económica, como en los casos de los países vecinos. A la situación se sumó el cambio de gobierno en Argentina a finales de 2015, así como la recesión económica y crisis política en Brasil durante los años 2015-2016.

En 2015 se destaca que el guaraní perdió 25% de su valor con respecto al dólar, el peso argentino 30% y el real brasileño casi 50%. En particular, la depreciación del real tuvo un impacto muy importante en el comercio de frontera y en todas las industrias exportadoras de Paraguay, ya que los productos vendidos de Paraguay al vecino país se encarecieron.

En este contexto, se revisan los números de empleo en Paraguay en los años 2005-2016 y se analiza la evolución de la Población Ocupada, a la que se denominará Población Ocupada Plena y la Población Sin Empleo.

Además, una categoría de Población Sin Empleo que incluye a los Desempleados y Subempleados. Como referencia, en 2016 la Población Desocupada era de 203.000 personas y la subempleada 663.000.

Con respecto a los períodos de tiempo 2015 y 2010, se observa un crecimiento tanto en la Población Ocupada Plena como en la Población Sin Empleo, casi al mismo ritmo hasta el 2009, donde se ve un quiebre importante entre las dos categorías (gráfico). Se destaca, además, que el 2009 fue el año de la recesión económica, la cual habría afectado negativamente el nivel del empleo. Sin embargo, en 2010, el año de la recuperación, la Población Sin Empleo disminuyó 11%.

Durante este periodo, la Población Ocupada Plena aumentó a un ritmo de 58.000 personas al año, mientras que aquellas sin empleo, también crecían en 5.000 personas al año (ver cuadro evolución del empleo).

Entre el 2010 y el 2013, la dinámica económica en Paraguay se caracterizó por los precios altos de la soja, un guaraní relativamente fuerte (favoreció el consumo de productos importados), además de un crecimiento económico importante y la bonanza para el empleo en Paraguay. Fue durante este período que el ingreso para muchas personas mejoró porque la economía generaba empleos plenos a una tasa de aproximadamente 130.000 al año, por ende, disminuía la Población Sin Empleo de 1.000.000 de personas en 2009 a 830.000 en 2013. 

Mientras que en los años 2013 al 2016, la dinámica de crecimiento en el Empleo Pleno cambió de forma importante, quedando prácticamente “planchada”, llegando a tener una recaída en el 2016.

Cambió el escenario regional

Como se mencionaba anteriormente, la situación económica cambió para casi todos los países de la región como efecto de la caída de los precios de los productos primarios.

El precio de la soja en particular, comenzó a desplomarse en junio de 2014 y esto no solo afectó a los sectores vinculados con la agricultura en Paraguay, sino también al comercio de frontera. La baja habría contribuido a reducir el valor del real brasileño, que se debilitaba también por una situación política en deterioro hasta el 2016.

Entre tanto, en Paraguay, el panorama de desaliento se reflejó en el nivel del empleo durante el 2014. Además, considerando que la producción de servicios empleaba al 60% de la Población Ocupada en el 2016, este sector de la economía creció moderadamente en 1.5%. Entre el 2013 y 2016, se perdieron aproximadamente 33.600 empleos al año y aumentó la Población Sin Empleo en 12.000 personas al año.

Tras el período de avance, ¿cuál debería ser la prioridad?

Considerando todos los datos, pero tomando como centro la estadística de empleo en Paraguay, se destaca que hubo avances durante el “boom de los commodities”.

En el contexto actual de precios de productos agrícolas relativamente menores, la prioridad debería ser defender esos avances a través de políticas de educación, atracción de inversión, diversificación, e integración comercial, acciones que serán claves para mantener los niveles de empleos generados y que brinden oportunidades para contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas, teniendo en cuenta que una fuerza laboral inactiva termina por restar al desarrollo económico de país, cuando bien podría ser componente del crecimiento y de esa manera también evitar el aumento en los indicadores de pobreza.

*  La etapa de entre el 2010 y el 2013 se considera parte del período del “boom de los commodities” y donde Paraguay fue afectado, principalmente, por una nueva ola de aumentos en el precio de la soja, que trepó de aproximadamente US$ 350 a US$ 610 la tonelada.

*  Fue durante ese período que el ingreso para muchas personas mejoró porque la economía generaba aproximadamente 130.000 empleos al año. La Población Sin Empleo cayó de 1.000.000 de personas en 2009 a 830.000 en 2013.

*  Mientras que en los años 2013 al 2016, la dinámica de crecimiento en el Empleo Pleno cambió de forma importante, pues los datos indican que se perdieron aproximadamente 33.600 empleos al año y aumentó la Población Sin Empleo en 12.000 personas anualmente.

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