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El gigante norteamericano creció a una tasa del 2,4%, superior al 2,2% registrado el periodo pasado. Del mismo modo, el conjunto de países que integran la Zona Euro exhibió un avance importante; un aumento en el PIB de 0,9%, revirtiendo así el ciclo de cifras negativas observadas en años anteriores. Por otra parte, los países en desarrollo registraron un crecimiento económico de 4,6%, reduciendo el ritmo observado en el pasado – 5,2% y 5,0% en el 2012 y 2013, respectivamente. Las bajas se dieron principalmente en las grandes economías, China redujo su nivel de crecimiento al 7,4%; mientras que Brasil presentó un avance casi nulo de 0,1%. Del mismo modo, en el 2014 la economía paraguaya tuvo un aumento más moderado del 4%, con una inflación del 4,2%, poco por debajo de la meta establecida por el BCP de 5% ± 2%. En este punto cabe recordar que en 2013 nuestro PIB creció a una tasa histórica del 14,2% de la mano de la recuperación del sector agropecuario y el avance del 4% en el 2014 se dio sobre esa cifra.
Para el 2015, el FMI estima un crecimiento mundial en torno al 3,5%. La entidad pronostica una tendencia similar a la observada el año anterior, con un importante avance de las grandes economías y una leve retracción en los países en desarrollo. El ritmo de actividad en los EE.UU. y en la Zona Euro aumentará en 3,1% y 1,5%, respectivamente. La consultora Investor Economía estima que el conjunto de economías en desarrollo avanzará en 4,3%, afectada en parte por una ralentización en el crecimiento estimado para China (6,8%). En el ámbito regional, la Argentina seguirá sumergida en sus problemas internos engendrados por las políticas económicas y sociales introducidas por la actual mandataria. Del mismo modo, el Brasil viene sufrido fuertes embates provenientes de un elevado déficit fiscal y una fuerte disminución de la actividad económica. Para el 2015, el FMI pronostica una retracción en el PIB de ambas naciones en torno al -0,3% y -1,0%, respectivamente.
En Brasil, los imponentes programas sociales impulsados por la presidenta Dilma Rousseff, en conjunto con el menor crecimiento económico, han deteriorado las cuentas fiscales. Al cierre del 2014, el déficit en la balanza fiscal –la suma de ingresos menos egresos del Estado, incluyendo gastos financieros– se duplicó con relación al PIB pasando de 3,3% a 6,7% en un año, alcanzando un saldo negativo de US$ 150 mil millones. Un hecho preocupante fue la aparición del déficit fiscal primario luego de 18 años en territorio superavitario – diferencia entre ingresos y egresos excluyendo los pagos por amortización de la deuda.