Itapúa: una economía dinámica y en expansión

Cargando...

La producción agrícola

Itapúa dispone de una sólida base productiva agropecuaria a la cual se agregan los eslabones industriales que conforman las principales cadenas de valor, tanto de la agricultura empresarial como de la familiar. Los sistemas productivos agrarios basados tradicionalmente sobre la soja, el maíz y el trigo, han visto la irrupción de un cuarto rubro agrícola, el arroz. En los últimos años el maíz ha decrecido en importancia y en superficie cultivada, mientras que el arroz ha emergido de forma sostenida, principalmente en la cuenca del río Tebicuary, aunque con limitantes importantes en la misma. La soja sigue expandiéndose en el departamento, con casi 8.000 nuevas hectáreas cultivadas en la última campaña, totalizando alrededor de 651.000 hectáreas. El maíz no ha seguido la tendencia expansiva de la soja, debido a la caída de los precios internacionales, volviendo muy poco rentable a este producto.

La campaña triguera 2014 que aparecía como muy prometedora terminó enfrentando rendimientos promedios muy bajos, a lo que se sumó una caída en los precios internacionales. Finalmente, el arroz sigue aumentando el área cultivada, pasando de 39.000 a 42.000 hectáreas cultivadas, con rendimientos de alrededor de 7.000 kilos por hectárea en promedio. La producción de cítricos, principalmente naranjas para alimentar las dos industrias que elaboran jugos concentrados (Frutika y Trociuk), ayuda a diversificar aún más la base productiva e industrial del departamento.

Tampoco debe olvidarse el sistema productivo de la yerba mate que vuelve a ser considerada como una opción productiva rentable. Por el lado de los rubros de la agricultura familiar las cifras no son muy alentadoras, con escaso crecimiento e inclusive descensos de la superficie cultivada en algodón y en sésamo, reflejando una crisis estructural de este tipo de agricultura, principalmente en las zonas de menor acceso a vías de comunicación y servicios.

La producción ganadera

La ganadería bovina ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, pasando de poco más de 428.000 cabezas en 2011 a más de 515.000 en 2014. Sin embargo, la cadena de la producción porcina es la de mayor significación en el departamento. En efecto, el sistema de producción de lechones, de elaboración de balanceados, la cría y la posterior industrialización de UPISA representan un ejemplo interesante de la construcción y expansión de una cadena productiva que agrega valor a la producción agrícola.

Itapúa más allá de Encarnación

En las últimas décadas la complementariedad territorial entre la ciudad y su región próxima fue reforzándose, lo que explica sin lugar a dudas el carácter vigoroso y animado de la capital del Itapúa. Así, Encarnación no vive sólo con Posadas, lo que su situación de ciudad fronteriza podría dejar creer, sino que interactúa fuertemente con su espacio regional circundante. Esto constituye una verdadera particularidad de Encarnación, que se distingue claramente de Pedro Juan Caballero, que tiene un peso poblacional similar.

Definitivamente, la Perla del Sur es mucho más que una ciudad de comercio fronterizo, sobre todo después del boom de la costanera, que significó una inyección de más de 1.000 millones de dólares a la ciudad por parte de Yacyretá.

La vitalidad de Encarnación opaca también otras transformaciones de orden económico y social en el departamento. Estas se traducen por el dinamismo económico del sector agroindustrial y por el surgimiento reciente de nuevas ciudades dinámicas, tales como María Auxiliadora.

El nuevo dinamismo urbano en cuestión es el espectro visible de profundos cambios socioeconómicos que erigen a las ciudades como los espacios privilegiados donde se proyectará la sociedad paraguaya en general. En las décadas de 1990 y 2000 las ciudades que se encuentran en el espacio de producción agroindustrial (tales como Fram, Coronel Bogado o Hohenau) ya experimentaban un cierto dinamismo en su estructura comercial y de servicios. La presencia de actividades agroindustriales exitosas (molinos harineros, ingenios arroceros, olerías, desmotadoras de algodón, aserraderos, silos) dio lugar a un incremento de los ingresos, lo que generó una cierta dinámica urbana que fue consolidándose a lo largo de la década de 2000.

En lo que respecta a Encarnación, la ciudad se presenta como el mayor polo comercial y de servicios de la región y ha desempeñado históricamente un rol de centro logístico de exportación. Así, los vínculos productivos y sociales entre la capital regional y su pequeña red urbana circundante fueron intensificándose a lo largo de las últimas décadas.

Por el contrario, la activación reciente de la ciudad de María Auxiliadora es el resultado de procesos muy diferentes, aunque dos factores comunes intervienen de manera simultánea en los distintos contextos de desarrollo urbano. El primer factor es la mutación económica hacia el sector de terciario y el segundo factor es la nueva aspiración social hacia los modos de vida citadinos.

El Oeste de Itapúa, donde se encuentra el joven centro urbano de María Auxiliadora, fue poblándose tardíamente (a partir de la década de 1980, esencialmente) por colonos paraguayos y brasileños. Estos participan hoy en la dinamización de la ciudad con impulsos muy diferenciados. Si bien los descendientes de colonos brasileños hacen prueba de tímidas apariciones en la escena urbana de María Auxiliadora, los paraguayos son quienes provocan un nuevo ritmo de vida urbano.

Este fenómeno está llamado a intensificarse y a expandirse a otras ciudades, siempre y cuando las condiciones socioeconómicas y de infraestructura lo permitan, representando oportunidades de crecimiento así como fuertes necesidades de planificación urbana.

Conectividad e infraestructuras

Las nuevas infraestructuras de comunicación a realizarse en Itapúa inyectarán un nuevo matiz en la organización del territorio departamental. Efectivamente, la llegada de la asfaltada Ruta VIII otorga nuevas perspectivas para el desarrollo de la ciudad de San Juan del Paraná, al noroeste del departamento, al mismo tiempo de facilitar los intercambios con el Centro y Norte de la Región Oriental. También se deben tener en cuenta el incremento de la actividad portuaria sobre el río Paraná y el proyecto de asfaltado de 147 kilómetros de camino de tierra entre Natalio (Itapúa) y Presidente Franco (Alto Paraná). Dicho eje es presentado como futuro “corredor de exportación” de la región Oriental y unirá los puertos a lo largo del río. Asegurar la vinculación eficiente entre las zonas aisladas de los departamentos de Itapúa y Caazapá aparece como prioritario para fortalecer no solo la red vial sino sobre todo para permitir l intensificación de los flujos económicos entre ambas zonas.

Perspectivas y desafíos

Si se pretende atenuar los niveles de desigualdad en el departamento, no se podrá pasar de largo la necesidad de acompañar la diversificación económica del departamento. Esta deberá seguir una estrategia de difusión territorial, de modo a limitar las marcadas diferencias socioespaciales entre el Suroeste y el Noreste del departamento.

La nueva economía terciaria aparece como el complemento a las actividades agrícolas y pecuarias en la generación de empleo. Las economías urbanas representan entonces oportunidades de crecimiento y diversificación, pero precisan de un acompañamiento firme y sostenido de las políticas públicas. El departamento de Itapúa presenta condiciones favorables para que el crecimiento económico se profundice y se expanda, donde la iniciativa privada juega un rol fundamental para indicar el camino.

Complementariedad

En las últimas décadas, la complementariedad territorial entre la ciudad y su región próxima fue reforzándose, lo que explica el carácter vigoroso y animado de la capital del Itapúa. Así, Encarnación no vive solo con Posadas, lo que su situación de ciudad fronteriza podría dejar creer, sino que interactúa con su espacio regional circundante.

Perla del Sur

La Perla del Sur es mucho más que una ciudad de comercio fronterizo, sobre todo después del boom de la costanera, que significó una inyección de más de 1.000 millones de dólares a la ciudad por parte de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). La vitalidad de Encarnación opaca también otras transformaciones.

* Las nuevas infraestructuras de comunicación a realizarse en Itapúa darán un nuevo matiz a la organización del territorio departamental. Efectivamente, la llegada de la ruta asfaltada VIII otorgará nuevas perspectivas para el desarrollo de la ciudad de San Juan del Paraná.

* Si se pretende atenuar los niveles de desigualdad en el departamento, no se podrá pasar de largo la necesidad de acompañar su diversificación económica. Esta deberá seguir una estrategia de difusión territorial, de modo a limitar las marcadas diferencias socioespaciales.

* La activación reciente de la ciudad de María Auxiliadora es el resultado de procesos muy diferentes, aunque dos factores comunes intervienen de manera simultánea en los distintos contextos de desarrollo urbano. El primer factor es la mutación económica hacia el sector de terciario.

Incremento

La presencia de actividades agroindustriales exitosas (molinos harineros, ingenios arroceros, olerías, desmotadoras de algodón, aserraderos, silos) dio lugar a un incremento de los ingresos.

Polo

En lo que respecta a Encarnación, la ciudad se presenta como el mayor polo comercial y de servicios de la región y ha desempeñado históricamente un rol de centro logístico de exportación.

Arroz

El área cultivada con arroz sigue aumentando, pasó de 39.000 a 42.000 hectáreas cultivadas (7.000 kilos por ha).

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...