La patria que soñamos

El tiempo y dinero gastados en enseñar a pescar a los hombres es mucho mejor que la mera entrega de pescado. Un idealista es una persona que ayuda a otros a ser prósperos. Henry Ford. 

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Todos los seres humanos anhelamos, de alguna manera, trascender. Solo los díscolos y los necios quieren terminar sus días en la mala memoria o el olvido. Estuve haciendo un análisis de la situación política y social del Paraguay, de las últimas tres décadas, y se me ocurrieron algunas ideas que van a continuación: 

¿Existían hace 30 años los jueces y administradores corruptos? ¿Había tantas violaciones a niños y maltratos a las mujeres? ¡Claro que sí! Entonces, ¿por qué ahora tanta desazón y hartazgo? Es que ahora todo se conoce más rápido. Así como se generaliza la ciencia y la tecnología, también se globalizan los problemas y la “mala onda”.

Existe una música que normalmente hace llorar a las maestras: “Che mbo’e harépe”; en una de sus estrofas el autor empequeñece un estirón de oreja al alumno de la educadora. Esta, en poco tiempo, acaba sintiendo más dolor que el propio disciplinado. En estos días vimos a una maestra ser imputada por dar un akãpete a un alumno. ¡Qué tiempos! 

Y así como se relativiza la moral y las buenas costumbres en los hogares y las escuelas, se ha banalizado la política y la administración del Estado. Ya no existe mal ni bien; ya nada está prohibido; nada se juzga ni condena. Al único que se castiga y persigue con todo el peso de la ley, es al adversario político. El narcotraficante tiene tierras, aviones, empresas y una banca en el Congreso. Sus estancias son aeropuertos de cocaína, marihuana y cigarrillos. El fisco es ciego, la banca generosa y la Secretaría del Lavado, no existe. “Nada es mejor, todo es igual”.

¿Qué sueña el amable lector como un Estado ideal? Pueblo culto, libre y soberano. ¡Utopía, diría Tomás Moro! Etimológicamente la palabra utopía hace alusión a aquel lugar que no existe. Según el diccionario de la real academia española el vocablo quiere decir “doctrina, plan, proyecto o sistema optimista que se muestra como irrealizable en el momento que es formulado”. Dicho de otra manera, algo imposible.

¿Es posible la recuperación del Paraguay, sin caer en una utopía? Los optimistas empedernidos creemos que sí. De lo contrario no estaríamos escribiendo. Todavía creo en una Itaipú con equidad, soberana y como una gran generadora de desarrollo. Todavía sueño con una Yacyretá libre de parásitos, “asesores” caros y técnicos claudicantes. Todavía sueño con un congreso conformado por hombres libres y justos.

¿Conoce usted, amable lector, algún país relativamente más rico en recursos naturales que el Paraguay? Clima benigno, sin huracanes, terremotos ni volcanes. Tierras fértiles para la agricultura, con subsuelo con yacimientos de uranio, oro, titanio y probablemente mucho petróleo. País con una riqueza incalculable que nos durará por tres décadas más: el bono demográfico. Es decir, una sociedad mayoritariamente poblada por jóvenes productivos.

¿Qué debemos hacer para revertir de un estado calamitoso a otro exitoso y productivo? Sencillo: primera gran misión: buscar un estadista. Segundo cometido, rehacer la Constitución Nacional y muchas leyes. El Código Penal hoy es un premio para el crimen organizado. El narcotraficante tiene su propio juez rentado y su escolta es una guardia de honor del Ejército y la Policía.

Todos dicen que la izquierda está confabulada con la marihuana y la derecha con la cocaína. Los empresarios interactúan con ambos bandos. Pagan un alto costo en concepto de seguridad. El “impuesto revolucionario” del EPP hace que productores de los departamentos: San Pedro, Amambay y Concepción vivan de rodillas. Aun así, siguen produciendo artículos primarios para exportar a países vecinos más desarrollados. Regalamos energía a la Argentina y al Brasil e importamos escarbadientes y servilletas. La mano de obra local está desempleada, humillada y enfermando rápidamente. 

¿Es posible construir redes de trenes eléctricos y la esclusa de navegación para sustituir importaciones de hidrocarburos? ¡Claro que sí! Depende de un consejo de notables, cuyo salario sea la honra y su dieta la austeridad. Todos sabemos que ambos fletes son infinitamente más baratos y eficientes.

¿Podemos esperar estos planes y proyectos con este gobierno? Si la muestra de 70 años de desgobiernos, entreguismos, traiciones y exclusiones políticas fue nuestro norte, poco podemos esperar de este “sistema”. Pero no debemos caer en el desánimo. Es lo que ellos pretenden. Con la política del terror y el nihilismo han llevado este hato hacia el matadero. ¡Dejemos de ser manada y comportémonos como sociedad libre! Comprendamos de una vez que si seguimos a patrones del mal y caciques partidarios, llegaremos al Estado fallido; perderemos nuestra soberanía como nación y nuestros hijos y nietos serán parias en su propia tierra.

Hace unos días la elección de Efraín Alegre para su dupla dentro del Frente Guasu estalló las redes sociales. Se escucharon protestas que iban contra la legalización del aborto, el matrimonio gay, la liberalización de la marihuana, hasta la conformación de un desgobierno híbrido. Si los políticos de la oposición no aprenden del fracaso del gobierno excluyente y sectario de Lugo; si Efraín cree que el “rejuntado” de izquierda no le traicionará de nuevo; si la gran concertación se hace con hombres nimios, escombros y simios, tenemos poca chance de trascender y llegar a un nuevo Paraguay.

Lo que menos quiere esta sociedad cansada y ninguneada es seguir con un gobierno autista que persigue y mata a sus profetas y premia a contrabandistas y lavadores. El pueblo está cansado de la narcopolítica, mal vista por nuestros vecinos y toda la comunidad internacional. Las tres fronteras tienen fama de ser guarida de terroristas, traficantes y embusteros.

En estas condiciones no vendrán los inversionistas y el capital huirá hacia el África, la China o los polos. Aún con la energía ubérrima de Itaipú y Yacyretá será imposible atraer gente honesta y trabajadora. Los menonitas migrarán, y como son hijos de Dios, es muy probable que su padre se canse de nosotros.

¡Bendito el pueblo que tiene a Yahveh de los Ejércitos como Dios, y a su hijo como libertador! 

* Ex superintendente de Energías Renovables, IB. Empleado activo.

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