La Teoría del Medallón y los alpinistas energéticos

Hace unos días, estaba buscando una alternativa laboral... en los EE.UU., con serias intenciones de migrar e iniciar una nueva etapa existencial. Allí vive parte de mi familia, mi hija que me regaló tres nietos y mi yerno, un gran varón de Dios.

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Entré en varios buscadores globales pensando en un trabajo acorde a mi capacitación como ingeniero agrónomo, con especialización en desarrollo, planificación y conducción estratégica nacional (dos maestrías, una de la UNA y otra del IAEE)... pero ¡aijuepete! Encuentro, gracias al buscador del pueblo, que para ganar entre 7 y 10 mil dólares no hacía falta migrar a los EE.UU., centro mundial del liberalismo económico y uno de los países más prósperos de la tierra.

Estoy en la Itaipú Binacional clasificado como Ingeniero Senior I. Para llegar a tal escalafón ejercí durante unos cuantos años la profesión de electricista, especializado en protección de sistemas eléctricos; luego, ya como ingeniero agrónomo, fui encargado de un programa de investigaciones de la flora regional; luego en el monitoreo ambiental de las aguas del embalse de Itaipú.

Solamente en el 2008, luego de la alternancia política, me llevaron como asesor del director general paraguayo y superintendente de energías renovables durante cuatro años; aún así, en casi 35 años de vida institucional, ¡jamás gané lo que ganan hoy algunos guardias de seguridad y choferes de la entidad!

Entonces me dije a mí mismo: ¡No necesito ir tan lejos para mejorar mis ingresos! Me basta con solicitar a mi director, el Dr. James Spalding, una transferencia a la guardia de seguridad, o, recordando mi paso por el medio ambiente, a la reserva biológica de Carapá, Itabó, Limoy, etc., como tractorista.

En cualquiera de estos puestos ganaría mucho más y podría, mientras hago guardia a la noche, seguir escribiendo libros o artículos como estos. Esta maldita pasión es un vicio que uno adquiere con la edad y probablemente solo se deshace con la muerte.

Como es probable que “el sistema” me niegue tal pedido, estoy considerando un plan B, fundar mi propio sindicato: el Sindicato de los Trabajadores Desclasados de Itaipú, SITRADE. Ganaría igual o mejor , pero sin trabajar. Dirán que estoy loco, pero como “en esta etapa de locos, el estar cuerdo es una locura”, me tiene sin cuidado todo tipo críticas. Otros dirán que me he vuelto materialista. De cualquier manera, no agradaré a muchos. Mis amigos liberales dirán que he descubierto una nueva forma de juntar capital. Mis amigos socialistas dirán que solo en Itaipú los obreros tienen un salario digno, aunque estos sean unos pocos comparados con el 40% que están en la pobreza.

¿Quién no anhela con “toda legalidad” ganar US$ 10.000 sin tener un PhD del Massachusetts Institute of Technology (MIT) o de la Universidad de Harvard? Como mis estudios técnicos superiores los hice con profesores de la prestigiosa escuela eléctrica de Itajubá, en el Centro de Adiestramiento de Furnas, Minas Gerais (Brasil), también tengo la opción de volver a la Dirección Técnica de Itaipú como electricista y solicitar el plus conocido como “peligrosidad eléctrica”.

El problema surgirá cuando colisione con mis colegas por una cuestión de nacionalismo; es que, además del vicio anterior de pensar en voz alta, también tengo el defecto de abrazar la frecuencia de 50 Hertz, es decir, la correspondiente a la margen derecha (Paraguay).

Los lectores deben saber que la Dirección Técnica, así como la Financiera, son antiguas áreas con total hegemonía brasileña, desde 1973, año de la firma del Tratado de Itaipú. En estas direcciones está el dominio de dos grandes actores de la binacional: la energía y los recursos financieros. Todos sabemos que el statu quo permitió que el Brasil lleve, a precio de costo (cesión) el 90% de lo generado con máquinas de 50 y 60 Hertz, durante 30 años. Casualmente, en estos dos feudos están catalogados los mejores salarios de Itaipú, donde cualquiera gana 60 o más millones por mes.

Por otra parte, la Subestación Margen Derecha (SEMD) está en territorio binacional, de dudosa soberanía nacional. Recordemos también que, según normativa binacional, en caso de inestabilidad política de una de las partes, la otra asume la hegemonía total de la administración energética. Ya escribimos suficiente sobre este tema en una serie denominada “Independencia energética”.

Por último, el inmortal Machado de Assis, literato brasileño de talla mundial, escribió un pequeño librito en su forma, pero profundo en su fondo: “La teoría del medallón”. En ella, con una ironía fina pero punzante, hizo críticas a la sociedad y a la política de su tiempo. El argumento principal trata sobre las enseñanzas que un padre inescrupuloso transmite a su hijo, joven inocente que será adiestrado en el difícil arte del alpinismo social.

Palabras más o palabra menos, afirmaba: “Cuando asistas a una reunión, procura hablar poco, y si lo haces, procura agradar a todos”. “Cuando vayas a danzar con alguna moza en un baile social, no busques a la más bella, sino a la que tenga mayor dote; la prosperidad económica dura más que la belleza física, hijo mío”.

Podríamos analizar diversas aberraciones sociales y llevarlo al plano económico, pero como entre los objetivos de estos artículos, además de la información técnica, muchas veces pesada y poco palatable, también consta la recreación amena, incrustamos esta sátira energética. No hay nada personal.

Manejo

Los lectores deben saber que la Dirección Técnica, así como la Financiera, son antiguas áreas con total hegemonía brasileña, desde 1973.

* Vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros Liberales del Paraguay

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