Las características de la vivienda: un mejoramiento sostenido en todos los departamentos

La serie de datos estadísticos proveniente de la Encuesta Permanente de Hogares, que anualmente realiza la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, permite observar el mejoramiento sostenido de las condiciones de vida de la población paraguaya. Las razones principales de la mejora son el marcado crecimiento económico que sostuvo una disminución de la pobreza, tanto a nivel país como en las zonas urbanas y rurales, inclusive en los departamentos que históricamente presentaban valores de pobreza alta, como San Pedro y Caaguazú.

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El progreso material experimentado por las familias paraguayas parece haberse direccionado a un mejoramiento de la vivienda, generando mejores condiciones de confort y seguridad. Definitivamente, la población paraguaya accede progresivamente hacia una vivienda digna, es decir con parámetros de espacio y funcionalidad acordes a las características de la población. Los materiales del piso, techo y paredes han mostrado un sustancial mejoramiento en la última década. Básicamente se trata de la sustitución de materiales precarios por materiales de mejor calidad como se observará seguidamente.

El piso, mucho más que el soporte físico

Paraguay ha sido un país eminentemente pobre y rural durante un buen periodo de su historia, por lo que se comprende que el piso de las viviendas, especialmente aquellas situadas en las zonas rurales, solo podían acceder a la rusticidad de la tierra apisonada. Sin embargo en los últimos años, el porcentaje de viviendas que tiene piso de tierra se ha reducido a la mitad, 21% en 2002 contra 10% en 2015. La baldosa ha reemplazado al piso de tierra. En 2002 solo el 33% de los hogares del país tenía piso de baldosa, saltando al 53% en 2015. La lecherada, una mejora mínima pero sustancial del piso de tierra, también ha mostrado un comportamiento creciente.

Al analizar los datos de los departamentos de menor desarrollo relativo, como Caaguazú y San Pedro, se aprecia una gran disminución de las viviendas que tenían piso de tierra, pasando del 42% en 2002 a solo el 17% en 2015. La lecherada también ha crecido en el periodo considerado, pero lo más resaltante es el de las viviendas con piso de baldosas, pasando del 15% al 38%.

La lecherada y sobre todo el piso de baldosa representan importantes avances para las familias, puesto que más allá del factor estético, estos tipos de piso ofrecen ventajas importantes con respecto a la salubridad de la familia, traduciéndose en una menor cantidad de enfermedades.

El techo

En cuanto al techo, las viviendas del país no han mostrado cambios significativos en la última década y media. El tipo de techo que predomina es la teja, que asegura niveles elevados de aislamiento y confort, es decir, para el esquema climático y cultural paraguayo.

El techo de chapas y de fibrocemento se ha incrementado mínimamente, lo que puede considerarse como un elemento de precariedad de las viviendas, debido al menor costo que las tejas, así como la practicidad y rapidez en la colocación. Lo que sí representa un avance significativo es la disminución de los techos de menor calidad como paja, tablilla de madera, cartón, plástico, tronco de palma. En el periodo estudiado las viviendas que contaban con estos tipos de techo han pasado del 13% en 2002 a solo el 7% en 2015. Se asume que hubo un tránsito de este tipo de techo hacia otros de mayor calidad.

En los departamentos de Caaguazú y San Pedro se observa sin embargo que el tipo de techo predominante es la chapa y el fibro-cemento, con el 57% de viviendas en 2015. Las tejas se sitúan en segundo lugar con un crecimiento sostenido, mientras que los tipos de techo más rústicos disminuyen muchísimo. Si hasta en los departamentos de menor desarrollo relativo los materiales del hogar han mejorado, es una prueba del efecto derrame de los diferentes sistemas productivos, que han posibilitado el incremento de los ingresos necesario para hacer frente a las mejoras de la vivienda.

Las paredes

El material preponderante de las paredes de las viviendas paraguayas es el ladrillo, con un incremento sostenido en los últimos años. En 2002 el 52% de las viviendas tenían paredes de ladrillo, mientras que en 2015 ascendió al 74%, un mejoramiento sustancial en la calidad, aislación y confort de las mismas. Las paredes de madera, propio de las zonas de colonización reciente donde abundaban los recursos forestales, han disminuido sostenidamente, pasando de 41% en 2002 a solo el 25% en 2015. Definitivamente la migración se produjo de los tipos de paredes más rústicos a las de mayor calidad.

En los departamentos de menor desarrollo relativo, como Caaguazú y San Pedro, se observa la misma tendencia nacional, donde las paredes de maderas disminuyen y las de ladrillo aumentan en la última década y media. Al igual que en los tipos de pisos y techos, las inversiones realizadas por las familias en las paredes se orientaron a mejorar el confort así como en la valorización de las viviendas.

En el caso de Asunción se aprecia una disminución de viviendas con pared de ladrillo en los últimos dos años, así como el incremento de las viviendas con pared de madera, aunque mínimos, puede explicarse por las inundaciones y la proliferación de campamentos rústicos de las familias que han debido instalarse en los mismos.

En entregas anteriores se mostraba el incremento en el equipamiento de los hogares, principalmente en cuanto a electrodomésticos, que se complementa con el mejoramiento del hogar. En entregas posteriores se analizaran aspectos fundamentales de la vivienda digna y moderna, como por ejemplo la forma de acceso a agua potable.

La visión tradicional de la pobreza y una perspectiva fatalista sobre la misma deben ser revisadas urgentemente. Nunca antes el país ha experimentado procesos de crecimiento económico tan sostenidos, posibilitando un incremento de la riqueza, aunque aún existen grupos sociales que no logran acceder al conjunto de mejoras.

En resumen, el conjunto de mejoramientos de las viviendas activó y dinamizó a diferentes sectores productivos, especialmente aquellos vinculados a la fabricación de ladrillos, tejas y baldosas, impactando positivamente en el sector de la construcción.

En términos cualitativos se puede afirmar que los paraguayos disponen de características de la vivienda sustantivamente mejores que hace una década atrás. Si la comparación se realizase con periodos aún más alejados, las diferencias serían aún mayores.

Menos piso de tierra

En los últimos años, el porcentaje de viviendas que tiene piso de tierra se redujo a la mitad, 21% en 2002 contra 10% en 2015. La baldosa reemplazó al piso de tierra. En 2002 solo el 33% de los hogares del país tenía piso de baldosa, saltando al 53% en 2015. La lecherada también ha mostrado un comportamiento creciente.

Sustancial mejora

La población paraguaya accede progresivamente hacia una vivienda digna, es decir con parámetros de espacio y funcionalidad acordes a las características de la población. Los materiales del piso, techo y paredes han mostrado un sustancial mejoramiento en la última década.

* La lecherada y sobre todo el piso de baldosa representan importantes avances para las familias, puesto que más allá del factor estético, estos tipos de piso ofrecen ventajas importantes con respecto a la salubridad de la familia, traduciéndose en una menor cantidad de enfermedades.

* El techo de chapas y de fibrocemento se ha incrementado mínimamente, lo que puede considerarse como un elemento de precariedad de las viviendas, debido al menor costo que las tejas, así como la practicidad y rapidez en la colocación. Lo que sí representa un avance significativo es la disminución de los techos de menor calidad como paja.

* Las razones principales de la mejora son el marcado crecimiento económico que sostuvo una disminución de la pobreza, tanto a nivel país como en las zonas urbanas y rurales, inclusive en los departamentos que históricamente presentaban valores de pobreza alta, como San Pedro y Caaguazú.

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