Mente de pobre o mente de rico

La administración de los siempre escasos recursos para enfrentar las múltiples necesidades es una de las premisas básicas de la economía; sin embargo, me rebelo ante la idea de asumir escasez en los recursos, siendo que en el país y en el mundo se observan fortunas ostentosas y miserias absolutas, entonces, más que escasez tendríamos que señalar la inequitativa distribución de las riquezas existentes.

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¿En ocasiones, te da la sensación de que las personas adineradas tienen un imán para atraer más prosperidad y éxito, de forma que cada vez les resulta más sencillo seguir creando riqueza?, quizás esa percepción sea una realidad, pero además de que cuentan con el capital para poder desarrollar nuevos negocios y seguir creciendo, todo parece indicar que la capacidad de atraer riqueza está en la actitud.

Entonces, ¿cómo puedo atraer riqueza? Cambiando tu mentalidad, viendo oportunidades en lugar de problemas. Esta es una habilidad individual que puede permitirnos vivir de una manera distinta y con mayor satisfacción. La mayor diferencia entre una persona pobre y una persona rica está en sus pensamientos y actitudes, no en su billetera o en su suerte.

Las decisiones desde la escasez

De hecho varias ideas que desarrollaré hoy, las tomé prestadas de la neurociencia y no de la economía, y lo hice por una simple razón: la gran mayoría de las decisiones que impactan nuestro bolsillo son emocionales. Así, son nuestras decisiones las que nos llevan a escoger una carrera profesional, qué negocio emprender o dónde trabajar. Pero, muchas veces, no se trata de un análisis profundo de los pros y los contras de cada situación, sino de la necesidad financiera o del apuro por decidir, con tal de no perder el tiempo o la oportunidad.

Este impulso de aceptar oportunidades laborales o sugerencias de terceros, en ocasiones, nos lleva a enfrascarnos en actividades económicas que en ese momento parecían una buena propuesta. Tendríamos que detenernos a evaluar si serían la mejor opción para el futuro, o nos darían la posibilidad de hacer carrera y seguir aprendiendo; si estos desafíos nos diferenciarán de otros profesionales; o incluso si tenemos las destrezas, habilidades y fortalezas que nos permitirán sobresalir en esta profesión y por ende ganar más dinero.

Por lo tanto, impactamos en nuestra capacidad de generar ingresos desde nuestras limitaciones, las cuales generalmente se originan con la mente de la escasez: “Necesito ingresos, por eso voy a estudiar algo que me permita trabajar aunque no sea lo que me gusta”; “el tiempo es oro, tengo que decidir ya para no perder el año”; “más vale pájaro en mano que cien volando”, son solo algunos de los pensamientos en los que se basan estas decisiones.

Mi planteamiento no radica en escaparte de la realidad en la que estás inmerso, sino en reconocer las circunstancias que te rodean pero que no te definen; el pensamiento y la palabra son energías que tienen la capacidad de impactar en tu cuerpo y en tus acciones, por lo tanto, especialmente cuando de dinero se trata, hay que estar atentos y tener cuidado con las órdenes que nuestra mente genera.

Los pensamientos de escasez restringen la capacidad de hacer, como por ejemplo “para qué soñar con un posgrado si no tengo dinero ni para llegar a fin de mes”, “la plata no me va a alcanzar nunca”, “nací pobre y es mi destino, qué voy a hacer, así es la vida”. Desde esos pensamientos observamos oportunidades y tomamos decisiones, por lo tanto generamos realidades.

Nuestro actuar desde la abundancia

Cuando confiás en tu capacidad de crear tu futuro, entonces podés comprender que el destino no se espera, se logra. Pero una actuación consciente implica también asumir la responsabilidad de las decisiones tomadas, por lo tanto conlleva riesgos y esto requiere valentía, pues es más fácil que otro decida así nunca serás culpable de nada. El coraje no es ausencia de miedo, sino actuar a pesar de ello.

Ser consciente de tus actos implica evitar ser impulsivo, razonando las opciones y preparándote para que lo realizado obtenga el resultado de éxito esperado, pero asumiendo las consecuencias negativas que pudiera traer consigo. Fíjate en el Cuadro Nº 1 y tratá de identificar una situación en las que hayas actuado de esa manera en el día de hoy (por ejemplo, ¿cómo elegiste la ropa con la que estás vestido?).

Si estás de acuerdo con la descripción de este proceso entre lo que pensamos, queremos, hacemos y lo que, por ende, obtenemos como resultado, entonces también deberás coincidir en que nuestra mente es responsable de si gastamos lo poco que tenemos, o si creamos, acumulamos y reproducimos riqueza. Te propongo aceptar que la palabra no es inocente y trae consecuencias, así que evaluemos juntos si tu mente piensa en forma de pobre o de rico, para ello te propongo leer y sobre todo analizar de manera honesta en qué columna del Cuadro Nº 2 solés encontrarte.

La propuesta no es que encuentres entre tus amigos a quienes piensan y actúan como pobre, no mires a los otros, mírate vos mismo, colocá una luz bien potente sobre tus pensamientos, decisiones y actuaciones, identificá qué tenés que transformar para que cada día te encuentres creando más riqueza y disfrutando de ella. Sigamos hablando de dinero, así aprendemos a manejarlo mejor.

Actitud

Todo parece indicar que la capacidad de atraer riqueza está en la actitud. ¿Cómo puedo atraer riqueza? Cambiando tu mentalidad, viendo oportunidades en lugar de problemas.

Emoción

La gran mayoría de las decisiones que impactan nuestro bolsillo son emocionales. Así, son nuestras decisiones las que nos llevan a escoger una carrera profesional, qué negocio emprender o dónde trabajar.

Mente

Nuestra mente es responsable de si gastamos lo poco que tenemos, o si creamos, acumulamos y reproducimos riqueza.

gloria@ayalaperson.com.py

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