Plan de sucesión en Itaipú

Estuve analizando el plan de sucesión de la Itaipú Binacional y encuentro propicio para hacer algunas sugerencias, modestas pero basadas en una experiencia de 36 años de vida institucional.

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La Itaipú, margen derecha, ha sido un apéndice geopolítico del Brasil, en varios aspectos. En lo energético, que es lo más evidente, me baso en la desproporción de la energía utilizada por ambos socios (90 % para el Brasil y 10 % para el Paraguay) y en la terrible “cesión” de energía, muy discutible pero asentada en el Tratado. Sin embargo, sigo sosteniendo que la culpa es enteramente nuestra y no del Brasil. En las relaciones internacionales se cuidan intereses y no sentimientos.

Por otra parte, siempre sostuve que el verdadero negocio del Brasil no fue energético, sino más bien financiero. Las tasas de intereses pagadas en las deudas contraídas y las encontradas en el mercado (libor y otras tasas de desarrollo) en todos los tiempos estuvieron muy desfasadas; por supuesto, a favor del Brasil. No obstante, estos son temas a ser discutidos en otra oportunidad. En cuanto a los recursos humanos, me tomo la libertad de opinar cuanto sigue:

Cuando iniciamos la construcción de la represa y posteriormente a equiparla con los generadores, transformadores, equipos de medición, protección y sistemas auxiliares, no existía en Paraguay la experiencia necesaria para tan magna obra. Las experiencias o know how provenían del Brasil y, consecuentemente, el costo hegemónico que ello implicaba. Por un lado teníamos el financiamiento y la experiencia, mientras que por la otra, solo el agua, al decir de los ingenieros de 60 Hertz. La Dirección Técnica se convertía en la niña bonita del proyecto y al mismo tiempo la dirección donde se filtraba lo más sagrado de un Estado, la soberanía.

Si es cierto que hasta 2023 habrá un déficit de 215 técnicos, solo en la Dirección Técnica y que, ahora mismo, ya llega casi a los 200, ¿qué hicimos durante las últimas décadas? Evidentemente solo nos preocupamos de romper los récords de producción energética que favorecían siempre a la proporción 90-10 de energía retirada, es decir, al Brasil. Si cada supertécnico, bien remunerado y atendido hasta en los mínimos detalles sociolaborales, no ha podido dejar herederos de su sapiencia y experiencia, es porque el sistema de retribución por resultados llegó, una vez más, tarde.

Cuando veo que la Itaipú contemporánea está tratando desesperadamente de retribuir a sus empleados de acuerdo a los resultados obtenidos me quedo con un doble ánimo; por un lado con el contentamiento de que todos recibiremos el salario de acuerdo a nuestro esfuerzo y dedicación pero, por otro lado, la desazón por el tiempo perdido. Y no pienso en los pocos antiguos con más de 30 años que todavía existimos, sino en los jubilados que partieron sin haber obtenido ese reconocimiento.

Es como haber peleado 30 o 40 años una guerra que al final es victoriosa y que los novatos y reclutas que solo retiran las armas y los cadáveres del campo, sin haber peleado una batalla, queden con los laureles y las medallas. Injusticia desde donde se lo mire. Pero es la vida y tenemos que aceptarla. Sin embargo, todavía veo una solución en el mediano plazo, es el optimismo o la necesidad que nos hace crear nuevas ideas. Ahí van algunas:

1. En la brevedad del tiempo, los técnicos, ingenieros y administradores nuevos tendrán que realizar adiestramiento en servicio, por lo menos dos horas al día. Los beneficiarios de las charlas de adiestramiento serán los concursados, aprendices con más de dos años de vida institucional y los recién ingresados. Los maestros serán los antiguos. De los paniaguados políticos y las castas y dinastías de la empresa me abstengo de opinar.

2. Los antiguos mayores a 50 años de edad, con mucha experiencia y sapiencia, estarán estimulados, mediante algún sistema pecuniario, a administrar clases prácticas y charlas, en el ámbito de su especialidad. Los “congelados” que reciben alguna gratificación embutida por haber ejercido más de 10 años un cargo gerencial, deberán hacerlo gratis.

3. Estos mismos antiguos, una vez cumplido un mínimo de charlas, disciplinado y estimulado por alguna RDE, podrán acogerse a un retiro incentivado, de manera a dar lugar a las nuevas generaciones. En el ingreso se dará prioridad (en este orden de prelación) a: concursados y aprendices con más de dos años de vida institucional.

4. Los concursados y aprendices que provengan de universidades nacionales (por el hecho de rendir exámenes de ingresos y su mayor grado de dificultad académica) recibirán un plus de puntuación en los concursos admisionales y en la remuneración por resultados.

5. Aquellos egresados en universidades extranjeras, de acuerdo al prestigio de las mismas, tendrán un plus extraordinario. Es diferente tener un egresado de Harvard, MIT, Berkeley, Cambridge, Oxford, que una “universidad” de garaje.

6. Podrá estipularse un sobresueldo, de acuerdo a los títulos y especialidades obtenidas, siempre y cuando las mismas tengan relación con el trabajo realizado. Si la carrera escogida no tuviere relación con el trabajo realizado, se buscará trasladar al empleado a un área afín a su carrera.

7. Aquellos empleados que acceden a un título universitario tendrán que pasar, indefectiblemente, al cuadro profesional. Es la única manera de racionalizar las horas extras y posibilitar al empleado una carrera empresarial.

Estamos en un gobierno y una dirección general que parecen valorizar la tecnocracia; asimismo, ante sindicatos que llegaron al cenit de las reivindicaciones laborales. Es el tiempo propicio para realizar los ajustes que sean necesarios para llegar al 2023 con las condiciones básicas de una buena administración. De lo contrario, todos los logros en la lucha por recuperar nuestra soberanía habrán sido en vano y el Tratado de Itaipú se tornará vitalicio.

Apéndice

La Itaipú, margen derecha, ha sido un apéndice geopolítico del Brasil, en varios aspectos. En lo energético, es lo más evidente.

Récords

Solo nos preocupamos de romper los récords de producción... que favorecían siempre a la proporción 90-10 de energía retirada, es decir, al Brasil.

(*) Ing. Senior II de la Itaipú, exsuperintendente de Energías Renovables.

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